Jueves 18 Ramadán 1445 - 28 Marzo 2024
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¿Irá al Infierno la mujer que no usa el velo?

Pregunta

Si una muchacha no usa el velo islámico, ¿eso significa que irá al Infierno? Si observa la oración, lee el Corán regularmente, actúa decentemente, no se involucra con muchachos ni en chismes ni maledicencias, ¿el no usar el velo la condenará al Infierno, a pesar de todas sus buenas obras?

Texto de la respuesta

Alabado sea Dios.

Es ciertamente algo extraño que una mujer de buen carácter, que ayuna y evita involucrarse con muchachos, que evita las murmuraciones y los rumores, no use el velo. Si una persona logra estas hacer estas cosas honradas, esto es una fuerte indicación de que ama la bondad y detesta el mal. Sin olvidar también que la oración previene el mal y la inmoralidad, y que las buenas obras traen consigo más buenas obras. 

Quien teme a Dios acerca de su alma, Dios le ayudará a superar sus caprichos y tentaciones. Tal parece que hay mucho bien en esta hermana musulmana, y que ella está cerca del camino recto. Entonces, que se esfuerce en usar el velo como su Señor se lo ha pedido. Ella debería ignorar los argumentos capciosos y resistir la presión de su familia. No debe escuchar a quienes la critican, ni a las mujeres liberales y pecadoras que se exhiben a sí mismas de acuerdo a la moda, que la incentivarán a ser presumida de su propia belleza y a exhibirla. Debe aferrarse a aquello que proteja su modestia, y elevarse por encima de la mera comodidad para evitar ser el entretenimiento de cualquier depravado que va y viene por la calle. Ella debe rehusar ser una fuente de tentación para los servidores de Dios. La urgimos a aferrarse a su fe y a su amor a Dios y a Su Mensajero, y la urgimos a observar el velo encomendado por Dios, obedeciendo sus órdenes. Dios dijo (traducción del significado): 

“…que no muestren de sus arreglos y adornos más de lo que está a simple vista” (An-Nur, 24:31). 

“…no os engalanéis como lo hacían [inadecuadamente] las mujeres de la época pre-islámica, y haced la oración, pagad el Zakât y obedeced a Allah y a Su Mensajero; ciertamente Allah quiere apartar de vosotros todo pecado ¡Oh, familia del Profeta! y purificaros” (Al-Ahzáb, 33:33). 

Con respecto a la creencia, si un musulmán que reza comete un pecado o una mala obra, todavía sigue siendo un musulmán, en tanto no cometa alguna acción que lo ponga fuera de las filas del Islam. Este musulmán pecador estará sujeto a la voluntad de Dios en el Más Allá; si Él quiere, lo perdonará, y si quiere, lo castigará. Si ingresa al Infierno en el Más Allá, no morará allí por siempre. Pero ninguna persona puede estar segura de su destino, sobre si el castigo le sucederá o no, porque este es un asunto que sólo Dios conoce. 

Es esencial saber que el musulmán y la musulmana tienen el deber de seguir los preceptos de Dios y Su Mensajero, no importa cuán difícil puedan ser para la gente, y sin avergonzarse ante los demás. El creyente sincero en su fe es aquél que es sincero en el cumplimiento de sus deberes hacia Dios, haciendo lo que Él ordenó y evitando lo que Él prohibió. Los mejores de los creyentes son aquellos que se apresuran a obedecer a Dios, de acuerdo con las palabras en que Dios dijo (traducción del significado): 

“Un verdadero creyente o a una verdadera creyente no deben, cuando Allah y Su Mensajero hayan dictaminado un asunto, actuar en forma contraria; y sabed que quien desobedezca a Allah y a Su Mensajero se habrá desviado evidentemente” (Al-Ahzáb 33:36). 

Este es el caso de los creyentes que son elogiados por Dios en el verso (traducción del significado): 

“En cambio los creyentes, cuando se les exhorta a respetar en sus juicios las leyes que Allah ha revelado a Su Mensajero, dicen: ¡Escuchamos y obedecemos! Ciertamente ellos son quienes prosperarán. 52. [Y sabed que] Quienes obedezcan a Allah y a Su Mensajero, Le teman y sean piadosos, serán los verdaderos triunfadores” (An-Nur 24:51-52). 

Más aún, el musulmán no debe mirar cuán pequeño es su pecado, sino que debe mirar la grandeza y poder de Aquél a Quien está desobedeciendo, porque Él es El Más Grande, El Altísimo; Él es Todopoderoso, y severo en Su castigo. Él es exacto en sus castigos, y puede hacer que la destrucción sea su destino. Dios dijo (traducción del significado): 

“Así es el castigo de tu Señor cuando decide azotar a las ciudades por su iniquidad, ciertamente Su castigo es doloroso y severo; 103. Ciertamente en esto hay un motivo de reflexión para quien teme el castigo de la otra vida. El Día del Juicio serán congregados los hombres, y ese día será atestiguado por todos” (Hud 11:102-103).

Un pecado puede parecer insignificante a los ojos de una persona, pero ante Dios puede ser algo gravísimo. Dios dijo (traducción del significado):

“Propagasteis la calumnia de boca en boca, repitiendo aquello sobre lo cual realmente no teníais conocimiento, y creísteis que lo que hacíais era leve, pero ante Allah es gravísimo” (An-Nur, 24:15). 

Sobre esto es que algunos eruditos han dicho: “No mires la pequeñez de tu pecado; observa a Aquél a Quien estás desobedeciendo”. Debemos entonces obedecer las órdenes de Dios. Debemos recordar que Él está mirando lo que hacemos en secreto y en público, y evitar lo que Él ha prohibido. 

Los pecados están divididos en dos categorías: menores y mayores. Los pecados menores pueden ser expiados mediante la oración, el ayuno o las obras rectas. Lo que quien comete tales pecados debe hacer es arrepentirse sinceramente. Quien se arrepiente, Dios acepta su arrepentimiento. Hay muchas clases de pecados mayores, que van desde faltar a un deber como no usar el velo, pasando por la mentira, la usura, el robo, etc. 

Basándonos en lo que hemos expuesto arriba, nosotros no podemos decir si una musulmana que no usa el velo irá al Infierno. Sólo podemos decir que merecerá el castigo de Dios, porque ha desobedecido uno de sus preceptos. Con respecto al destino que ella tendrá en el Más Allá, sólo Dios sabe cuál será. Nosotros no podemos hablar de aquello que no tenemos conocimiento, porque Dios dijo (traducción del significado): 

“Es el fuego encendido por orden de Allah. 7. Que penetra hasta los corazones” (Al-Húmazah, 104:6-7).

Por otro lado, para la mujer que obedece los preceptos revelados por Dios, incluso el velo islámico, nosotros esperamos que esté en el Paraíso y logrará la victoria de la salvación del Fuego y sus tormentos.

Y Allah es la Fuente de toda fuerza y la guía al camino recto.

Origen: Sheij Muhammed Salih Al-Munajjid