Martes 9 Ramadán 1445 - 19 Marzo 2024
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La súplica al-qunut y su longitud

Pregunta

¿Cuáles son las normas sobre recitar la súplica al-qunut y hacerla durar por más de veinte minutos, haciendo que la súplica se asemeje a la forma en la que habla la gente ordinaria?

Texto de la respuesta

Alabado sea Dios.

En primer lugar, la súplica conocida como al-qunut es recomendable hacerla antes de irse a dormir durante la oración impar (witr), pues esta era la costumbre del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), y hay algunos reportes que enseñan la redacción de esta súplica. 

Se narró que Hasan Ibn ‘Ali (que Dios esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) me enseñó algunas palabras para decir en la súplica de al-qunut durante la oración impar:

“Allahúmma ihdini fi man hadaita wa ‘áfini fi man ‘áfaita wa tawalláni fi man tawalláita wa bárik li fi ma a’taita, wa qini shárra ma qadaita, fa ínnaka taqdi wa la iuqda ‘alaik, wa ínnahu la iadhíllu man waalaita wa la ia’ízzu man ‘aadaita, tabárakta Rabbana wa ta’álaita” (Dios nuestro, guíame entre aquellos que Tú has guiado, perdóname entre aquellos que Tú has perdonado, vuélvete amistosamente hacia mí entre aquellos a quienes Tú te has vuelto en amistad, bendíceme con lo que sólo Tú concedes, y sálvame del mal que haya en lo que Tú has decretado. Porque ciertamente, Tú decretas y nadie puede influenciarte, y no es humillado a quien Tú has ofrecido Tu amistad, ni es honrado quien pretende ser Tu enemigo. Bendito y exaltado eres, Oh, Señor)”. Narrado por Abu Dawud, 1425; At-Tirmidi 464. Clasificado como bueno por At-Tirmidi y como auténtico por Ibn ‘Abd el-Barr en Al-Istidkar, 2/285, y por An-Nawawi en Al-Adkar, 86. 

En Sahih Ibn Juzaimah (1100) se narró que la gente en los tiempos del Califa ‘Umar (que Dios esté complacido con él) solía rezar contra los incrédulos diciendo: “Dios nuestro, destruye a los incrédulos que buscan evitar que el pueblo siga Tu camino, y a quienes descreyeron de Tus mensajeros, y no creen en el Día de la Resurrección. Desorganízalos e infunde el temor en sus corazones, y envíales Tu castigo, Oh, Dios de la verdad”. 

Entonces, él le enviaba las bendiciones al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y rezaba por los musulmanes, y luego rezaba pidiendo perdón para los creyentes diciendo: “Dios nuestro, sólo a Ti te adoramos, sólo a Ti te rezamos y sólo ante Ti nos postramos y por Tu causa nos esforzamos en el culto. Esperamos Tu misericordia, Dios nuestro, y tememos Tu castigo inevitable, porque Tu castigo caerá seguramente sobre quien se opone a Ti”. Luego él decía el takbir y hacía la postración. Al-Albani dijo: “Su cadena de transmisión es auténtica”. 

En segundo lugar, limitarse a la súplica que se narró del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y luego de sus compañeros (que Dios esté complacido con ellos) es mejor y preferible, y trae más bendiciones que redactar uno mismo las súplicas, porque no hay garantía de que tales súplicas estén libres de errores en su significado o que no sean contrarias a la conducta apropiada que debemos tener al invocar a Dios, glorificado y exaltado sea, y es más probable que uno esté a salvo de presumir al recitarlas. 

Al-Qadí ‘Iyád (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Dios, glorificado y exaltado sea, nos ha dado permiso para invocarlo y nos ha enseñado súplicas en Su Libro, y a través del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), que le enseñó a su comunidad cómo ofrecer estas súplicas. Las súplicas del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) están basadas en tres pilares: un conocimiento apropiado de la unidad absoluta de Dios y de Sus derechos, un conocimiento cabal de los significados en la lengua árabe, y en la sinceridad. Por lo tanto, nadie debería olvidar ni descuidar estas súplicas suyas”. 

