Contribuya generosamente para garantizar la continuidad de nuestro sitio web Insha-Allah.
Yo no puedo leer el Corán y quisiera rivalizar con mis hermanos en la búsqueda de la recompensa por su recitación ¿Qué oraciones puedo yo recitar que me traigan las mayores recompensas? Si memorizo el Sagrado Corán desde un archivo de audio, ¿seré recompensado por memorizarlo?
Alabado sea Dios.
En primer lugar, debes tener en mente dos importantes asuntos, que son parte de lo que con generosidad Dios le ha conferido a Sus servidores.
La primera es que Dios, glorificado y exaltado sea, dijo (traducción del significado):
“Hemos hecho el Corán fácil de entender y de recordar. ¿Habrá alguien que reflexione?” (Al-Qámar, 54:17).
La segunda es que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quienes se entrenen en la recitación del Sagrado Corán serán los escribas nobles y honorables, y quien recita el Corán y se estremece con él, y tiene dificultades para aprenderlo, tendrá el doble de recompensa”. Narrado por Al-Bujari (4937) y Muslim (798).
El imam An-Nawawi (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Quien se estremece es aquel que tropieza en su recitación porque tiene una pobre memorización. Tendrá una doble recompensa por su esfuerzo, la recompensa por recitarlo y por esforzarse en aprender algo que encuentra dificultoso”. Fin de la cita.
Si aprendemos que el Sagrado Corán es fácil de recordar y comprender, y que quien lo encuentra dificultoso lo memoriza y lo comprende tendrá una doble recompensa, sabremos que la persona sabia se esforzará al máximo para lograr eso y tendrá paciencia para alcanzar esta sublime meta. Cuán a menudo Dios le ha facilitado a aquellos que no hablan árabe memorizar Su libro completamente. Para lograr esta gran virtud vale la pena empeñar el tiempo que sea necesario y rivalizar con nuestros hermanos en conocimiento.
En segundo lugar, una de las cosas que nos ayudan a memorizar el Libro de Dios es escuchar recitaciones grabadas. Si es fácil para ti memorizarlo de esta forma, entonces debes hacerlo y te contarás entre aquellos que han logrado esta virtud y han alcanzado el estatus de “conservador del Corán” (hafiz), con el permiso de Dios. La precisión del individuo en la recitación, la memorización y el actuar en base a este sagrado Libro y sus normas, determinarán el resto de tu recompensa y tu estatus ante Dios, si tu intención en la búsqueda del conocimiento es sincera.
De todas formas, es mejor combinar ambas cosas: esforzarse en recitarlo y memorizar lo que seas capaz al mismo tiempo que lo lees del libro, como para lograr la virtud de leerlo y de escucharlo. Escuchando las recitaciones grabadas del Sagrado Corán podrás lograr dos cosas: corregir cualquier error en tu recitación y asegurarte que lo has memorizado de la manera correcta, y continuar repasándolo y reafirmar en tu memoria lo que hayas memorizado.
Indudablemente, quien escucha la recitación de un shéij o profesor directamente aprenderá del Libro de Dios más directamente que quien lo hace desde una grabación. El musulmán no podrá aprender correctamente sus significados a menos que lo aprenda de alguien que le explique lo que no entienda, por lo tanto es muy recomendable asistir a clases de recitación, siempre que se pueda.
En el caso de quien no tiene acceso a una enseñanza personalizada, no hay nada de malo con que recurra a las grabaciones.
En tercer lugar, rivalizar en la búsqueda del conocimiento y apresurarse a buscar las recompensas de Dios, es algo que todo musulmán puede y debe hacer. Quien no puede rivalizar en la memorización del Sagrado Corán, puede hacerlo en la oración, en el ayuno, dando en caridad, rememorando a Dios, encomendando lo que es bueno y reprobando lo que es malo, realizando buenas obras, manteniendo los lazos de parentesco, honrando a los padres y otras innumerables buenas obras encomendadas por Dios y Su Mensajero.
