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Cómo tratar a los niños testarudos en el Islam

21-09-2024

Pregunta 279342

Mi pregunta tiene que ver con mis dos hijas, de cuatro y dos años. Me resulta muy difícil criarlas, porque cada vez que intento tratarlas con suavidad, acabo gritándoles o pegándoles, o diciendo cosas que no quiero decir, y siento resentimiento. Mis hijas no escuchan lo que digo. Si le digo algo a la mayor, me contesta y dice muchas cosas, y la pequeña ha empezado a ser muy testaruda, y la situación me enfada. Tenga en cuenta que he pasado por circunstancias difíciles que me han puesto tensa. ¿Cuál es la solución? ¿Cómo puedo hacer para que mis hijas sean obedientes? ¿Cómo puedo hacer para tener más paciencia?

Resumen de la respuesta:

1) La crianza de los hijos en el Islam es una tarea difícil pero gratificante. Confiando en Al-lah y siguiendo Su guía, los padres pueden criar hijos amables, compasivos y temerosos de Al-lah. 2) Los padres musulmanes deben manejar la terquedad de los niños con sabiduría, deliberación y paciencia. Los padres deben mostrar amor y un deseo sincero por el bienestar de los hijos, por amor y cuidado hacia ellos. La alternativa aceptable al maltrato físico o verbal es el castigo justo pero firme. Esto incluye el tiempo que se pasa fuera de la casa, la pérdida de privilegios u otras consecuencias que sean apropiadas para la edad y el comportamiento del niño.

Texto de la respuesta

Alabado sea Dios.

La importancia de confiar en Al-lah en la crianza de los hijos

La crianza de los hijos en general, y de las hijas en particular, requiere una gran ayuda de Al-lah, Exaltado sea. En el pasado se decía: “Los modales provienen de los padres, y la rectitud viene de Al-lah” (Al Adab Ash-Shar’iah por Ibn Muflih, 3/552).

Este es un principio importante en la crianza de los hijos. Muchos padres piensan que son capaces de criar a sus hijos con las habilidades educativas, la astucia y la inteligencia que tienen.

Piensan que si llevan a sus hijos a las mejores escuelas, los educan con los más prestigiosos programas de estudio y los dejan mezclarse con las clases altas, habrán conseguido disciplinarlos y controlar su comportamiento.

Peligros de confiar solamente en los propios conocimientos y capacidades

¡Esto es un grave error!

Sí, los padres deben tomar todas las medidas necesarias que ayuden a disciplinar a los niños y a darles una buena educación. Pero, lamentablemente, el problema surge cuando los padres confían demasiado en estas medidas, pensando que son suficientes y muy eficaces.

Si Al-lah deja a una persona a su suerte, se extraviará; y si la deja confiar en sus conocimientos, será humillada.

Al-lah dijo a nuestro Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), que era el Mensajero de Al-lah: {Ciertamente, [oh, Muhammad], tú no guías a quien amas, sino que Al-lah guía a quien Él quiere} [Corán 28:56].

El Profeta de Al-lah, Nuh (Noé, la paz sea con él), no pudo hacer nada por su hijo, que terminó contándose entre los incrédulos: {Nuh invocó a su Señor diciendo: “¡Oh, Señor mío! Mi hijo era parte de mi familia [y pensé que no sería destruido]; Tu promesa es verdadera, y Tú eres el más justo de los jueces”} [Corán 11:45].

Nuestro Señor, Glorificado y Exaltado sea, le dijo: {Dijo [Al-lah a Nuh]: “¡Oh, Nuh! Él no era de [los que se salvarían de] tu familia, pues sus obras no eran rectas; no Me cuestiones respecto aquello sobre lo que no tienes conocimiento. Te advierto para que no te cuentes entre los ignorantes”} [Corán 11:46].

Por eso, una de las súplicas del Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) que pronunciaba todos los días por la mañana y por la tarde, era: “Ia Haiu ia Qaium, bi rahmatika astaghiz, aslih li sha’ni kul-lahu, wa la takilni ila nafsi tarfata ‘ain” (Oh, Viviente. Oh, Autosuficiente y Sustentador, por Tu misericordia busco ayuda; rectifica todos mis asuntos y no me abandones a mi suerte ni lo que dura un parpadeo) (Al Hakim; clasificado como sahih por Al Albani en Sahih Al Yami’, 5820).

Reflexiona sobre este importante asunto del que muchos padres hoy en día no son conscientes: no debemos confiar (solamente) en nosotros mismos a la hora de criar a nuestros hijos, y no debemos confiar en nuestra inteligencia y conocimientos, más bien, debemos confiar en Al-lah, refugiarnos en Él, pedir Su ayuda, Él es el Señor de los mundos, el más Clemente, el más Misericordioso.

