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Alabado sea Dios.
Alabado sea Allah
Al-Máwardi dijo, describiendo los deberes del imam o
gobernante:
“Hay diez cosas a las que está obligado quien esté a cargo de los deberes
públicos:
1 – Debe preservar la religión de acuerdo a sus bases establecidas y sobre
las cuales estuvieron unánimemente de acuerdo los rectos sucesores del
Profeta y su comunidad. Si un innovador o desviado o alguien confundido
aparece, debe explicar las pruebas y explicarle lo correcto, y tratar con él
de acuerdo a los derechos y penalidades establecidas por la religión, de tal
manera que se proteja contra cualquier menoscabo y la comunidad esté a salvo
de desviaciones.
2 – Debe juzgar entre las partes en disputa y poner un fin a los conflictos
de tal manera que la rectitud y la justicia prevalezca, que los agresores no
se salgan con la suya y que ninguna persona que haya sido tratada
injustamente se sienta desamparada.
3 – Debe garantizar la seguridad pública y proteger a las mujeres y los
niños de la comunidad, de tal manera que la gente pueda realizar sus
negocios y viajes con seguridad, sin peligro para ellos o para sus riquezas.
4 – Debe ejecutar las penas corporales de tal manera que los límites
impuestos por Dios no sean transgredidos, y para que los derechos de Sus
servidores sean protegidos.
5 – Debe reforzar las fronteras con equipamento y hombres para que el
enemigo no encuentre ninguna oportunidad de violar el territorio de los
musulmanes, derramar su sangre, o la sangre de los no musulmanes bajo
protección del Estado Islámico.
6 – Debe esforzarse en la lucha contra quienes combaten el Islam, sea que
luego se conviertan al Islam o acuerden vivir bajo protectorado musulmán
pagando un impuesto, de tal manera que los derechos de Dios se cumplan y Su
religión prevalezca.
7 – Debe recolectar el pago de la caridad obligatoria (zakah) tal como se le encomendó en los textos que gozan del consenso de los eruditos, sin causar temor ni ser injusto.
8 – Debe trabajar por que los beneficios sean distribuidos entre aquellos que los merecen del tesoro el Estado islámico (bait al-mal), sin ser extravagante ni tacaño; debe pagar a tiempo, ni antes ni después.
9 - Debe designar a gente honesta y sincera en las diferentes posiciones, de tal manera que las gestiones estatales se realicen eficientemente y la riqueza pública sea custodiada por gente confiable.
10 – Debe supervisar los asuntos directamente, chequear las cosas para que la comunidad sea dirigida de una forma apropiada. No debe delegar en otros sus responsabilidades ocupándose en placeres y pasatiempos, o en el culto religioso, porque puede terminar delegando a una persona supuestamente confiable que luego lo traicione, o supuestamente sincera que lo engañe. Allah dijo (traducción del significado):
“¡Oh, David! Te hemos puesto como representante Nuestro en la Tierra; juzga con equidad entre los hombres y no sigas tus pasiones [cometiendo injusticias al juzgar], pues ellas te desviarán del sendero de Allah; y quienes se desvíen del sendero de Allah sepan que recibirán un severo castigo por haberse olvidado del Día del Juicio” (Saad 38:26).
Dios no le permite delegar en otros las responsabilidades sin supervisarlos ni lo excusa por eso; Dios aún lo describe como extraviado. Aún cuando estos son los deberes del Califa, como se afirma en la religión, estos son también los deberes de cualquiera que tenga a alguien o algún asunto bajo su cuidado. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Cada uno de ustedes es un pastor responsable por quienes tiene bajo su cuidado”.
Si el imam cumple los derechos de la comunidad que hemos mencionado arriba, entonces ha cumplido su deber hacia Dios y hacia ellos, y así se le debe obediencia y ayuda, a menos que cambie.