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Alabado sea Dios.
Alabado sea AllahQuiera a Dios ayudarte, aliviar tus angustias, guiar tus pasos y perdonar tus pecados.
Tu alma todavía está allí dentro de tu cuerpo, tu corazón todavía está latiendo y tu mente aún es pensante, por lo tanto, podemos comenzar de vuelta desde allí.
El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Dios acepta el arrepentimiento de Sus servidores en tanto el alma no les haya llegado a la garganta en el momento de la muerte”. Narrado por at-Tirmidhi (3537); clasificado como bueno por al-Albani.
Tú no eres demasiado débil ni te has convertido en una pila de polvo, como aquellos que están en las tumbas. Todavía tienes las fuerzas para comenzar nuevamente, y si Dios quiere serás más fuerte de lo que piensas. La persona fuerte no es la que nunca se cae, sino la que puede levantarse nuevamente.
¿Acaso no sucedió que no seguiste la religión de tus antepasados, asociando a otros en la adoración a Dios y descreyendo de Su Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), entonces Dios te dio la fuerza para dejar todo esto atrás, y abrazaste una nueva religión que no habías seguido anteriormente? Eso fue mil veces más duro que salir del estado en el que estás ahora.
¿Acaso no estuvieron las copas de vino llenas alrededor tuyo y los caminos de la tentación abiertos para ti, sin nadie que te cuidara, ni te hiciera sentir avergonzada de hacer algo malo, ni te protegiera? Pero Dios te dio la fuerza y te protegió de la inmoralidad y del alcohol. Por lo tanto, ¿cómo puedes entregarte en la situación en la que estás?
Tienes la fuerza para recuperarte. No ayudes a tu enemigo contra ti. Si algún malhechor te abofetea, no abofetees tú misma tu otra mejilla. “No es uno de nosotros quien se abofetea las mejillas, rasga sus vestiduras y grita con las lamentaciones de la Época de la Ignorancia preislámica”. Narrado por al-Bujari, 1294.
Hay una gran diferencia entre quien cae en una zanja y se resigna a la caída, y lamenta su suerte, maldice el destino y piensa mal de su Señor, y quien cae y sabe que merece eso a causa de sus pecados y malas obras, porque lo ha escogido por sí mismo. “Éste es el castigo que merecisteis por vuestras obras, y ciertamente Allah no es injusto con Sus siervos” (al-Anfál 8:51). Entonces se levanta después de tropezar, y busca la ayuda de su Señor para que le libre del pecado en primer lugar, luego que le alivie de su angustia, tal como aprende a decir cada día: “Sólo a Ti Te adoramos, sólo a Ti Te pedimos ayuda” (al-Fátihah 1:5). Así es el creyente fuerte que Dios ama. El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “El creyente fuerte es mejor y más amado para Dios que el débil, aunque ambos son buenos. Esfuércense en hacer lo que les beneficia y busquen la ayuda de Dios, y no se sientan desesperados ni abandonados. Si algo les sucede, no digan “Si sólo hubiera hecho tal y tal cosa, habría pasado tal otra”. Más bien digan: “Dios ha decretado esto y Él hace lo que Él quiere”, porque las palabras “Si sólo hubiera…” son una puerta abierta al trabajo de Satanás”. Narrado por Muslim, 2664.
El Shéij al-Islam Ibn Taimíah (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “No se le ha ordenado al musulmán remitirse al concepto del decreto divino en los actos que se le han encomendado, sino que debe remitirse a este concepto cuando le sucedan calamidades que no pueda evitar. Lo que sea que le suceda como resultado de los actos de otra gente o de otra forma, que lo soporte con paciencia y que acepte su destino. Allah dijo (traducción del significado):
“Todas las desgracias acontecen con la anuencia de Allah. Quien crea en Allah, Él fortalecerá su corazón y podrá resignarse ante cualquier adversidad, pues sabrá que es el decreto de Allah. Y ciertamente Allah tiene conocimiento de todas las cosas” (at-Taghábun 64:11).
Uno de los rectos sucesores (Ibn Mas’ud o ‘Alqamah) dijo: “Ésta es la persona a la que le sucede una calamidad y sabe que proviene de Dios, entonces acepta que haya sucedido y se somete”. Maymu’ al-Fatáwa (7/278).
