Alabado sea Dios.
Cuando uno pronuncia la básmalah para iniciar cualquier acción, lo que significa podría definirse como: ‘Comienzo este acto con el nombre de Dios, buscando Su ayuda para que me bendiga y me proteja’. Dios es amado y adorado, a Quien se vuelven todos los corazones, el único digno de toda obediencia y veneración. Él es El Misericordioso, cuyo atributo es la más vasta misericordia; Él es El Clemente, cuya clemencia alcanza toda la creación.
Se ha dicho también que lo que significa esta frase es comenzar cualquier acción recordando que el destino de todas las cosas está en manos de Dios.
Ibn Yarir (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Dios, glorificado y exaltado sea, le enseñó al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) las maneras apropiadas para hacer todo, y parte de ello es mencionar el nombre de Dios antes de realizar cualquier acción. Él nos ordenó mencionar estos atributos antes de comenzar a hacer cualquier cosa, e incluso una fórmula para comenzar cartas y obras literarias. El significado de estas palabras es evidente, y no es necesario explicarlas en detalle para que sean comprensibles”.
Hay algo que se omite en la frase “Bismilláh…” cuando es dicha antes de comenzar alguna acción, que es la idea de “Yo comienzo esta acción en y con el nombre de Dios”, como si uno estuviera diciendo “Leo en el nombre de Dios”, “Escribo en nombre de Dios”, “Me alimento en nombre de Dios”, etc. Hay una gran bendición en hacer esto, y también implica el consagrar todos nuestros actos a Dios, como una forma de adoración, y a nadie más que a Él.
El nombre de Dios es el más grande nombre que Él posee, y es tan bien conocido que no necesita una explicación detallada. Con este nombre se hace referencia exclusivamente al Creador del universo, Glorioso y Eterno, Omnipotente. En árabe, la palabra Allah (Dios) proviene de la raíz ‘aliha’. Dios es la Divinidad (Iláh), lo cual significa que es adorado.
Ar-Rahmán es uno de los nombres de Dios que también pertenece exclusivamente a Él, nadie más puede ser llamado o adjetivado con este nombre. Significa Aquel que posee la más vasta misericordia, porque la forma intensiva de esta construcción en árabe implica abundancia y exhuberancia en extremo. Este es el nombre más exclusivo de Dios después de Allah, así como la más vasta misericordia es Su atributo más exclusivo. Por eso el nombre Ar-Rahmán, a menudo aparece después del nombre de Dios, como en el verso (traducción del significado):
“Diles: Y sea que Le invoquéis diciendo: ¡Oh, Allah! ¡Oh, Clemente!” (Al-Isrá, 17:110).
Ar-Rahím es también uno de los nombres de Dios, y significa Aquél cuya misericordia alcanza a quienes Él quiere entre Sus servidores.
Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “El nombre Ar-Rahmán se refiere a un atributo que es parte de la esencia de Dios, y el nombre Ar-Rahím se refiere a Su actitud hacia quien Él muestra misericordia. La primera es una denominación adjetiva, que hace referencia a lo que Él es, y la segunda es una denominación verbal, que hace referencia a lo que Él hace. El primero indica que la misericordia es Su atributo y el segundo indica que Él concede Su misericordia a Su creación. Quien quiera comprender esto, que medite el significado de estos versos (traducción del significado):
“Él es Quien os bendice, y Sus Ángeles [ruegan el perdón por vosotros] para extraeros de las tinieblas a la luz, y Él es Misericordioso con los creyentes” (Al-Ahzáb, 33:43).
“Ciertamente Él es Compasivo y Misericordioso con Sus siervos” (At-Táwbah, 9:117).
La palabra Ar-Rahmán nunca es usada en este contexto. De esta forma sabemos que Ar-Rahmán es el poseedor de la más vasta misericordia, y que Ar-Rahím es Aquel que concede esa misericordia a Su creación”. Fin de la cita de Badá’i' al-Fawá’id, 1/24.
En segundo lugar, las normas sobre decir “En el nombre de Dios, El Clemente, El Misericordioso” antes de leer el Sagrado Corán depende de la situación:
Si estamos al comienzo de un capítulo cualquiera, exceptuando el capítulo At-Tawbah, entonces la mayoría de los imames han afirmado que es recomendable recitar la fórmula “En el nombre de Dios, El Clemente, El Misericordioso”, ya sea dentro de la oración o fuera de ella. Esto debe hacerse como una práctica regular, y algunos de los eruditos consideraron que una lectura del Sagrado Corán no está completa si esta fórmula no es pronunciada, porque esta fórmula figura efectivamente escrita en el texto coránico. Cuando el imam Áhmad (que Allah tenga misericordia de él) fue consultado sobre recitar esta fórmula al comienzo de cada capítulo, respondió: “Sí, no lo descuiden”.
