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Alabado sea Dios.
En primer lugar, indudablemente una de las metas del matrimonio es tener una descendencia piadosa e incrementar el número de creyentes, como dice en el reporte narrado por Abu Dawud (2050) de Ma’qil Ibn Iasar (que Dios esté complacido con él), quien dijo: “Un hombre llegó a ver al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y le dijo: “He encontrado una mujer bella y de buen linaje, pero ella no quiere tener hijos. ¿Debo casarme con ella?”. Él le respondió: “No”. Posteriormente el hombre volvió a insistir con la pregunta y el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le volvió a decir que no, y ante una tercera consulta, le dijo: “Cásate con la mujer que es amorosa y fértil, porque yo estaré orgulloso de vuestro gran número ante el resto de las naciones”. Clasificado como auténtico por al-Albani en Irwa’ al-Galíl, 1784.
Esto naturalmente, también significa tener una descendencia sana y saludable, y capaz de gozar de todos los derechos y deberes encomendados por el Islam, y asumir la responsabilidad de difundir el mensaje del Islam.
Si la pareja sabe que su matrimonio puede producir una descendencia enferma o portadora de algún padecimiento, entonces es mejor para ellos no casarse, para evitar un perjuicio previsible, y para protegerse a sí mismos de las dificultades y sufrimientos que significa tener un hijo enfermo.
Por lo que hemos leído, al parecer si ambos esposos son portadores de este mal entonces cada uno de sus hijos tiene sólo 25% de posibilidades de ser saludable, 25% de ser afectado por la enfermedad, y 50% de ser portador sano. Pero si uno de los cónyuges es saludable y el otro es portador de la enfermedad, entonces el peligro se reduce enormemente, porque la posibilidad de que el niño nazca saludable es del 50%, y la posibilidad de que sea portador es del 50%, pero no hay posibilidad de que el niño sea afectado por la enfermedad.
Este rango de posibilidades está basado en la experiencia e investigación médica, pero el asunto está sujeto a la voluntad y decreto de Dios.
Siendo este el caso, sería mejor para ti que te cases con una persona saludable. Esto no significa que debas priorizar la buena salud por sobre la honradez y el compromiso religioso como has dicho; lo que debes hacer es buscar a un hombre sano que sea honrado y comprometido con su religión, y hay muchos así, gracias a Dios.
Si abandonas la idea de continuar adelante con este matrimonio para evitarle ese dolor a tu familia y a tus hijos reduciendo las posibilidades de que esta enfermedad se difunda entre la gente, entonces nosotros esperamos que Dios de lo compense con algo mejor y te recompense por tu intención.
Le pedimos a Dios que te guíe y te ayude.
Y Allah sabe más.