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Un shi’ah duodecimano me lanzó un argumento capcioso durante una discusión, afirmando que Fátima (que Dios esté complacido con ella) era infalible, basándose en las palabras del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Fátima es parte de mí y quien la ofende, me ofende a mí”. El shi’ah dijo que el enojo de Fátima era parte del enojo del Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), y que el enojo del Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) era parte del enojo de Dios mismo, por lo tanto Fátima no se podía enojar por una razón inválida, y en conclusión, ella era infalible. ¿Cómo puede uno responder a esto?
Alabado sea Dios.
Es común que se den discusiones con los shi’as duodecimanos y se viertan argumentos capciosos y exageraciones durante ellas. Los shi’as duodecimanos son muy afectos al debate y argumentan ante la gente en general para probar sus puntos de vista. Pero aquél a quien Dios ha bendecido con el entendimiento del Islam y que conoce las opiniones de los eruditos, sabrá diferenciar los falsos argumentos de los verdaderos y la evidencia consistente de la dudosa. Estas argumentaciones incluyen lo que has mencionado. Podríamos responderlo de varias maneras:
1 – Los duodecimanos citan este reporte como evidencia, como mencionaste, para llegar a la conclusión de que Abu Bakr (que Dios esté complacido con él) hizo enojar a Fátima cuando no le dio lo que ella pedía de la herencia del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Si eso es lo que sucedió, y Abu Bakr hizo enojar a Fátima, entonces él también hizo enojar al Profeta, ¡y también a Dios! Esta argumentación es tonta, porque el reporte fue narrado originalmente sobre ‘Ali (que Dios esté complacido con él). Al-Bujari y Muslim narraron que Al-Miswar ibn Majramah dijo: “’Ali se le propuso a la hija de Abu Yáhl. Cuando Fátima oyó eso, fue al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y le dijo: “Tu gente está diciendo que tú no te enojas defendiendo a tus hijas, y ‘Ali está por casarse con la hija de Abu Yáhl”. El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se puso de pie y lo oí cuando recitaba el doble testimonio de fe, y entonces dijo: “Yo le doy en matrimonio a una hija mía a Abu al-‘Ás ibn Rabi’, y cuando él habló me dijo la verdad. Fátima ibn Muhámmad es una parte de mí, y yo no quiero que sea lastimada. Por Dios, que la hija del Mensajero de Dios y la hija de un enemigo de Dios no estarán juntas como esposas de un mismo hombre”. Entonces ‘Ali abandonó dicha proposición. De acuerdo a la versión narrada por Al-Bujari: “Fátima es una parte de mí, y quien la ofende, me ofende a mí” (Al-Bujari, No. 3523 y 3556; Muslim, No. 2449).
Examinando el reporte citado arriba como evidencia, se hace claro que si fuéramos a culpara a alguien, deberíamos culpar a ‘Ali (que Dios esté complacido con él), porque la razón por la cual sucedió lo narrado en este reporte fue que él quería proponerle matrimonio a la hija de Abu Yáhl, y como resultado de eso, Fátima (que Dios esté complacido con él) se enojó con él. Está establecido entre los eruditos que es importante la aplicación general de las palabras, no solamente la razón específica que las causó. Pero también está establecido que la razón para el texto original debe ser tomada en cuenta en primer lugar, que no puede ser completamente excluida y sacada de contexto. Cuando algunos shi’as duodecimanos citan este reporte como evidencia para criticar a Abu Bakr (que Dios esté complacido con él), ya sea por ignorancia o a sabiendas, olvidan que si hay alguna crítica para hacer a causa de Fátima, el primero en ser criticado habría de ser ‘Ali (que Dios esté complacido con él).
En segundo lugar, el enojo mencionado en el reporte ocurre por una razón específica, que fue mencionado arriba. Esto indica que el enojo no surge porque Fátima fuera infalible, sino porque el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) era celoso protector de sus hijas, y lo que a ella le perturbaba también le perturbaba a él (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Esto está indicado por lo que dice el reporte de Muslim: “Fátima es una parte de mí, y quien la lastima, me lastima a mí”. Esto habla de una ofensa a los sentimientos personales del Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y su hija Fátima (que Dios esté complacido con ella), y no tiene nada que ver con el asunto de la infalibilidad.
En tercer lugar, el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo en otro reporte auténtico: “Quien me obedezca obedece a Dios, y quien me desobedezca, desobedece a Dios. Y quien obedece a mi comandante me ha obedecido a mí, y quien desobedece a mi comandante me ha desobedecido a mí”. Narrado por Al-Bujari, No. 6718; Muslim, No. 1835. De acuerdo al consenso, incluso de los shi’as duodecimanos, esto no significa que el comandante es infalible; más bien algunos de los comandantes enviados por el Profeta cometieron errores en algunos asuntos, y era sabido que iban contra el Libro de Dios y el ejemplo de Su Mensajero (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Un ejemplo de esto el reporte autenticado en el cual ‘Ali (que Dios esté complacido con él) dijo: “El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) envió a una expedición y designó a cargo de ella a un hombre entre los musulmanes de Medina (ansar), y les pidió que le obedecieran. Luego el comandante se enojó con la gente y les dijo: “¿No les dijo el Profeta que me obedecieran?”. Ellos respondieron: “Sí”. Entonces él les dijo: “Entonces reúnan leña”. Cuando la hubieron reunido, les dijo: “Enciendan un fuego”. Entonces lo encendieron. Luego les dijo: “Arrójense dentro de él”. Algunos estuvieron pensando en arrojarse al fuego, pero otros los detuvieron y dijeron: “¡Hemos huido (de nuestras ciudades) y nos refugiamos en el Profeta para escapar del fuego!”. Se quedaron allí hasta que el fuego se extinguió y el enojo del comandante se extinguió con él.
Luego le llevaron las noticias al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) de lo que había sucedido, y él les respondió: “Si hubieran entrado en el fuego no habrían salido de él hasta el Día de la Resurrección. La obediencia sólo es aceptable en el bien y lo que es correcto”. Narrado por al-Bujari, No. 4085; Muslim, No. 1840.
Por eso el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) restringió esta obediencia a lo que es correcto. Por lo tanto, si el enojo de Fátima era parte del enojo del Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), entonces de acuerdo al consenso de los eruditos este enojo también está limitado a lo que es correcto, y si el enojo de Fátima era por razones que no estuvieran de acuerdo con la ley de Dios, entonces lo correcto es implementar la ley de Dios, aún si eso enfurecía a Fátima. Por eso el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también dijo en otro reporte: “Si mi hija Fátima hubiera sido ladrona, yo habría mandado a que le apliquen la pena de cortarle la mano”. Y él también le dijo a su hija (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Oh, Fátima, sálvense ustedes mismos, porque yo no les serviré de nada ante Dios. Por lo tanto, pide lo que quieras de mi riqueza”. Esto implica que ella no era infalible.
Ver: Minhách as-Sunnah an-Nabawíyah, 4/250.