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Alabado sea Dios.
La oración para tomar una decisión es una acción confirmada por la Tradición Profética y está probada en reportes del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), y no puede reemplazarse por lo que has mencionado sobre buscar buenos augurios en el Corán. Más bien esto está prohibido según varios eruditos, porque cae bajo la misma denominación que la adivinación con flechas.
Al-Qarrafi (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Con respecto a la prohibición de buscar buenos augurios, At-Tartusi dijo en su comentario que buscarlos en el Corán, la geomancia, echar algo a las suertes, tirar granos de cebada (e interpretar los patrones en que caen), y cosas parecidas están prohibidas porque caen bajo la misma denominación que la adivinación con flechas. Durante la época de ignorancia preislámica tenían flechas o pedazos de madera encendidos en que escribían “Hacerlo”; en otras flechas escribían "No hacerlo" y "No es claro (o intenta de nuevo)". Una persona sacaba una de ellas, y si encontraba escrito "Hacerlo" él proseguiría con lo que estaba pensando hacer; si encontraba las palabras “No hacerlo”, dejaría de lado lo que quería hacer pensando que estaría mal; si encontraba la palabra “No es claro (o intenta de nuevo)”, él intentaría de nuevo. Entonces estaba buscando tener parte en lo oculto por medio de esas flechas, por lo que si era bueno, entonces que lo siguiera y si fuera malo que se olvidara de eso. Lo mismo aplica a quien busca los buenos augurios en el Corán o en otra parte; el que hace eso piensa que si ve algo bueno entonces lo seguirá y si ve algo malo entonces intentará evitarlo. Esto es exactamente el significado de que la adivinación con flechas o con los capítulos del Corán están prohibidos”. Fin de la cita de Al-Furuq, 4/240.
An-Nafrawi dijo: “El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) gustaba de los buenos signos, refiriéndose a algo que hace que uno se sienta a gusto, como una buena palabra. En As-Sahih dice: “No hay ningún mal augurio, y lo mejor de eso es un buen augurio". Le dijeron: “Oh, Mensajero de Dios, ¿qué es un buen augurio?”. Él dijo: “Una buena palabra que alguno de ustedes oye”. Según otro reporte, él dijo: “Pero me gustan los buenos augurios”. Un ejemplo de eso es si una persona parte en una jornada o si va a visitar a una persona enferma y oye las palabras “Iá salim” (Oh, prudente), “Iá ghanim (Oh, ganador) o “Iá 'áfiah (Oh, saludable). Esto aplica si no estaba buscando un augurio y lo oyó por casualidad; pero si estaba buscando un augurio para que pudiera actuar de acuerdo a lo que oyó, si era bueno o malo, entonces no es permisible, porque está prohibido, como la adivinación con flechas que hacían durante la época de ignorancia preislámica. Una práctica similar que tampoco es permisible es buscar augurios en el Corán, porque esto también cae bajo la misma denominación que la adivinación con flechas, porque puede encontrar algo en el Corán que parece apuntar a algo que no le gusta, y eso puede llevarlo a considerar al Corán como “desafortunado”. Si una persona quiere hacer algo y entonces oye algo que lo perturba, no debe cambiar sus planes; más bien debe decir: “Oh, Dios, nadie trae el bien excepto Tú y nadie trae el mal o nos refugia del mal excepto Tú”. Fin de la cita de Al-Fawakih ad-Dawani, 2/342.
El shéij Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) fue consultado acerca de buscar buenos augurios en el Corán. Él dijo: “Con respecto a buscar buenos augurios en el Corán, no hay reportes acerca de que las primeras generaciones y las generaciones posteriores disputaran acerca de esto. Al-Qádi Abu Ya'la mencionó una disputa respecto de esto. Él narró de Ibn Báttah que él lo hizo y dijo que alguien lo detestó por ello. Pero este no es el tipo de buenos augurios que gustaban al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él); le gustaban los buenos augurios y detestaba las creencias supersticiosas en los malos augurios. El tipo de buenos augurios que le gustaban es cuando una persona hace algo o decide hacer algo, poniendo su confianza en Dios, y entonces oye una palabra buena que lo hace feliz, como por ejemplo las palabras “Oh, exitoso”, “Oh, próspero”, “O, feliz”, “Oh, victorioso”, etc.