2 - Si uno comienza a leer en el medio de un capítulo, que es el caso al que te refieres en tu pregunta, entonces la mayoría de los eruditos y recitadores del Sagrado Corán dicen que no hay ninguna razón por la cual uno no deba comenzar recitando esta fórmula. Le preguntaron al imam Áhmad qué sucedía si una persona comenzaba a recitar un capítulo por la mitad o en cualquier parte que no fuera el principio, y respondió “No hay nada de malo con decir la fórmula en esa situación también”. Al-‘Abadi narró que el imam Ash-Sháfi’ (que Allah tenga misericordia de él) consideraba que era recomendable recitar esta fórmula cuando uno recita un capítulo comenzando por la mitad o por otra parte que no sea el principio.
Los recitadores del Corán suelen afirmar que con seguridad esta fórmula debe recitarse si se recitarán versos que mencionan a Dios mediante un pronombre que hace referencia a Dios, como por ejemplo los versos (traducción del significado):
“Él es Quien sabe cuándo llegará la Hora [del Juicio]” (Fússilat, 41:47).
“Él es Quien ha creado huertos, unos con plantas rastreras y otros con plantas que crecen hacia lo alto” (An-An’ám, 6:141).
Porque de otra forma, si uno recitara estos versos después de decir “Me refugio en Dios de Satanás el maldito” sin mencionar la fórmula “En el nombre de Dios El Clemente, El Misericordioso”, el pronombre parecería referir a Satanás, lo cual daría como resultado un mensaje horrendo y contrario al espíritu del Corán.
3 – Sobre recitar la fórmula mencionada al comienzo del capítulo At-Táwbah, difícilmente hay alguna disputa entre los eruditos acerca de esto. La gran mayoría de ellos está de acuerdo en que hacer esto es algo desaconsejable.
Sálih dijo, comentando algunas experiencias con su padre el imam Áhmad (que Allah tenga misericordia de ambos):
“Le pregunté acerca de los capítulos Al-Anfal y At-Táwbah, si es permisible para el musulmán separarlos, recitando la fórmula: “En el nombre de Dios, El Clemente El Misericordioso” al principio de At-Táwbah. Mi padre me dijo: “Con respecto al Sagrado Corán, debemos remitirnos a aquello en lo cual los compañeros del Profeta Muhámmad (que Dios esté complacido con ellos) estaban de acuerdo, y es que al Corán no se le debe quitar ni agregar nada”.
4 – Sobre comenzar a recitar el capítulo At-Táwbah a medio camino, los eruditos y recitadores del Corán difieren acerca de esto, como reportó Ibn Háyar al-Haizami en Al-Fatáwa al-Fiqhíyah, 1/52. Él dijo: “Entre los más prominentes recitadores del Sagrado Corán, As-Sajawi dijo que no hay disputa entre ellos sobre el hecho de que es recomendable comenzar con la fórmula “En el nombre de Dios, El Clemente, El Misericordioso” cuando uno comienza a leer el capítulo At-Táwbah por la mitad, porque él diferenciaba entre comenzarlo por el principio y comenzarlo por el medio, pero su explicación fue muy simplista, y fue refutada por Al-Ya’bari entre los recitadores del Corán. El punto de vista de que es desaconsejable, es probablemente más correcto, porque según algunos compañeros del Profeta Muhámmad la razón por la cual el capítulo At-Táwbah es el único que no comienza con esta fórmula, es que en este capítulo se rebeló por primera vez la orden para el Profeta y sus compañeros de combatir a los idólatras por medio de la espada, y porque este capítulo expone a los hipócritas de una forma cruda y directa. Estos tópicos se repiten en el capítulo At-Táwbah. Por lo tanto, no está prescripto recitar la fórmula aun si uno comienza el capítulo por la mitad, tal como no está prescripto recitarla si uno comienza por el principio”.
Ver Al-Adáb Ash-Shar’íyah, por Ibn Muflíh, 2/325; Al-Mawsú’ah al-Fiqhíyah, 13/253; y Fatáwa al-Fiqhíyah al-Kubra, 1/52.
En tercer lugar, con respecto al significado de las palabras “íqra' bismi Rábbika” (“Lee [o ‘recita’] en el nombre de tu Señor), que pertenecen al capítulo Al-‘Alaq, el imam Ibn Yarír (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Estas palabras estaban dirigidas al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él); Dios le estaba ordenando que leyera o recitara, en Su nombre. Pero Dios sabe mejor”.