Alabado sea Dios.
El shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz (que Allah tenga misericordia de él) escribió una breve descripción del baabismo y el bahaísmo que citaremos aquí:
“Según el punto de vista de ellos, la palabra “baab”, literalmente ‘puerta’ en árabe, se refiere a ‘Ali ibn Muhámmad al-Shirazi, quien afirmó ser la ‘puerta’ a Bahaulláh Mirza Husain ‘Ali, quien era supuestamente quien tenía contacto con la revelación divina. Los baabis se llaman así por él. Cada vez que fue presionado por las autoridades iraníes, él se arrepintió del baabismo y aseguró ser duodecimano, que es la religión oficial de Irán.
Los baabis mantuvieron una conferencia durante un año en el desierto de Dasht para anunciar sus puntos de vista y proclamar albricias del imam oculto esperado por los duodecimanos. Según el libro Al-Baha’íyah Tarijuhawa ‘Aquidatuha wa Síllatuha bi al-Batiníyah wa al-Suhuiuníyah, pág. 97 (El Bahaismo, su historia, creencias, y su relación con el esoterismo y el sionismo), por el líder de la organización Ansar as-Sunnah al-Muhamadíyah de Egipto, el shéij ‘Abd er-Rahmán al-Wakil (que Allah tenga misericordia de él), no hay homogeneidad en las creencias de los babíes acerca de Al-Bab (la puerta), y los baabis no son todos iguales.
En su conferencia había dos grupos de baabis, uno liderado por al-Bashro’i y al-Quddus, y el otro por Al-Baha’ y por Qurrat al-‘Ain, como se afirma en la página 98 de su libro. Sus reuniones eran de dos tipos, una sólo para los líderes del baabismo y otra para la gente común. El tópico en discusión en las reuniones de los líderes era la abrogación baabista de la ley islámica. Su punto de vista fue que el Baab había sido más grande y de un estatus espiritual mayor que todos los mensajeros y profetas de la humanidad, y que lo que se le había revelado de la religión era más completo y más perfecto que cualquier religión previa.
Como dice en las páginas 99-100 del libro mencionado, Qurrat al-‘Ain dio un discurso censurable en esta conferencia cuando al-Bashru’i y al-Quddus no estaban presentes. Al-Baha’ también estaba ausente, alegando que estaba enfermo. Él estaba preocupado por las consecuencias del discurso de Qurrat, y esperó a ver la reacción de los delegados, y si ellos rechazaban la idea o no. En su discurso, ella claramente afirmó que la religión de Muhámmad (el Islam) había sido completamente abrogada por la nueva religión (el bahaísmo), que había llegado a la comunidad a través de la Puerta, aun cuando sólo una pequeña cantidad de ella había llegado tan lejos y estaban en un intervalo. Las normas de la ley islámica ya no se les aplicaban, y podían compartir sus riquezas.
Al-Wakil dijo que esto era lo que había sido afirmado claramente por el historiador baha’i en su libro Al-Kawákib ad-Durríyah (p. 180, 210). Y ella afirmó claramente en su discurso que no creía en la resurrección.
Qurrat al-Ain fue una sólida proponente de sus puntos de vista. Ella emitió un dictamen legal antes de ponerse en contacto con Al-Baha’, se sometió a él y le atribuyó a él su dictamen legal.
Los baabis continuaron como un movimiento armado en el cual derramaron abundante sangre, asesinando a cientos de personas. El Estado iraní se opuso a ellos y reclutó tropas para ponerle fin a esta amenaza, y lo lograron. Ejecutaron a Bab al-Bab al-Bashru’i y a su compañero al-Quddus en el 1265 después de la Emigración, como se afirma en el libro (el libro de Wakil). Los juristas duodecimanos emitieron un dictamen legal afirmando que debía ser ejecutado. El gobierno ordenó entonces que fuera ejecutado en una ejecución pública, antes de lo cual fue encarcelado en la ciudadela.
Los eruditos duodecimanos debatieron con él varias veces, y demostraron claramente su ignorancia y confusión. Entre las preguntas más sagaces que le hicieron fue cuando le preguntaron acerca de los defectos de la ley islámica y cuál era la perfección de lo que él decía que se le había revelado, y no pudo ofrecer ninguna respuesta, no pudo siquiera decir una palabra. Se le pidió que hiciera un alegato en su defensa y dio un discurso sin sentido. Los eruditos y juristas duodecimanos sentenciaron entonces que era un hipócrita y que debía ser ejecutado, y así fue.
Nota: afirmamos previamente que el Bab en el cual los bahais creen, era el precursor de al-Baha’, y uno de los que recibieron la revelación y la entregaron. Entonces él era como un mensajero de al-Baha’. Los baabis creen en al-Bab, que era ‘Ali ibn Muhámmad ash-Shirazi, un ignorante que afirmó ser “…el más perfecto ser humano en el cual se manifestó la realidad divina, y quien creó todo con su palabra” (ver pág. 117). Ellos citan unas palabras suyas: “En el día de Noé, yo era Noé; en el día de Abrahán, yo era Abrahán; en el día de Moisés, yo era Moisés; en el día de Jesús, yo era Jesús; en el día de Muhámmad, yo era Muhámmad; y en el día de ‘Ali, yo era ‘Ali. En el día en que la causa de Dios prevalezca sobre todas las otras causas, yo seré a quien Dios haga prevalecer. Yo soy el último después de quien no habrá nadie más, y soy el primero antes de quien no hubo nadie más. Yo soy la manifestación de la prueba de Dios contra los mundos”. Ver: Shar’at al-Bab, p. 119.
¡Cuán ridículas son estas palabras, que ninguna persona sensata pronunciaría!