Por ejemplo, durante su migración a Medina el
Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se encontró con
un hombre en el camino y junto con Abu Bákr le preguntaron: "¿Cuál es tu
nombre?”. Respondió: “Yazid (significa incremento)”. Él dijo: “Oh, Abu Bakr,
nuestros asuntos aumentarán en lo bueno”. En cuanto a las creencias
supersticiosas en los malos augurios, si una persona ha hecho algo, poniendo
su confianza en Dios, o ha decidido hacer algo, y oye una palabra que
detesta, como “no alcanzará su meta”, o “no prosperará”, etc., y lo toma
como un mal augurio y abandona sus planes, esto está prohibido.
Se narró en As-Sahih que Mu’áwiyah Ibn al-Hakam as-Sulami le dijo al
Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Oh,
Mensajero de Dios, entre nosotros hay algunas personas que creen
supersticiosamente en los malos augurios”. Él dijo: "Eso es algo que uno a
veces siente en su corazón, pero no permitan que les impida proseguir”. Así
el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)
prohibió dejar que la superstición le impida a uno hacer lo que tenía
planeado hacer. En ambos casos, aunque le gustaban los buenos augurios y
detestaba las creencias supersticiosas en los malos augurios, él todavía
rezaba la oración buscado la ayuda de Dios para tomar una decisión, ponía su
confianza en Él y proseguía tomando las medidas apropiadas, como está
prescripto. En el caso de un buen augurio, él no lo convirtió en una razón o
motivo para proseguir, y no permitió que un mal augurio le impidiera
avanzar. Más bien son los paganos quienes basan sus decisiones en eso, para
lo que utilizaban en el caso de los árabes, flechas para la adivinación.
Dios prohibió usar las flechas para la adivinación en dos versos del Corán; cuando la gente de la época de la ignorancia preislámica quería tomar una decisión, traían ramitas como flechas o guijarros o algo más en lo que habían hecho marcas para indicar "bueno", "malo" o "incierto (o intentar de nuevo)”. Si recogían el que decía "bueno", proseguirían con sus planes; si recogían el que decía "malo", ellos se refrenarían; y si recogían el que decía "incierto", intentarían de nuevo. Y hay otras acciones que caen bajo la misma denominación, como tirar los guijarros o los granos de cebada (y "leer" los patrones en que caen), o usando tablas, pedazos de madera o trozos de papel en que estaban escritas letras árabes, versos de poesía, etc., por medio de los cuales una persona decidiría si proseguía con sus planes o no. Todo esto está prohibido porque cae bajo la misma denominación que la adivinación con flechas. Más bien está en la Tradición Profética rezar la oración para tomar una decisión, buscando la guía del Creador, consultar a otras personas y averiguar con base en la ley islámica las evidencias de lo que a Dios le gusta y lo que detesta y prohíbe. Estas prácticas supersticiosas a veces pretenden averiguar si lo que una persona quiere hacer es bueno o malo y a veces pretenden averiguar sobre su utilidad, en el pasado o en el futuro. En cualquier caso no está permitido ni prescrito. Y Dios, glorificado y exaltado sea, sabe mejor”. Fin de la cita de Maymu' al-Fatáwa, 23/66.
Por lo tanto es claro que buscar buenos augurios en el Corán abriéndolo y mirando la página, y luego basar su decisión en eso, está prohibido y es lo mismo que la adivinación con flechas. Esto está en contraste con los buenos augurios que vienen inmediatamente después de que uno ha tomado una decisión, al oír una palabra buena por casualidad, cuando no lo está buscando. Lo que se menciona en tu pregunta sobre la esposa que no está recibiendo sus derechos por parte de su marido indica que el método mencionado no es correcto, porque uno podría decir también que el verso mencionado indica que ella debe separarse de él y mantenerse lejos, aunque ella tema las consecuencias de hacer esto, como la madre de Moisés que lanzó su hijo al río, pero las consecuencias fueron buenas para ella.
En casos así es esencial examinar el problema y sus causas y las formas de tratar con él apropiadamente según la ley islámica, como ofrecer consejo sincero, buscar mediadores en la familia del marido y de la esposa, etc.
Y Allah sabe más.