Ibn al-Qaím (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Este reporte confirma algunos de los más importantes principios de la fe, entre los que están:
- La felicidad del ser humano yace en esforzarse por buscar lo que le beneficia en esta vida y en el Más Allá. Esforzarse significa dar lo mejor de uno mismo. Como el esfuerzo y los actos de una persona sólo pueden realizarse con la ayuda de Dios y por Su voluntad, Él nos ha encomendado buscar Su ayuda para ello, cumpliendo con el significado del versículo: “Sólo a Ti Te adoramos, sólo a Ti Te pedimos ayuda” (al-Fátihah 1:5). Esforzarse por aquello que le beneficia es un acto de culto a Dios y sólo puede lograrse con la ayuda de Dios. Por lo tanto él nos ordenó adorarle y buscar Su ayuda.
- Luego él dijo: “Y no se sientan desamparados”, porque sentirse desamparados es lo opuesto a esforzarse por alcanzar el bien, y es la actitud opuesta a buscar a ayuda de Dios. Por lo tanto, quien se esfuerza en buscar el bien y busca la ayuda de Dios no se sentirá nunca desamparado. Este principio se aplica antes de que lo decretado suceda, y guía al musulmán a lo que es una de las más grandes causas para lograrlo, que es esforzarse por ello mientras busca la ayuda del Único, en Cuyas manos está el destino de todas las cosas, de Quien provenimos y a Quien retornaremos. Cuando lo que no ha sido decretado para él, no le sucede, hay dos escenarios posibles: el primero es sentirse desamparado, lo cual le abre las puertas al trabajo de Satanás en nuestra mente, y este sentimiento de desamparo lo conduce a las lamentaciones y a decir “si sólo hubiera hecho tal cosa…”. Esto le abre camino a la vergüenza, la angustia, la pena, las lamentaciones y la ira, las cuales provienen todas de Satanás, y el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) prohibió abrirle las puertas a Satanás de esta manera. O en un segundo escenario, la persona puede meditar en el decreto divino, porque si se ha decretado eso para él (para que obtenga lo que busca) no lo habría perdido y nadie podría habérselo quitado. Por eso él dice: “Si algo te sucede, no digas “Si sólo hubiera hecho tal y tal cosa, tal otra habría pasado”. Más bien digan: “Dios ha decretado esto y Él hace lo que Él quiere”. Entonces él nos enseñó que lo que nos beneficia en este caso: si obtiene lo que quiere y si no lo obtiene. Por eso este reporte es uno de aquellos que nadie debe desconocer”.
Shifa’ al-‘Alíl (37-38).
Una vez uno ha comprendido esto, no hay espacio para desear algo diferente de lo que ha sido decretado, porque eso es de hecho como sugerir que Dios debería haber decretado algo más. No tiene sentido desear que Dios no te hubiera hecho pasar por estas pruebas y que te dejaron alterada y confundida, luego de haber sido guiada por Él.
¿Acaso no sabes que las pruebas son una parte inevitable de la existencia en esta vida?
“Por cierto que creamos al hombre de una gota de esperma capaz de reproducirle, y lo pusimos a prueba para distinguir al creyente del incrédulo. Y le agraciamos con el oído y la vista” (a-Insán 76:2).
La gente es como los metales. Algunos son oro puro, otros son mezclas, y otros menos que eso. Las pruebas son como el fuego que separará el oro de los demás metales.
Allah dijo (traducción del significado):
“Alif. Lâm. Mîm. ¿Acaso piensan los hombres que se les dejará decir: ¡Creemos! sin ser puestos a prueba? Por cierto que probamos a quienes les precedieron, y Allah bien sabe quiénes son los sinceros y quiénes los mentirosos” (al-‘Ankabút 29:1-3).
El Shéij Ibn Sa’di (que Dios tenga misericordia de Él) dijo:
“Dios nos dijo de Su perfecta sabiduría, y que Su sabiduría no significa que cada persona que dice creer será tomada como tal, libre de pruebas y tribulaciones, y sin enfrentar desafíos que pueden confundir su fe. Si ese fuera el caso, entonces no habría forma de distinguir quién es sincero y quién no.
Pero Su método con las naciones anteriores y esta comunidad es probarlos a través de la prosperidad y la escasez, de la facilidad y de las dificultades, a través de los buenos tiempos y de los malos, con la riqueza y la pobreza. Él prueba a los pueblos haciendo que sus enemigos prevalezcan sobre ellos algunas veces, y los prueba cuando se esfuerzan contra sus enemigos en sus palabras y en sus actos, y con otra clase de pruebas, todas las cuales pueden dar origen a argumentos capciosos sobre la fe, que son contrarios a la fe certera y que menosprecian la determinación del creyente.