Solo Él es Quien controla los corazones y los dirige como Él quiere, y las vidas de las personas están en Su Mano. Si quiere guiarlas, las guiará; y si quiere extraviarlas, las extraviará. Glorificado Sea Él, el más Poderoso, Sabio, Omnisciente, Bondadoso y Omnisciente.

Importancia de manejar la terquedad con sabiduría y paciencia

Una de las principales medidas que hay que tomar respecto a este asunto es tratar la terquedad con sabiduría, deliberación y paciencia. Porque responder a la terquedad con terquedad solo conducirá a más terquedad.

En ese caso, el asunto acabará como un tira y afloja: cuanto más tire una parte, más motivada estará la otra para tirar aún más fuerte.

Pero si la madre suelta su parte de la cuerda al tratar con su hijo, y deja responderle de la misma manera confrontativa, el niño pronto no tendrá motivos para seguir siendo testarudo, volverá a su estado normal de debilidad y se abstendrá de hacer más travesuras.

El niño testarudo suele ser muy listo y siempre recurre a trucos para hacer las cosas que quiere. En la mayoría de los casos, un niño así se siente perseguido por quienes lo rodean, sus hermanos, parientes, padres y abuelos, porque lo critican mucho y lo tratan con dureza, lo que lo vuelve resentido.

Estos dos factores juntos podrían conducirlo a un distanciamiento de su sociedad, y podrían desarrollar en el niño un impulso de vengarse de ella. Esto suele manifestarse en forma de terquedad y comportamiento violento que conduce a que se rebele contra las normas sociales. Lo que usted debe hacer en esta situación es responder a sus trucos e intentos de demostrar su inteligencia ignorando y tolerando lo que hace, y debe contrarrestar actitud defensiva y rebelde mostrándole compasión y comprensión, amor y un deseo sincero de que esté bien, manifestándole cariño.

Al mismo tiempo, usted debe ser firme en los asuntos en los que se requiere disciplina, sin dureza ni tratando de demostrar que es capaz de enfrentarse a él y desafiarlo.

Es importante tomar en cuenta que no se puede tratar eficazmente a los niños si no es evitando dos cosas y haciendo dos cosas.

La necesidad de evitar maltratar a los niños verbal y físicamente

Las cosas que se debe evitar son: maltratar al niño verbalmente, utilizando palabras duras, y maltratarlo físicamente, golpeándolo.

Hay que elegir palabras amables y mostrar afecto físico.

Para explicarlo mejor:

Lo que se entiende por maltrato verbal es utilizar palabras denigrantes dirigidas a la persona del niño, no a sus acciones, como decir que es descuidado, mentiroso, violento u otras palabras negativas.

Usted debe tratar de ser amable cuando se enfrente a este tipo de situaciones negativas. Esto significa limitar la descripción negativa a sus acciones, mientras se describe su carácter como lo opuesto a sus acciones, mencionando sus buenas características y virtudes.

Así, en lugar de describirlo como descuidado, puede decirle: “Si eres organizado, ¿cómo has podido descuidar esto?”.

En lugar de describirlo como mentiroso, puede decirle: “Tú eres honesto, ¿por qué dices algo que nunca sucedió?”.

En lugar de describirlo como violento, puede decirle: “Tú eres cariñoso, ¿por qué golpeaste a tu hermano?”.

Y así sucesivamente.

Lo que se entiende por maltrato físico es todo acto humillante de agresión física cuyo objetivo es causar dolor y vengarse, como golpear al niño con dureza de una forma que va más allá de la bofetada disciplinaria, que está permitida según las enseñanzas islámicas, y alcanza el nivel de causar dolor y desquitarse. Esto se debe a que, según las enseñanzas islámicas, existen tres niveles de golpes.

El nivel más bajo es la bofetada con fines disciplinarios, y el nivel más alto es golpear con el fin de infligir un castigo hadd. En medio de los dos está el golpear con el propósito de aplicar un castigo a discreción de un juez.

Si reflexionamos sobre golpear con el propósito de aplicar un castigo hadd —que es el nivel más alto— encontraremos que hay restricciones impuestas en la enseñanza islámica que lo hacen menos doloroso que el tipo de paliza que algunos padres dan hoy en día a sus hijos.

Los juristas dicen que, si un hombre sano y fuerte es azotado como castigo hadd, debe ser azotado con una rama de tamaño medio, que no esté demasiado fresca ni demasiado seca, no tan ligera como para no causar dolor ni tan gruesa como para causar lesiones [rompiendo la piel].

