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¡Su esposo la fuerza a contarle todo lo que oye de su familia y otra gente!

25-02-2010

Pregunta 101776

Mi esposo me fuerza a relatarle el diálogo completo que he tenido con mi madre, hermanos o con cualquier otra persona. Justifica esto diciendo que mi madre puede decir algo que puede estropear nuestra relación. Esto causa problemas entre nosotros, si yo me rehúso a contarle. ¿Debo responder sus exigencias?

Texto de la respuesta

Alabado sea Dios.

Alabado sea Allah.

 Lo que tu esposo debería hacer, si lo que dices es cierto, es temer a Dios por esta demanda que le hace a su esposa, y darse cuenta de que está pecando al hacer esto, y que no es permisible para ti ceder a estas exigencias suyas.

 Le aconsejamos a este esposo concentrarse en lo que él mismo hace, en vez de lo que hacen los demás, prestar atención a sus propias faltas y corregirlas, a sus propios incumplimientos y esforzarse en perfeccionar su propio ego y sus inclinaciones al mal. Esto sería mejor para él y más apropiado, que andar hurgando en lo que hacen y dicen los demás. Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “El más grande perdedor es el que se distrae de concentrarse en Dios por concentrarse en sí mismo, y aún peor es quien se distrae de concentrarse en sí mismo por concentrarse en los demás”. Al-Fawá’id, p. 58.

 Él no debería pensar mal de los demás y creer que es perfecto, porque no todo lo que la gente dice le incumbe ni tiene que ver con él, más bien este sería su deseo, de oír las historias de la gente y averiguar sobre sus situaciones, y regodearse por sus falencias.

 Es de esperar que este esposo no apruebe que su esposa le diga lo que su familia y otra gente le dice, aún si ellos hablaran sobre él, porque haciéndolo ella se convertiría en una portadora de chismes, y uno de los sucesores rectos del Profeta dijo: “El chismoso y el mentiroso puede causar más daño en una hora que un hechicero en un año”. Entonces, ¡¿qué pensar si éste es alguien que le dice a su esposa hacer eso, aún más se lo ordena, y la amenaza con castigarla si no lo hace?!

 An-Nawawi dijo, citando a Abu Hámid al-Gazali (que Allah tenga misericordia de ambos):

 “Quien viene con chismes, diciendo que tal y tal dijo esto acerca de ti, o que te hizo esto y lo otro, debe hacer seis cosas:

 1 – No debe creerle, porque el chismoso es un malhechor.

 2 – Debe decirle que no lo haga, aconsejarlo, y condenar su proceder.

 3 – Debe despreciarlo por la causa de Dios, porque él es odioso a los ojos de Dios, glorificado y exaltado sea, y uno debe detestar a quien Dios detesta.

 4 – No debe pensar mal de su hermano ausente.

 5 – No debe permitir que lo que le digan lo conduzca a espiar a otros no a intentar investigar acerca de eso.

 6 – No debe aprobar para sí mismo lo que él le aconsejó al chismoso no hacer, por lo tanto no debe transmitir el rumor y decir “fulano dijo tal cosa”, en cuyo caso él sería también un murmurador y un chismoso y estaría haciendo lo mismo que critica en los demás”. Fin de la cita.

 Al-Adkár 275.

 Lo que este marido quiere para su esposa es el chismorreo (namímah), que es un pecado mayor. Indudablemente, reproducir tales rumores trae malas consecuencias, desunión entre la gente, ruptura de relaciones, resentimientos y enemistad, e indudablemente tu familia detestaría que todo lo que dicen llegue a oídos de tu esposo. Él debe comprender que los rumores no son simplemente reproducir lo que otras personas dicen para causar problemas, sino que esto se hace más bien para regodearse.

 El Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

 “Lo que debe evitarse completamente es el rumor, que significa transmitir palabras de otra persona, de un grupo a otro, de una tribu a otra, con el propósito simplemente de causar problemas entre ellos. Esto significa revelar lo que no debe revelarse, ya sea indeseable para quien lo dijo o para quien es transmitido, para un tercero, ya sea se lo revele verbalmente, por escrito, símbolos o por gestos; un relato sobre acciones o discursos, se refiera a una falta o incumplimiento en otros, o no. Una persona debe mantener discreción acerca la situación de los demás que de la que es testigo, a menos que hablar acerca de eso pueda traer algún beneficio a alguien o evitarle un daño.

 El motivo para difundir rumores es o mala voluntad hacia la persona acerca de la cual se habla, por cariño hacia ella, o consentirse innecesariamente la conversación sobre falsedades. Todo esto está prohibido.

 Hay muchísima evidencia en el Corán y la Tradición Profética que muestra que la maledicencia y esparcir chismes es algo prohibido, tal como los versos en que Allah dijo (traducción del significado):

 “No obedezcas al vil que jura permanentemente,

 Al difamador que siembra la discordia” (al-Qálam 68:10-11).