Al-Máwardi (que Allah tenga misericordia de él) dijo en Al-Háwi al-Kabir (2/200):

“Las súplicas que se han narrado del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) son más queridas para nosotros que cualquier otra cosa, y lo que sea que una persona diga de ellas en sus súplicas es bueno para este propósito”. Ambos textos fueron citados por el shéij Muhámmad Isma’íl al-Muqáddim en su ensayo ‘Udu Ilahair al-Hudá, pág. 45-46. 

Ibn ‘Uqail al-Hánbali (que Allah tenga misericordia de él) dijo que las súplicas narradas del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) debían ser recitadas regularmente, y que era aceptable agregarles algo más. Dijo: “Lo que es recomendable en nuestro punto de vista es lo que narró Al-Hásan Ibn ‘Ali en su reporte. Si uno le agrega a eso las palabras narradas por ‘Umar (Allahúmma ínna nasta’ínuka… [Dios nuestro, buscamos Tu ayuda…]), no hay nada de malo en eso”. Fin de la cita. 

Esto fue citado por Ibn Muflih en su comentario sobre Al-Muharrar, 1/89. 

Ciertamente algunos de los eruditos advirtieron no cambiar la redacción a las súplicas del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), al punto que Al-‘Izz Ibn ‘Abd es-Salam dijo en su Fatáwa pág. 87: “No es correcto agregarle ni quitarle nada a la súplica de al-qunut que pronunció el Mensajero de Dios”. Citado de ‘Udu Ilahair al-Hudá, pág. 45. 

Tercero, no hay nada de malo con agregar palabras propias a la redacción narrada del Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) en la súplica al-qunut, que sean apropiadas a las circunstancias, porque la súplica es un acto de culto que requiere espontaneidad al dirigirse a Dios, y esto está permitido en el Islam. Acerca de la súplica narrada de ‘Umar, dice: “…y él rezaba pidiendo el bien para los musulmanes y el perdón para los creyentes”. 

An-Nawawi (que Allah tenga misericordia de él) dijo en Al-Maymu’ (3/477-478):

“El shéij Abu ‘Amr Ibn al-Salah dijo: “El punto de vista de aquellos que dicen que la súplica se debe limitar en al-qunut a lo que se ha narrado del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) es extraño y no es aceptable. Es contrario a la opinión de la mayoría de nuestros compañeros y contrario a la opinión de la mayoría de los eruditos. Al-Qadí ‘Iyád narró que los eruditos estaban unánimemente de acuerdo en que no hay una súplica específica para al-qunut. Y el autor de Al-Háwi dijo: “Puede realizarse recitando la súplica narrada del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) o diciendo cualquier otra súplica”. Fin de la cita. 

Dice en Al-Mawsu’ah al-Fiqhíyah, 34/63: “Puede agregar la súplica que desee, de las que son permisibles recitar durante la oración”. Fin de la cita. 

El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él) dijo en Shárh al-Mumti’, 4/52:

“Si agrega algo, no hay nada de malo con eso, porque así es la súplica”. Fin de la cita. 

Cuarto, es importante señalar que aunque agregar a las súplicas frases que no fueron narradas del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) es permisible de acuerdo a la mayoría de los eruditos, no es permisible recitar regularmente una súplica inventada descuidando las que fueron narradas en la Tradición Profética. Uno debe tener en cuenta que las palabras escogidas por uno en una súplica y las palabras que fueron narradas del Profeta no están en el mismo estatus, por lo tanto uno debe usar las súplicas de acuerdo a la situación. 

El shéij al-Islam Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Indudablemente, las súplicas y las oraciones para rememorar a Dios están entre los mejores actos de culto. Los actos de culto están basados en seguir el ejemplo del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), y no en las propias inclinaciones. Las súplicas y otras oraciones narradas del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) son las mejores que uno pueda encontrar, y quien se limita a ellas se estará limitando a lo seguro. Los resultados beneficiosos que traen no pueden ser puestos en palabras ni comprendidos en su totalidad. Otras súplicas cuya redacción es inventada por el orante pueden encerrar conceptos prohibidos o desaconsejables. Pueden involucrar asociar a otros con Dios, y la mayoría de la gente no se da cuenta cuando eso sucede, y las razones serían muy largas de enumerar. 