Estipularon que el que aplica la flagelación no debe levantar el brazo por encima de la cabeza hasta el punto de que pueda verse la blancura de su axila, y debe evitar golpear las partes más vulnerables del cuerpo [cuyo golpe podría causar la muerte], y debe distribuir los golpes por el cuerpo de la persona [y no golpear el mismo lugar repetidamente].

Todos están de acuerdo en que no se debe golpear la cara, las partes íntimas ni las partes más vulnerables del cuerpo (ver Hashiat Ibn ‘Abidin, 3/147; Az-Zarqani, 8/114; Ar-Rawdah, 10/172; y Al Mughni (8/313-315).

Si estas condiciones se estipulan con respecto a la flagelación, que es el tipo más severo de golpe, ¿qué opina entonces de la bofetada con fines disciplinarios?

Golpear con el propósito de disciplinar es como se menciona en la aleya en la que Al-lah, Exaltado sea, dice (lo que en español se interpreta así): {A aquellas de quienes teman maltrato y animadversión, exhórtenlas, tomen distancia no compartiendo el lecho, y por último pongan un límite físico; si les obedecen [en lo que Al-lah ordena], no les reclamen ni recriminen más. Al-lah es Sublime, Grande} [Corán 4:34].

Al Qurtubi dijo en su Tafsir (5/172): “El golpe [límite físico] al que se refiere esta aleya es un golpe con el propósito de disciplinar, y no debe ser severo. Es el tipo de golpe que no rompe huesos ni causa lesiones en ninguna facultad, como pinchar o cosas similares. El objetivo es que la mujer recapacite y se enmiende, nada más. Por lo tanto, no es de extrañar que si la golpiza provoca la muerte, exista responsabilidad.

Lo mismo se aplica a quien pega a su hijo para enseñarle el Corán, disciplinarlo y enseñarle buenos modales. En Sahih Muslim se dice: “Teman a Al-lah respecto a las mujeres, pues las han tomado como una confianza de Al-lah, e intimar con ellas se les ha permitido por la palabra de Al-lah. Los derechos que tienen sobre ellas son que no permitan que nadie que les desagrade se siente en el lecho de ustedes. Si lo hacen, entonces golpéala, pero de una manera que no cause dolor” (Muslim lo narró en el extenso hadiz de Yabir sobre el Hayy).

Luego él (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “Ata’ relató: ‘Le pregunté a Ibn ‘Abbas: ¿Qué significa golpear sin causar dolor? Dijo: Golpear con un siwak (cepillo de dientes) y similares’. Esto fue narrado por At-Tabari en su Tafsir con un isnad sahih“.

Alternativa permitida al maltrato físico o verbal

La alternativa permitida al maltrato físico o verbal es castigar al niño privándolo de algo. Se entiende por privarlo de algo el quitarle algo con fines disciplinarios, dentro de ciertas restricciones; no significa privarlo en un sentido absoluto, sin restricciones.

Por ejemplo, prohibirle al niño jugar durante diez minutos es una forma de privarlo, en un sentido restringido, con fines disciplinarios. El objetivo es imponer un castigo intangible para corregir su comportamiento.

Sentar al niño en la “silla de penitencia” durante tantos minutos, proporcionales a su edad (diez años = diez minutos), también es una forma de privación con fines disciplinarios. Otro ejemplo es descontarle una pequeña cantidad del dinero de sus gastos diarios.

En cuanto a castigar al niño prohibiéndole jugar durante un día entero o más, o privándolo por completo del dinero que le damos para sus gastos, esto hará que se acostumbre al castigo hasta el punto de que deje de ser eficaz. Si esto ocurre repetidamente, el niño pronto se acostumbrará y empezará a buscar otras alternativas disponibles, si se lo castiga con este tipo de privaciones, sin restricciones.

Otro método beneficioso es tratar al niño utilizando un gráfico de estrellas, negativas y positivas. En este método, el niño recibe una o más estrellas por cada comportamiento positivo, y se le quitan una o más estrellas por cada comportamiento negativo.

Se debe diseñar un sistema para estas estrellas, acordando, por ejemplo, que cuando el niño llegue a diez estrellas, recibirá un premio, y cuando llegue a veinte estrellas, lo llevará a un paseo entretenido, y así sucesivamente.

Las palabras amables incluyen tres cosas:

  1. Palabras tiernas, como decirle a su hija “te quiero” y palabras similares. Esto es así porque expresar sentimientos de amor es algo que fue incentivado por el Profeta (la paz y bendiciones de Al-lah sean con él) en sus enseñanzas.