Si la fe de una persona permanece firme frente a las dudas, no mengua, las repele con las certezas y las verdades que conoce, y si frente a los deseos que lo llaman al pecado o a actuar contra lo que Dios y Su Mensajero han encomendado él responde con lo que se requiere de su fe y se esfuerza contra sus deseos, esto indica que su fe es sincera y válida.
Pero si su corazón es afectado por las dudas y los deseos y lo conducen a pecar o lo distraen de sus deberes, esto indica que su fe no es completamente sincera. La gente es de diversos grados con respecto a este asunto, que son conocidos sólo por Dios. Le pedimos a Dios que nos reafirme en este mundo y el Más Allá, y que reafirme nuestros corazones en Su religión, como las pruebas y tribulaciones son como los bramidos separan el bien de los residuos”.
Oh, servidora de Dios, dices que no quieres vivir ni quieres morir.
Te decimos: nosotros también quisiéramos que no llevaras esa vida de pecados, pero esperamos que no mueras en este estado. Más bien, tenemos esperanza en que nuestro Señor, el Señor del Universo, no quiere que vivas así ni quiere que mueras así tampoco.
Esta situación no es tan confusa como piensas, y la solución no es abandonarse a un sentimiento de pérdida, como estás haciendo ahora. Dios no quiera que te reúnas con Él en ese estado, luego de morir, ni en ningún otro excepto el Islam.
“¡Oh, creyentes! Temed a Allah como es debido y no muráis sino sometidos a Él” (‘Aal ‘Imrán 3:102).
Ni quiere Dios que vivas en ningún otro estado excepto el Islam, el cual Él escogió para Sus servidores:
“Diles: Por cierto que mi oración, mi oblación, mi vida y mi muerte pertenecen a Allah, Señor del Universo, Quien no tiene copartícipes. Esto es lo que se me ha ordenado creer, y soy el primero [de esta nación] en someterse a Allah” (al-An’ám 6:162-163).
Entonces, ¿cuál es la solución? ¿Por dónde debemos comenzar?
La solución es volverse a Él, y Él te amará cuando te vuelvas hacia Él:
“Ciertamente Allah ama a los que se arrepienten y purifican” (2:222).
Él te garantizará el alivio cuando vuelvas a Él, no importa cuán lejos te hayas extraviado.
Se narró de Abu Hurairah (que Allah esté complacido con él) que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Dios, glorificado y exaltado sea, dijo: “Yo soy como Mi servidor piensa que soy, y estoy con él cuando Me recuerda. Si me recuerda para sí mismo, Yo lo recuerdo para Mí mismo; si Me recuerda en una reunión, Yo lo recuerdo en una reunión mejor que esa; si él se acerca a Mí un palmo, Yo me acerco a él un codo; si él se acerca a Mí un codo, Yo me acerco a él un brazo; si él viene a Mí caminando, Yo voy a él corriendo”. Narrado por Muslim, 2675.
Entonces, ¿qué decir acerca de los pecados y el alcohol?
Nuestro Señor, el Más Compasivo, el Misericordioso, dijo (traducción del significado):
“Diles: ¡Oh, siervos Míos! Vosotros que os habéis excedido cometiendo pecados en detrimento propio, no desesperéis de la misericordia de Allah; por cierto que Allah puede perdonar todos los pecados, porque Él es Absolvedor, Misericordioso” (az-Zúmar 39:53).
Tú todavía tienes el poder de dar una vuelta de página limpiar el registro de tus obras para dejarlo blanco y puro. No queremos decir que será blanco sin buenas obras o aún con malas obras registradas en él de tal manera que debas comenzar de cero. Lo que queremos decir es que lo queremos blanco y sin pecados registrados en él, y que por la misericordia del Más Misericordioso, de entre aquellos que muestran misericordia, será llenada con buenas obras en lugar de los que hiciste, y de cada pecado en el que caíste.