Nadie tiene el derecho de prescribir a los musulmanes ninguna redacción que no haya sido narrada en la Tradición Profética para convertirla en un acto de culto que deba ser realizado regularmente. Esto es una clase de innovación en la religión, algo para lo cual Dios no nos ha concedido ningún permiso. Por lo tanto, adoptar un libro de oraciones cuyos contenidos no hayan sido narrados en los textos de la ley islámica, está prohibido. Las súplicas y oraciones para rememorar a Dios que han sido narradas en El Corán y en la Tradición Profética son las mejores y conducen a beneficios de toda clase, y nadie las reemplazaría por redacciones inventadas excepto los ignorantes que son negligentes con su religión”. Fin de la cita de Maymu' al-Fatáwa, 22/510-511. 

Quinto, acerca de cuán larga debe ser la súplica de al-qunut, y si debe ser breve o extensa, si estudiamos el reporte de Al-Hásan Ibn ‘Ali que hemos citado anteriormente, veremos que la súplica que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) enseñó es breve y concisa, y que toma sólo unos pocos minutos recitarla. Esto indicaría que lo más apropiado para la súplica de al-qunut es abreviarla con palabras concisas y elocuentes. 

Dice en Mugni al-Muhtách, 1/369: “Se narró de Al-Bagawi en Al-Maymu’: “Es desaconsejable alargar la súplica de al-qunut, como el primer tasháhhud. Al-Qádi Husein dijo: “Si hace la súplica al-qunut más larga de lo usual, es desaconsejable”. Fin de la cita. 

De hecho, An-Nawawi indicó que combinar la súplica del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) con la que se narró del califa ‘Umar implica alargarla demasiado, y que el imam debe prestar atención a la situación de la gente que está rezando detrás suyo, y asegurarse de que ellos estén de acuerdo con que el imam alargue la súplica de esta forma. 

Él dijo: “Nuestros compañeros han dicho que es recomendable combinar la súplica de al-qunut que fue narrada de ‘Uman Ibn al-Jattáb con la que fue mencionada en el reporte que citamos arriba (la del Profeta). Si ambas son combinadas, la redacción de ‘Umar debería ser recitada en segundo lugar. Si uno quiere abreviarla, debe limitarse a la narrada en el reporte. En conclusión, es recomendable combinar ambas redacciones si uno está rezando solo, y en caso del imam es recomendable si los orantes le dan su permiso para alargarla de esa forma. Y Allah sabe más”. Al-Maymu’, 3/478. 

Así y todo, si combinamos ambas súplicas mencionadas, aun cuando ambas son breves, esto se considera una forma de alargarlas. Por lo tanto, ¿qué podríamos decir de lo que has mencionado en tu pregunta, sobre hacerla durar veinte minutos? ¿Y qué decir acerca de aquellos que ofrecen una súplica del doble de tiempo o más, algo que muchos imames hacen sin preocuparse frente a la gente de otra cosa que su propio deseo e intención? Hemos visto muchas cosas extrañas de este tipo hoy en día. 

La mejor apreciación sobre este tópico (y Dios sabe mejor) es ser moderados, porque ese es el mejor carácter, y el Islam nos prohíbe dificultar las cosas a la gente, especialmente si esto va a adoptarse como una costumbre cada noche. El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín fue consultado:

“En el mes de Ramadám algunos de los imames en las mezquitas hacen las súplicas demasiado largas, y otros las hacen demasiado cortas. ¿Cuál es la forma correcta?”

Él respondió:

“Lo correcto es no exagerar ni quedarse corto. Hacerla demasiado larga causa dificultades a los orantes, y esto está prohibido en el Islam. Cuando el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) oyó que Mu’ádh Ibn Yabal estaba haciendo la oración demasiado larga cuando la dirigía, se molestó con él de una forma sin precedentes y le dirigió la siguiente exhortación: “Oh, Mu’ádh, ¿acaso quieres espantar a la gente de la religión?” (Narrado por al-Bujari, 6106; Muslim, 465). 

Por lo tanto lo que uno debe hacer es apegarse a la redacción narrada en el reporte, o agregar apenas un poco más que eso. Indudablemente, hacerla muy larga agota a la gente, especialmente a los más débiles entre ellos, como los ancianos. Entre ellos hay gente que todavía tiene trabajo por delante, pero no quieren abandonar la oración antes que el imam, aun cuando es difícil para ellos quedarse. Por lo tanto, mi consejo para mis hermanos que estén oficiando como imames es que sean moderados. De la misma forma, deben abstenerse de ofrecer súplicas en esa ocasión, para que la gente en general no piense erróneamente que esto es obligatorio”. Fin de la cita de Fatawa ‘Ulamá' al-Balad al-Haram, 152. 

