Contribuya generosamente para garantizar la continuidad de nuestro sitio web Insha-Allah.
¿Cómo puedo limpiar la impureza (nayasah) de forma correcta? Espero puedan explicar las siguientes situaciones:
1. Limpiar la impureza de una superficie lisa, impermeable en oposición a una superficie permeable (he oído que no se necesita usar agua en una superficie lisa e impermeable). También, ¿cuántas veces se la debe lavar con agua?
2. ¿Cómo podemos limpiar almohadones, almohadas, y todo tipo de elementos gruesos?
3. ¿Cuántas veces se debe lavar la orina o impurezas no visibles de la ropa? ¿Debemos estrujarla o es suficiente solo lavarla bajo agua corriente, usando la misma cantidad de agua que usaríamos para lavarla y además estrujarla?
4. He oído que podemos sumergir la ropa en un contenedor con agua que triplique el volumen de orina (por ejemplo, si son 100 ml de orina, podemos sumergir esa vestimenta en 300 ml de agua sin necesidad de estrujarla). O si ponemos la ropa en la bañera, la impureza no afecta el agua. ¿Es eso correcto? Si es así, ¿qué hay de la impureza que no se puede ver o tocar?
5. ¿Sirven las máquinas de lavado para remover la impureza si el ciclo no se repite 3 veces? La ropa parece salir sin rastro de impureza.
6. La siguiente pregunta está algo relacionada: ¿puedo usar detergente si no sé si alguno de sus ingredientes es de origen animal o prohibido? ¿Hace eso que la ropa se vuelva impura (especialmente si los detergentes usan componentes de origen animal)? ¿O están todos los detergentes permitidos ya que no tienen las características físicas del animal?
Pido perdón por hacer tantas preguntas, pero he buscado esto por todas partes y no he podido encontrar las respuestas. Que Al-lah los recompense con el bien.
Alabado sea Dios.
Se pueden purificar los objetos sólidos y lisos (impermeables) con un trapo o tela, de acuerdo con la postura más correcta, que es la de Malik y Abu Hanifah (que Al-lah los tenga en Su misericordia), porque lo que importa es que desaparezca la sustancia impura.
Al Kasani (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo en Bada’i As-Sana’i (1/85): “Si una impureza (nayasah) llega a algo sólido y liso (impermeable), como una espada, un espejo o algo similar, se lo puede limpiar raspándolo, esté seco o mojado, porque nada de esa impureza entrará en él, y se puede limpiar la superficie con un trapo o raspándola”.
Ad-Dusuqi Al Maliki (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo en Al Hashiah ‘Ala Ash-Sharh Al Kabir (1/77): “Conclusión: en el caso de algo sólido y parejo (impermeable), cuando hay temor de que se dañe si se lava —por ejemplo, una espada o algo similar—, lo que le llegó de sangre permitida, incluso si fuera una gran cantidad, se puede pasar por alto para no dañarlo al mojarlo”.
An-Nawawi (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo en Al Maymu’ (2/599): “Si la sustancia impura (nayasah) llega a algo sólido, como una espada, cuchillo, espejo, o algo similar, no se lo puede limpiar con un trapo, solo mojándolo. Esta era la opinión de Ahmad y Dawud. Malik y Abu Hanifah dijeron: ‘Se puede limpiar con un trapo’”.
El Sheij Ibn ‘Uzaimin (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “En el caso de cosas de las cuales se puede remover la impureza con frotación –ítems que sean lisos y parejos, como espejos o espadas, que no absorben la impureza–, la postura correcta es que se las puede limpiar frotándolas.
Entonces, si el espejo se ensucia con algo impuro, se lo frota hasta que quede limpio, sin impureza, y así ya está puro” (Ash-Sharh Al Mumti’, 1/426).
Si la impureza se mete en almohadones o muebles, o en alfombras y similares, la forma de limpiarlos es con agua en el lugar sucio hasta que la sustancia se elimine. Luego, esa agua que está contaminada con la impureza se debe secar con una esponja o alguna herramienta o máquina. Si se removió la sustancia de esa forma y ya no queda rastro de ella, ese es el resultado esperado. Si no desaparece, se la debe lavar una segunda o tercera vez hasta que parezca que lo más probable es que haya desaparecido. No hay estipulación de que el agua sea dos o tres veces la cantidad de la sustancia impura o algo similar.
No es esencial estrujar la impureza o rasparla siempre y cuando haya desaparecido.