Todas las oraciones probadas en la Tradición Profética traen una gran recompensa, pero hay algunas que traen una recompensa mayor que otras. En el caso del Sagrado Corán, que es la mejor de las recitaciones, recita el Capítulo Al-Ijlás (112), que es equivalente a recitar un tercio del Sagrado Corán. El primer Capítulo al-Fátihah es el mejor capítulo, y el verso del trono (Al-Báqarah, 2:255) es el mejor de los versos. Quien recite los últimos dos versos del Capítulo Al-Báqarah por la noche, tendrá una gran recompensa también. Memorizar estos pasajes y otros es algo que todos podemos hacer, y recitarlos y repetirlos trae una gran recompensa.
Otras oraciones para recitar incluyen las siguientes:
– La que fue narrada por Muslim (2729) de Yuwairíyah, quien dijo que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dejó su casa una mañana cuando había rezado la oración del alba y ella estaba en el lugar en donde había rezado, entonces él regresó después y ella todavía estaba allí sentada. Él dijo: “¿Estás aquí desde cuando yo me fui?”. Ella respondió: “Sí”. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Después de que te dejé dije cuatro palabras tres veces, que si fueran contrapesadas con lo que has dicho hoy, serían sobrepasadas: “Subhana Al-láh wa bi hámdih, ‘adada jalqihi, wa rida nafsihi, wa zinata ‘arshihi, wa midáda kalimatihi” (Gloria y alabanza a Dios, tanto como el número de Sus criaturas, tanto como a Él le complazca, tanto como el peso de Su trono, tanto como la tinta de Sus palabras)”.
– “Subhaan Al-láhi wa bi hámdihi, subhana Al-láh il-‘Adhím” (Gloria y alabanza a Dios, gloria a Dios, el Todopoderoso)”. Al-Bujari (6682) y Muslim (2694) narraron que Abu Hurairah dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Unas palabras que son livianas en la lengua y pesadas en la balanza, y amadas para El Misericordioso: “Subhana Al-láhi wa bi hámdihi, subhana Al-láh il-‘Adhím” (Gloria y alabanza a Dios, gloria a Dios, el Todopoderoso)”.
– La mejor de las oraciones para pedir perdón: Al-Bujari (6306) narró de Shaddad Ibn Aws (que Dios esté complacido con él) que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “La mejor de las oraciones para pedir perdón es: “Al-laahúmma anta rábbi la iláha íl-la anta, jaláqtani wa ana ‘ábduka, wa ana ‘ala ‘ahdika wa wa’dika ma astata’t. A’udu bika min shárri ma sana’tu, abu’u laka bi ni’matika ‘alaia wa abu’u laka bi danbi, faghfir li fa ínnahu laa iaghfiru ad-dunub íl-la anta” (Dios nuestro, Tú eres mi Señor, no hay más divinidad excepto Tú. Tú me creaste y soy tu servidor, y soy fiel a mi convenio y a mi promesa hacia Ti tanto como puedo. Busco refugio en Ti de todo el mal que he hecho. Reconozco ante Ti todas las bendiciones que me has concedido, y confieso todos mis pecados. Te ruego entonces que me perdones mis faltas, porque nadie puede perdonar las faltas excepto Tú)”. Quien diga esto durante el día teniendo fe en ello y muera por la noche, estará entre la gente del Paraíso, y quien lo diga durante la noche teniendo fe en ello y muera durante la mañana, estará entre la gente del Paraíso”.
Otras clases de recitaciones, en general, son las que se recitan por la mañana y por la noche, las que se recitan después de las oraciones obligatorias y cuando uno se va a dormir, porque quien recita estas oraciones regularmente tendrá una gran recompensa.
Cuarto, el musulmán debe variar en sus recitaciones y actos de culto. A veces debe leer el Corán, a veces debe rememorar a Dios, a veces debe rezar, a veces puede estudiar libros de conocimiento, y a veces puede relajarse y hacer distintas actividades de ocio permisibles. No debe limitarse solamente a un acto de culto específico y no realizar nunca los demás, porque hacer esto sería perderse la virtud y la recompensa de una adoración y de un culto integral, además del hecho de que existe el temor de que termine cansándose y aburriéndose.
Y Allah sabe más.