Sexto, con respecto a lo que has mencionado acerca de recitar la súplica de al-qunut embelleciendo la voz como si uno estuviera recitando El Corán, lo que puede implicar exagerar acerca de lo que se está pidiendo o usarlo como un medio para presumir y llamar la atención de la gente, esto es algo objetable y censurable para cualquiera que conozca las enseñanzas del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y para cualquiera que tenga un poco de sentido común. Lo mismo puede decirse de lo que algunos imames hacen hoy en día cuando juegan con el culto y con las emociones de la gente, o cuando cruzan los límites que separan a la súplica de la exhortación. 

Al-Kamál Ibn al-Hummám al-Hánafi (que Allah tenga misericordia de él) dijo cuando discutía sobre quienes realizan el llamado a la oración y suelen repetir los takbirs después de que es dicho por el imam:

“Con respecto a lo que se acostumbra en esta ciudad, no es extraño pensar que es incorrecto, porque usualmente implica elongar la primera sílaba en las palabras “Allah” y “ákbar”, o la segunda sílaba en la palabra “ákbar”, y esto está mal. Aun si no implica eso, todavía levantan demasiado la voz, más de lo que es necesario para hacer audible estas palabras, y se concentran demasiado en su propio rendimiento al entonar y en mostrar a los demás la potencia de su voz al hacerlo, lo cual no tiene nada que ver con realizar apropiadamente un acto de culto. 

Es obvio que el propósito detrás de esto es impresionar a la gente. Es como si estuvieran diciendo: “Miren qué voz más bella tengo y cómo puedo darle bonitos tonos”. Yo no creo que una actitud así pueda provenir de alguien que entienda el significado de la oración y de la humildad en el culto religioso”. 

Si esto dijo acerca de quienes realizan el llamado a la oración, imagínate qué diría él de los imames que hacen eso en la oración misma. No sorprende que más adelante en su texto haya dicho:

“De la misma forma, pienso que cantar o exagerar con la entonación de la voz al recitar una súplica, como muchos recitadores hacen en nuestros días, es algo que no cabe en la cabeza de quien comprenda lo que significa suplicar a Dios. Eso no es más que una forma de jugar con el culto religioso. Si alguien le hiciera una petición a un rey con este tipo de demostración florida, elevando y levantando su voz como si estuviera cantando, sería acusado de burlarse de la autoridad o de tomar a su interlocutor por tonto, porque ponerse a cantar no es precisamente algo compatible con la humildad necesaria para pedir algo a una autoridad, y menos para suplicar”. Fin de la cita de Fáth al-Qadir, por Kamal Ibn al-Hummám, un jurista de la escuela hánnafi, 2/225-226. 

Pero con respecto a embellecer la voz al recitar, sin exagerar ni pronunciar las letras árabes de una forma distinta a la correcta, esto no cae bajo la misma denominación de una extravagancia censurable como la que describimos arriba. 

El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él) fue consultado acerca de esto y respondió en detalle:

“Algunos imames de las mezquitas intentan suavizar o embellecer el tono de voz durante las oraciones del tarawih que se realizan en el sagrado mes de Ramadán, y durante la súplica de al-qunut. Yo oí a algunos eruditos desaprobando esto. ¿Cuál es su opinión?” 

Él respondió:

“Creo que si esto se hace dentro de los límites que está prescrito por la ley islámica no hay nada de malo con ello. Por eso Abu Musa al-Ash’ari le dijo al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Si yo hubiera sabido que tú estabas escuchando mi recitación, la habría hecho más bella para ti”. Si alguien tiene una bella voz y recita en una forma que conmueve el corazón de la gente, yo no veo que esto tenga nada de malo. Pero exagerar en eso hasta el punto de la extravagancia, como hacer esto con cada palabra del Corán, pienso que no debe hacerse. Y Allah sabe más”. Fin de la cita. 

Puedes consultar en árabe los ensayos Du’á' al-Qunut, por el shéij Bákr Ibn Abdullah Abu Zaíd; ‘Udu ila Jáir al-Hudá', por el shéij Muhámmad Isma’íl al-Muqáddim.

Origen: Islam Q&A