No hay textos religiosos que indiquen cuántas veces se debe lavar la impureza, excepto en el caso del perro, que se debe lavar siete veces, una de las cuales debe ser con tierra. En cuanto a otros tipos de impureza, no hay cantidad específica; lo que se debe hacer es lavar la superficie hasta que la sustancia haya desaparecido, incluso si eso se logra en una sola vez.
Lo que importa con respecto al agua que se utiliza para remover una sustancia impura es que sea abundante para poder eliminar la suciedad y no dejar rastro de su color u olor, sin especificar una cantidad en particular.
Ibn Qudamah (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo en Al Mugni (1/75), al hablar de cómo purificar la impureza que no sea de un perro o cerdo, y sobre si se requiere lavar una cierta cantidad de veces: “Hay dos relatos –del Imam Ahmad– sobre eso. El primero dice que hay una cantidad estipulada para eso, por analogía con la impureza del perro… el segundo dice que no es así, sino que es suficiente con pasar una gran cantidad de agua [sobre la superficie sucia] sin contar una cantidad de veces específica, hasta que se remueva la impureza. Esa es la postura de Ash-Shafi’i”.
Luego de investigar el asunto, no hemos encontrado opiniones de los eruditos que indiquen que es suficiente con que la cantidad de agua sea tres veces más que la sustancia impura. Lo que parece ser es que esa cantidad no puede ser suficiente, ya que podría llegar a cambiar como resultado de ser contaminada por la impureza.
Lo que sí encontramos es que algunos eruditos estipularon que para purificar el suelo, el agua debe ser siete veces más que la cantidad de la sustancia impura.
Esa opinión parece ser más certera que la primera, pero sigue siendo débil, y no tenemos evidencia que indique que es aceptable.
An-Nawawi (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “Lo necesario para remover impurezas que han penetrado en el suelo es volcar una gran cantidad de agua para que la suciedad sea absorbida. Y hay una postura que estipula que el agua que se tira en el piso debe ser siete veces mayor que la cantidad de orina. Esta es una opinión débil; la correcta es la primera” (Al Maymu’, 2/611).
Basados en eso, lo que importa es que el agua sea una gran cantidad para poder remover la impureza, sin especificar una cantidad especifica.
La postura más correcta de los eruditos es que, si cae una impureza en el agua , esta no se vuelve impura a menos que cambie como consecuencia de ello, por ejemplo, si cambiara su color u olor.
Esta es la opinión de los Malikis, y está mencionada en un relato del Imam Ahmad. Fue considerada como correcta por el Sheij Al Islam Ibn Taimiah y su alumno Ibn Al Qaiem. También es la opinión que apoyan muchos sabios contemporáneos, como el Sheij Ibn Baz, el Sheij Ibn ‘Uzaimin, y los sabios del Comité Permanente del Ifta’ (que Al-lah los tenga a todos en Su misericordia).
Basados en eso, si la vestimenta impura se pone en agua y no la cambia, entonces el agua continúa siendo pura. Pero si cambia el color u olor del agua por la impureza, entonces se vuelve impura.
Cualquiera sea el caso, no se debe poner una vestimenta impura en una tina de agua en lo posible; primero se debe limpiar la impureza o pasar agua sobre ella para evitar todo pensamiento intrusivo o confuso, y así considerar la postura de los eruditos sobre la cual el agua puede arruinarse.
Si se lava la vestimenta sucia en una máquina de lavar y se remueve el rastro de impureza, entonces está purificada.
En cuanto a su pregunta sobre los detergentes que podrían contener ingredientes derivados de animales impuros, esto es tema de discusión.
Si se obtiene esos detergentes de animales impuros , pero, luego de ser procesados y tratados, se convierten en una sustancia diferente a esa materia impura de la cual fueron extraídos, entonces no hay nada malo con usarlos y limpiar cosas con ellos.
Pero si no han pasado por tal transformación –es decir, han retenido algunas características de la fuente impura de donde provienen–, en ese caso no es lícito usarlos, porque son parte de algo impuro.
Mientras no estemos seguros de que esas impurezas estén presentes o no en los productos de limpieza, el principio básico sobre ellos es que son puros y halal, y no debemos abrir la puerta a pensamientos intrusivos, dudas o dificultad.
En la mayoría de los casos, aquello que se deriva de animales que no fueron sacrificados de la forma prescrita y animales que no se permite comer, ha sido transformado de su estado original y habrá sido purificado de esa forma. Por lo tanto, podemos usar tales cosas sin necesidad de prestar atención a eso.
Y Al-lah sabe más.