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Alabado sea Dios.
Difundid la moralidad y la buena conducta es uno de los grandes propósitos por los que fue enviado el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Dios lo envió para establecer la religión en base a la verdad y una vida de justicia entre la gente, y luego Dios observó lo que la gente hacía sobre la Tierra y lo desaprobó, tanto el politeísmo como la ignorancia, la inmoralidad, excepto un remanente de la Gente de las Escrituras (judíos y cristianos).
El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) expresó este gran objetivo, que fue uno de los objetivos de su misión, cuando dijo “Sólo he sido enviado para…”, para dar la impresión de que todas las creencias y normas del Islam tenían un solo objetivo y propósito, que es establecer la bondad y la justicia.
Él (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Sólo he sido enviado para perfeccionar la moralidad (del ser humano)”. Narrado por Áhmad en al-Musnad (2/318) y clasificado como bueno por al-Albani en as-Sílsilah as-Sahihah, No. 45.
Indudablemente uno de los grandes problemas que muchos musulmanes están sufriendo hoy en día es la escisión entre devoción y moralidad, en quienes la práctica física de los actos de culto se ha convertido en una mera costumbre o ritual vacío, donde los movimientos externos se realizan sin ninguna atención al corazón o al alma, aún cuando los cuatro pilares del Islam que son los actos de culto más importantes, tienen el objetivo de disciplinar el alma y mejorar la moralidad de las personas.
Por ejemplo, acerca de la oración Dios dijo (traducción del significado):
“Recita lo que se te ha revelado del Libro [el Corán] y haz la oración, que ciertamente la oración preserva de cometer actos inmorales y reprobables. Y sabe que tener presente a Allah en el corazón durante la oración es lo importante, y Allah sabe lo que hacéis” (al-‘Ankabut, 29:45).
Se narró que Abu Hurairah (que Dios esté complacido con él) dijo: “Un hombre le dijo al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Oh, Mensajero de Dios, fulana de tal… (y contó acerca de ella lo mucho que rezaba, ayunaba y daba en caridad)… pero perturba a sus vecinos con su lengua (maledicencia)”. Él dijo: “Ella estará en el Infierno”. Luego el hombre le dijo: “Oh, Mensajero de Dios, fulana de tal… (otra mujer, sobre la cual contó cuán poco ayunaba, lo poco que rezaba o daba en caridad)… pero ella da queso en caridad (un alimento costoso en aquellos días), y no perturba a sus vecinos con lo que dice”. Él dijo: “Ella estará en el Paraíso”. Narrado por el Imam Áhmad ibn Hánbal en al-Musnad (2/440) y clasificado como auténtico por al-Albani en at-Targíb wa at-Tarhíb (3/321), y en as-Sílsilah as-Sahihah, No. 190.
Lo mismo se aplica al deber de ayunar; el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) afirmó que una buena actitud es la recompensa por un ayuno aceptado, y que si una persona no encuentra este beneficio, entonces su ayuno no lo ayudará ante Dios.
Se narró que Abu Hurairah (que Dios esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien no abandona las mentiras y el comportamiento falaz, Dios no necesita de él que abandone su comida y su bebida”. Narrado por al-Bujari, 1903.
La caridad obligatoria o impuesto social también está prescripta para purificar el alma, y limpiarla del pecado y las enfermedades espirituales.
Dios dijo (traducción del significado):
“Toma [¡Oh, Muhámmad!] una parte de sus bienes [como Zakât] para expurgarles [con ello sus pecados] y purificarles [de la avaricia]” (at-Táwbah, 9:103).
Lo mismo se aplica al quinto pilar del Islam, que es la peregrinación. Dios dijo (traducción del significado):
“La peregrinación se realiza en meses consabidos, y quien en ellos se consagrara para hacerla, deberá abstenerse [durante la peregrinación] de las relaciones maritales, los actos de desobediencia y las discusiones” (al-Báqarah, 2:197).
Si fuéramos a discutir la gran importancia de la moralidad en el Islam citando el Corán y la Tradición Profética, tomaría demasiado tiempo. Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) incluyó un capítulo en Madárich as-Saalikín (2/307) que tituló La Religión es Moralidad; quien tiene una mejor moralidad que, está más comprometido con la religión.
Pero es suficiente para nosotros meditar cómo la moralidad está entre los objetivos básicos detrás de cada prescripción del Islam. Esto es indicativo del estatus sublime de este objetivo, y de la importancia de perseguirlo y tenerlo como prioridad para cada musulmán que cree en la unidad de Dios.
Lo que debes hacer es recordarle a esta persona que está maltratando a su mujer y a sus vecinos que tema a Dios, y recuérdale que Dios reprueba estas acciones y se enfurece con él por molestar a sus vecinos, esposa y parientes. ¿Dónde están los efectos del rezo nocturno en su corazón y en sus actos?
Pero se debe ser respetuoso y benevolente al aconsejarlo, porque su apego al culto es un signo de bondad, si Dios quiere. El Imam Áhmad narró en al-Musnad que Abu Hurairah (que Dios esté complacido con él) dijo: “Un hombre llegó a ver al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y le dijo: “Fulano de tal reza por la noche, pero roba en la mañana”. Él le respondió: “Lo que mencionas (su oración por la noche) le prohibirá hacerlo (robar)”. Al-Baihaqi dijo en Mayma’ az-Zawá’id (2/261): “Los narradores de su cadena de transmisión son confiables”. Shu’aib al-Arna’út y ‘Aadil Murshid dijeron en Tahqiq al-Musnad (15/483): “Su cadena de transmisión es auténtica y sus hombres son confiables, son los narradores de los dos shéijs (al-Bujari y Muslim)”.
Y Allah sabe más.