 “Ay del castigo que les aguarda a quienes se burlan del prójimo con sus palabras y actitudes” (al-Húmazah 104:1).

 Se narró que Hudhaifah (que Allah esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Ningún chismoso ni murmurador entrará al Paraíso” (Consensuado por los sabios). Y se narró de Ibn Mas’ud (que Allah esté complacido con él) que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “¿No les diré acaso qué es la falsedad? Es el chisme (namímah), contar lo que otra gente dice”. Narrado por Muslim.

 El chisme es una de las cosas que causa el castigo de la tumba, por el reporte narrado por Ibn ‘Abbás (que Allah esté complacido con él), de acuerdo al cual el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) pasó cerca de dos tumbas y dijo: “Estos dos están siendo castigados por algo que la gente considera de menor importancia y que no son difíciles de evitar”. Ellos dijeron “¿Qué, Mensajero de Allah?”, y dijo: “Uno de ellos, porque jamás se limpiaba sus partes luego de hacer sus necesidades, y el otro porque solía difundir chismes maliciosos” (Consensuado por los sabios).

 Más bien, la maledicencia y el chisme están prohibidos porque implican intentar causar problemas entre la gente, crear división y caos, enardecer la enemistad de la gente, despertar rencores, envidia e hipocresía, minar el amor y la amistad causando heridas, disputas y resentimientos entre hermanos. Esto implica mentir, engañar y traicionar, haciendo acusaciones contra gente inocente y desprevenida, entregándose a la calumnia y el ultraje mencionando los errores y defectos de los demás, porque todo esto es un signo de cobardía, debilidad y bajeza; más aún, quienes se consienten cometiendo tales pecados se atraen la ira de Dios y un castigo doloroso”.

 Fatáwa ash-Sháij Ibn Baaz, 3/237-239.

 Se ha dicho que la falsedad (al-‘adhu), significa hechicería, en el lenguaje de la tribu de Qureish, y se ha dicho también que significa mentiras e invenciones.

 El Shéij ‘Abd el-‘Azíz Ibn Yibrín (que Dios lo preserve) fue interrogado:

 “Mi esposo le cuenta a su familia lo que yo dije, y luego me dice lo que ellos dijeron, y eso nos trae muchos problemas. Le he pedido a menudo que no haga eso, pero no pone atención. ¿Qué debo hacer?”

 Respondió:

 “Esto se llama en árabe namimah (chisme), y significa transmitir lo que otras personas dicen para causar problemas. Como advertencia, Allah dijo (traducción del significado): “No obedezcas al vil que jura permanentemente, Al difamador que siembra la discordia” (al-Qálam 68:10-11). Esta es una descripción de algunos de los habitantes del Infierno. Allah dijo (traducción del significado): “Ay del castigo que les aguarda a quienes se burlan del prójimo con sus palabras y actitudes” (al-Húmazah 104:1). Esto se refiere al que difunde chismes. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Ningún chismoso entrará en el Paraíso”. Y de acuerdo a otro reporte: “Quien difunde chismes puede causar más daño en una hora que un hechicero en un año”. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) afirmó que “El chismoso será castigado en su tumba”. Indudablemente, la prohibición es más enfática y el pecado más grave si los chismes y rumores son entre un marido y su esposa, o sus parientes. Debe temer a Dios y recordar que Él siempre está observándolo, y mantenerse alejado de aquellas cosas que pueden granjearle el castigo en este mundo y en el otro. Debe evitar la mentira, la maledicencia, el chisme, la calumnia, y reavivar los problemas entre la gente. Debe ser honesto, proteger el honor de los demás, temer a Dios y recordar que Él siempre está observándolo, y que Él es severo en Su castigo”. Fin de la cita.

 Al-Hulúl ash-Shar’iyah lil Jilaafát wa al-Mushkilát az-Zawíyah wa al-Usaríyah, por el shéij ‘Abd Allah Ibn Yibrín, dictámen legal No. 42.

 Entonces, tu marido debe parar de pedirte que hagas estas cosas, y si persiste entonces no es permisible para ti que respondas a sus exigencias. Porque ceder a relatarle lo que los demás dicen, significa persistir en el pecado y prestarle atención, pero rehusarse o abstenerse de hacerlo es ponerle fin.

 Si tienes miedo de que esto pueda causar problemas entre tú y tu esposo, no es tu culpa, y si tu esposo insiste en que le informes lo que tu familia dice, dile que ellos hablan bien de él, y relátale sólo las palabras que traerán la concordia y la amistad entre ellos, y que extinguirán las llamas de la discordia y la intriga entre ellos.

 Le pedimos Dios que guíe a tu esposo y te preserve junto a él en de una buena manera.

 Y Allah sabe más.

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