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Alabado sea Dios.
Alabado sea AllahEl musulmán no debe contarle a nadie acerca de su pecado, no es recomendable que haga eso. Debe ocultarlo y no exponerlo, reservándolo el conocimiento de Dios. El musulmán debe sentirse perturbado por su pecado, lo cual puede motivarlo a arrepentirse sinceramente. No es suficiente que el musulmán reconozca que ha cometido un pecado, sino que debe recordar que Dios está siempre observándolo, y entonces no lo hará en absoluto. Si Satanás lo hace caer en alguna de sus trampas, el musulmán debe lamentar haber cometido ese pecado; debe abandonarlo inmediatamente, y tomar la firme decisión de no volver a hacerlo.
De esta forma el musulmán habrá hecho lo que Dios requiere de él, es decir, el arrepentimiento sincero. El musulmán nunca debe desesperar de la misericordia de Dios o pensar que Dios no lo perdonará ni lo guiará al arrepentimiento. Porque Satanás está ansioso de hacer caer al musulmán en el pecado, y también está ansioso de cerrarle las puertas del arrepentimiento en la cara.
Después de haberse arrepentido sinceramente, el musulmán se convierte en alguien mejor de lo que fue antes de cometer ese pecado. El arrepentimiento sincero puede alertarlo acerca de cosas a las que no le ponía cuidado, para que abandone sus malas compañías, que lo ayudan a cometer esos pecados, cese de viajar a países inmorales donde el pecado es moneda corriente, y cese de observar, escuchar y hacer cosas que Dios ha prohibido.
Quizás no tuvo cuidado de estas cosas, pero el arrepentimiento sincero que Dios le ha encomendado lo despabile.
El musulmán puede olvidar que Dios está siempre observándolo justo antes de cometer un pecado, porque si hubiera estado consciente de ello no lo habría hecho. Pero si lo olvidó, debe tratar de recordar mientras está cometiendo el pecado que Dios puede verlo, que los ángeles nobles pueden verlo, y que Dios puede decretar que muera mientras está cometiendo este pecado, por lo tanto, ¿cómo se reunirá con Él en el Más Allá?
Si Satanás maniobra para engañar al musulmán antes y durante el pecado, entonces que recuerde después de eso que Dios extiende por la noche Su mano para aceptar el arrepentimiento de aquellos que pecaron durante el día, y que luego Él extiende Su mano durante el día para aceptar el arrepentimiento de aquellos que pecaron durante la noche, y que Dios se regocija con el arrepentimiento de Sus servidores aún cuando es Él quien los ha guiado a arrepentirse y se los ha facilitado, y que Él no tiene necesidad alguna del arrepentimiento de las personas.
El musulmán debe temer a Dios su Señor y lamentar lo que ha hecho: debe tomar la firme decisión de no volver a cometer ese pecado, y realizar abundantes actos de culto. Debe cambiar su entorno y amigos, buscando algo mejor. No es permisible para él mencionar sus pecados a nadie, y debe concretar su arrepentimiento sincero solamente por la causa de Dios. Debe también apresurarse a rezar en congregación en las mezquitas y asistir a los círculos de estudio.
Le pedimos a Dios que nos ayude y que te ayude a ti a hacer lo que Él ama y lo que Le complace, y que nos facilite hacer el bien.
Y Allah es la Fuente de toda fuerza.