¿Acaso no has oído las palabras de Dios que nos informan de las características de los servidores del Misericordioso? Donde Él menciona algunos de sus bellos atributos que son más amados por Él, entre los cuales están:
“Aquellos que no invocan a nada ni a nadie junto con Allah, no matan a nadie que Allah haya prohibido matar salvo con justo derecho, y no cometen fornicación ni adulterio. Y sabed que quienes cometan esto recibirán un terrible castigo. El Día de la Resurrección se les atormentará incesantemente, y permanecerán en el castigo despreciados, salvo quienes se arrepientan, crean, y obren correctamente. A éstos, Allah les perdonará sus pecados y en su lugar les registrará buenas obras; y Allah es Absolvedor, Misericordioso. Y a quien se arrepienta y obre correctamente Allah aceptará su arrepentimiento” (al-Furqán 25:68-71).
¿No has visto cómo Dios no sólo perdona los pecados mayores, sino que por Su gracia los convierte en buenas obras?
Se narró de Abu Tawíl Shatáb al-Mamdud que él fue con el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y le dijo:
“¿Qué piensas si un hombre ha cometido toda clase de pecados, y no le queda ninguno por cometer, y no omite ningún pecado menor ni mayor sin hacerlo? ¿Puede arrepentirse?”.
Él Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le preguntó: “¿Te has convertido al Islam?”.
Él respondió: “Sobre mí, atestiguo que no hay divinidad excepto Dios, sin compañero ni asociado, y que tú eres el Mensajero de Dios”.
El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Realiza buenas obras y abstente de las malas, y Dios las convertirá a todas en buenas obras para ti”.
Él preguntó: “¿Aún mis traiciones y actos inmorales?”.
El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Sí”.
Él dijo: “Dios es el más grande”, y permaneció recitando y engrandeciendo a Dios hasta que se fue.
Narrado por at-Tabaráni en al-Kabír (7/314); clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih at-Targhíb.
Por lo tanto, Oh, servidora de Dios, cambia tu estado y realiza buenas obras, abandona las malas obras, y todas ellas se convertirán en bendiciones registradas para ti. Entonces sabrás que no puedes perder esa cercanía de Dios, porque todavía tienes la oportunidad de estar con Él en el Paraíso.
Ibn al-Qayím dijo: “Ven a estar con Dios, y acércate a Él en una morada de paz, sin cansancio ni fatiga, ni sufrir por los caminos más cercanos y más lejos. Estás en un período entre dos tiempos, el cual es de hecho tu vida, tu tiempo actual, entre el pasado y el futuro. Lo que ha sucedido puede ser corregido por el arrepentimiento y la penitencia, rezando para pedir perdón, y eso es algo que no te cansará ni te fatigará, y que no es difícil. Más bien es un acto del corazón. Sobre el futuro, debes abstenerte de cometer pecados, y abstenerte de pecar te dará muchísima paz espiritual. No se trata de una acción física difícil de ejecutar, sino de tomar la decisión y de tener una intención firme, lo que te traerá paz espiritual y física.
Lo que importa es tu vida, que es tu tiempo entre dos tiempos. Si lo desperdicias perderás la felicidad y la salvación. Pero si cuidas tu presente, corriges tu pasado, y planificas tu futuro, entonces estarás a salvo y tendrás paz mental, felicidad y tranquilidad.
Cuidar tu vida es más difícil que corregir lo que ha sucedido y lo que sucederá después de eso, porque cuidar de ella requiere que hagas aquello que es mejor y más beneficioso para ti, lo que probablemente te traerá felicidad, y la gente difiere enormemente acerca de cómo interpretar eso”.
Al-Fawá’id (117).
Por lo tanto, busca la ayuda de Dios abundantemente para tratar con tu situación y da una vuelta de página al pasado y a todo lo que contiene, y movilízate para disponer el resto de tu vida rectamente. Esfuérzate en mantener la compañía de la gente buena que te ayudará muchísimo en tu situación, y si puedes mudarte, más cerca de gente justa y piadosa, entonces hazlo, porque será lo mejor para ti. Sé cuidadosa y Dios te cuidará; sé sincera con Él, y Él te recompensará con el bien por aquello que has perdido.
Allah dijo (traducción del significado):
“Dile a los cautivos que estén en tu poder: Si Allah conoce algún bien en sus corazones, Él podría darles algo mejor que lo que han tomado de ustedes y Él les perdonará y Allah es el Perdonador, el Más Misericordioso” (al-Anfál 6:70).
Dios quiera, estamos seguros de que harás esto, y esperamos volver a tener buenas noticias de ti y de un nuevo camino hacia la luz, así como nos entristecemos de oír de tu tropiezo en el camino.
Y Allah sabe más.