Abu Karimah Al Miqdam Ibn Ma’di Karib relato que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Si un hombre ama a su hermano, que se lo diga” (Abu Dawud, 5124; y At-Tirmidhi, 2392; clasificado como sahih por Al Albani).

Esta demostración de amor debe manifestarse a diario y ser incondicional; no debe decirse solo en ocasiones especiales o cuando el niño realiza acciones o se comporta de una manera que es aprobada por su madre y su padre.

  1. Palabras de reconocimiento y elogio, incluso para las cosas más pequeñas, porque las críticas frecuentes y los desprecios continuos tendrán un impacto negativo en la personalidad del niño y lo debilitarán mucho.
  2. Palabras de apoyo y aliento, para animar al niño en lo que hace mejor o en sus actividades en general, y apoyarlo psicológicamente para que siga desarrollando sus habilidades.

El afecto físico también incluye tres cosas:

  1. Los abrazos cotidianos que no están relacionados con las acciones o el comportamiento del niño, como se ha indicado anteriormente en relación con la expresión de un amor que no está sujeto a ninguna condición.

Esta es una de las cosas que pueden desempeñar un gran papel en la estabilidad de las emociones del niño.

  1. Contacto físico positivo, como acariciar la cabeza o los hombros del niño, y otros tipos de muestras físicas de afecto. Es decir, en lugar del contacto negativo, que suele darse en el contexto de la terquedad y el mal comportamiento.
  2. Compartir de forma tangible e intangible. Las formas intangibles pueden consistir en mirar con interés y admiración las actividades que los niños hacen, sus aficiones o cuando practican sus habilidades especiales.

Las formas tangibles pueden incluir participar en sus juegos y diversiones de manera positiva, y unirse a ellos cuando están haciendo algo serio o cuando están jugando.

Cómo trataba el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) a los niños

Concluiremos aquí mencionando algo que el mejor de los seres humanos, el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), hacía cuando interactuaba con los niños:

Anas Ibn Malik (que Al-lah esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) era la persona que tenía los mejores modales. Un día me envió a hacer un mandado para él, y le dije: ‘Por Al-lah, no iré’. Pero en mi corazón tenía la intención de ir y hacer lo que el Profeta de Al-lah me había dicho que hiciera. Luego salí y pasé cerca de unos niños que estaban jugando en el mercado. Entonces el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) me agarró por detrás. Lo miré y estaba sonriendo. Me dijo: ‘Oh, Unais, ¿fuiste adonde te envié?’. Dije: ‘Sí, ahora voy, oh, Mensajero de Al-lah’” (Muslim, 2310).

Y también se narró de Anas (que Al-lah esté complacido con él) que dijo: “Serví al Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) durante diez años, y juro por Al-lah que nunca me dirigió una palabra de desprecio, y nunca me dijo: ‘¿Por qué hiciste tal y tal cosa?’ o ¿por qué no hiciste tal o cual cosa?’” (Bujari, 6038; y Muslim, 2309).

Si así trataba el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) a un sirviente, entonces, ¿cómo pensamos que era con sus hijos?

Shaddad Ibn Aws (que Al-lah esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) se presentó ante nosotros para una de las oraciones nocturnas [Maghrib o ‘Isha], llevando upa a Al Hasan o Al Husain. El Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) se adelantó y dejó al niño en el suelo, luego pronunció el Takbir para la oración y comenzó a rezar. Se prosternó durante su oración y prolongó la prosternación. Mi padre dijo: ‘Levanté la cabeza y vi al niño sobre la espalda del Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) mientras estaba prosternado, entonces volví a mi prosternación’. Cuando el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) terminó la oración, la gente dijo: ‘Oh, Mensajero de Al-lah, prolongaste tanto la prosternación durante tu oración que pensamos que algo había sucedido, o que estabas recibiendo una revelación’.

Él dijo: ‘Nada de eso ocurrió, sino que mi hijo estaba sobre mi espalda y no quise apresurarlo hasta que se bajó’” (An-Nasa’i, 1141; clasificado como sahih por Al Albani).

Esto incluye prestar atención a las necesidades de los niños, ¡incluso durante los actos de adoración a Al-lah, el más Grande, el más Elevado!

Le pedimos a Al-lah que guíe a nuestros hijos y nos dé el entendimiento para tratar con ellos de la manera más efectiva para conducirlos hacia la rectitud y para cumplir con nuestros deberes hacia ellos. Que el Señor de los Mundos, Glorificado sea, esté complacido con nosotros.

Y Al-lah sabe más.

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