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Alabado sea Dios.
Trabajar en la policía es como muchos otros trabajos: implica algunas cosas que son permisibles, y otras que están prohibidas. Eso varía de acuerdo a la naturaleza del trabajo.
En muchos países, desafortunadamente, quienes trabajan en este campo están obligados a cumplir con normas ridículas e insensatas como afeitarse la barba, saludar a la bandera, y ‘mostrar respeto’ a oficiales de un rango más alto saludándolos en una forma inventada, aun si estos son incrédulos o malhechores. Hemos explicado porqué estas cosas están prohibidas en las respuestas a las preguntas No. 5481, 8230 y 8797.
Con respecto a tu trabajo, es bien sabido que trabajar en la policía hoy en día, en la mayoría de los países, implica muchas injusticias y también muchas formas de justicia. Si lo que un policía hace es perseguir a ladrones y agresores, protegiendo a la gente inocente de que salgan lastimadas, o proteger los derechos de gente honrada e inocente, o evitar cualquier forma de agresión contra ellos, entonces indudablemente este trabajo es algo permisible, y de hecho es algo elogiable, por lo cual el musulmán será recompensado si lo hace con la sincera intención de cumplir con la causa de la justicia establecida por Dios, glorificado y exaltado sea. Todo esto es establecer la justicia en la Tierra, como Dios ha mandado.
Pero si lo que el policía hace es expropiar ilegítimamente la riqueza de la gente, transgredir sus derechos, amenazarlos o golpearlos, levantar sospechas infundadas sobre su honor o meterlos en la cárcel ilegítimamente, entonces indudablemente su trabajo es algo prohibido, y él será uno de aquellos que estará en bancarrota cuando se reúna con Dios en el Día de la Resurrección, en el Más Allá, cuando sus víctimas clamen contra ellos, y Dios escuche sus testimonios, y toda bendición o buena obra a su favor que tengan les será quitada y dada a sus víctimas, o algunos de los pecados y de las cargas de sus víctimas les serán quitados y transferidos a estos malhechores.
El shéij Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Si el gobernante tiene el atrevimiento de apropiarse de lo que han juntado los recolectores de rentas e ingresos del estado, para hacer uso personal de ello o para su familia, no es permisible ayudarlos o colaborar con ellos, porque cada uno de ellos será un malhechor, como un ladrón que roba a otro ladrón, o como dos grupos que luchan el uno contra el otro por malas razones, o por disputarse injustamente un liderazgo al que no tienen derecho. No es permisible para ningún musulmán colaborar en el pecado y la transgresión.
La colaboración entre las personas cae en una de dos categorías:
1 – Ayudarse los unos a los otros en la rectitud y la piedad, como la lucha por la causa de Dios, la aplicación de los castigos a los malhechores comprobados, devolverle a la gente lo que le fue robado, y devolver los derechos legítimos a aquellos que lo merecen. Todas estas cosas han sido encomendadas por Dios y Su mensajero. Quien se abstenga de esto so pretexto de temer ayudar a otros en alguna mala acción, está descuidando un deber que es tanto individual como colectivo, aunque piense que simplemente está siendo cauteloso. Cuán a menudo la cobardía y la falta de carácter se disfrazan de prudencia, haciendo que la inacción se difunda entre la gente y que nadie dé un paso al frente para defender al oprimido.
2 – Ayudarse los unos a los otros en el pecado y la transgresión, como por ejemplo ayudar a alguien a combatir a una persona inocente, o confiscar ilegítimamente la riqueza de otros, o azotar o golpear a gente inocente, etc. Todo esto está prohibido por Dios y Su mensajero”. Fin de la cita de Maymu' al-Fatáwa, 28/283.
Consulta también la respuesta a la pregunta No. 103412.
Puede decirse acerca de tales trabajos que si la persona que acepta este trabajo lo hace con la verdadera y genuina intención de ordenar el bien y reducir el mal, con la intención de aliviar a quienes sufren injusticias y para el bien de la humanidad, entonces en este caso no hay nada de malo con que desempeñe este trabajo.
Pero si la persona que adopta este trabajo lo hace meramente para buscar su propio beneficio personal y sin ningún ideal altruista que lo motive, indudablemente acabará tomando ventaja de su posición de poder y tratando injustamente a la gente, enriqueciéndose ilegalmente y utilizando su cargo para evitar represalias. También defenderá obviamente las leyes arbitrarias e injustas inventadas por el hombre, defenderá a los malhechores, transgredirá los derechos del inocente, y otras clases de barbaridades que suelen ser cometidas por muchos que realizan este trabajo. Todo esto está indudablemente prohibido en la ley islámica, y existe el razonable temor de que quien se involucra con un trabajo moralmente riesgoso como este sin tener las cualidades necesarias para realizarlo con éxito, sea uno de los que llegarán al Día de la Resurrección en bancarrota, con una montaña de pecados y atropellos cometidos sobre sus espaldas, y terminen siendo habitantes del Infierno.
Le pedimos a Dios que nos preserve sanos y salvos.
Y Allah sabe más.