Los babis abolieron las cinco oraciones diarias, la oración comunitaria de los viernes, excepto en el caso de la oración funeraria. Él afirmó que la purificación ritual no era obligatoria, que la dirección hacia la cual debían rezar era hacia donde había nacido Shiraz, o el lugar en el que había sido encarcelado, o las casas en las que él y sus seguidores habían vivido. Estos eran los lugares a los cuales sus seguidores debían peregrinar.
Con respecto al ayuno, debía ser observado desde el amanecer hasta el ocaso, durante uno de sus meses inventados de 19 días. Con respecto a la caridad obligatoria, la convirtieron en un diecinueve por ciento de la riqueza del devoto, que sería tomada por el concilio de los babis al final del año. Y hay por supuesto otras leyes ridículas, como podrás encontrar en la pág. 120 del libro de Al-Wakil.
Sobre el Bahaísmo:
Al-Baha’, conocido como
Baha’ ad-Dín, fue Mirza Husain ibn ‘Ali ibn al-Mirza ‘Abbás Bazrak
al-Mazandrani an-Nuri al-Irani. Nació en Teherán, en el 1233 después de la
Emigración, perteneció a una orden sufi. De allí tomó muchos mitos e
historias de sus shéijs. Luego se mudó a Bagdad, y viajó desde Bagdad
frecuentemente a otros lugares. Después se mudó a ‘Akka por razones
políticas y por las disputas entre sus seguidores babis y los seguidores de
su hermano, Iahia ibn ‘Ali ibn Mirza. Después de todo eso, al-Baha’ hizo las
siguientes declaraciones (ver pág. 143 del libro de Al-Wakil):
Al principio al-Baha’ declaró que él era el sucesor de Al-Bab, o el último
sucesor del imam oculto de los duodecimanos. Luego declaró que era el imam
oculto mismo. Después afirmó ser un profeta, más tarde afirmó ser Dios y que
la realidad divina sólo existía en su forma más perfecta en él.
La muerte de al-Baha’:
Cuando estaba en el apogeo de su fuerza y su convocatoria era más fuerte, Dios quiso que desarrollara fiebre, de la cual falleció repitiendo sus declaraciones y mitos ridículos. Falleció en el mes de Dul Qa’idah de 1309 después de la Emigración. Ver la pág. 144 del ensayo y notas al pie de Abu al-Fada’il, que fue uno de los difusores de la secta de los bahais.
Los métodos de Al-Baha’ de propagación de sus puntos de vista:
Al-Baha’ era afecto a las alusiones, los símbolos y el lenguaje de jerga. Ver la pág. 147 del libro de Al-Wakil.
Sus libros:
El más famoso de sus libros es Al-Aiqan y Al-Aqdas. Escribió el primero en Bagdad, y trata sobre las supuestas pruebas de que el Baab es el líder esperado del Islam (Mahdi) e imam oculto de los duodecimanos. Se remite a las declaraciones de al-Baha’, y escribió este libro en respuesta a las preguntas sobre el Baab. En este libro, al-Baha’ reconoció que estaba haciendo mal en escribir este libro… cuán extraña es la conciencia de los pecadores y los embaucadores.
Gloria a Dios, cuán grande es Él; insiste en que estos pecadores y mentirosos fracasen en sus palabras y actos. Gloria a Dios por la claridad de la verdad y el fracaso de la falsedad. Ver: pág. 150 del libro de Wakil.
El odio de los bahais hacia los musulmanes
Al-Mirza no odió a ninguna comunidad tanto como a los musulmanes. Él acusó a las tempranas y posteriores generaciones de no haber comprendido nada del Corán, cuando dijo: “1208 años han pasado desde que el Corán apareció y esta gentuza lo recita cada mañana sin entender una palabra de su significado”… “Quien no bebe de nuestro néctar sellado, el sello que hemos roto con nuestro nombre Al-Qaiyúm, no ha atrapado la luz de la unidad de Dios, y no conoce el significado de los libros de Dios; es uno de los paganos”.
Nota:
En este resumen acerca de los baabis y los bahais, no hemos publicado nada que no figure en el libro de Al-Wakil. Debemos señalar que algunos pasajes provienen del libro del Dr. Muhámmad Mahdi Jan al-Irani at-Tabrizi, quien vivió en Egipto. Este libro es conocido como Miftah Bab al-Abwab. Parte de él ha sido tomado de artículos escritos por Muhíbb ad-Dín al-Jatíb, acerca del baabismo y el bahaísmo, y otra parte fue compuesto por nosotros.
Y Allah es la Fuente de toda fuerza. Que Dios bendiga y otorgue la paz a nuestro Profeta Muhámmad, a su familia y a sus compañeros”.
Fin de la cita de Maymu' al-Fatáwa Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz, 7/407-412.
El Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz (que Allah tenga misericordia de él) también emitió una opinión legal afirmando que los bahais son incrédulos. Él fue consultado acerca de las declaraciones de Bahaulláh, quien dijo que era un profeta, y también afirmó que Dios había encarnado en él: “¿Es permisible para los musulmanes enterrar a estos incrédulos en nuestros cementerios?”
Él respondió:
“Si las creencias de los bahais son como tú las describes, entonces indudablemente son incrédulos y no es permisible casarse con ellos ni enterrarlos en nuestros cementerios, porque cualquiera que declara ser un profeta luego del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) es un mentiroso y un incrédulo de acuerdo a los textos auténticos de la ley islámica y el consenso de los musulmanes, y porque esto es descreer de las palabras de Dios cuando dijo (traducción del significado):
“Muhammad no es el padre de ninguno de vuestros hombres, sino el Mensajero de Allah y el sello de los Profetas; y Allah es Omnisciente” (Al-Ahzáb, 33:40).
Y porque hay reportes ubicuos del Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) que prueban que él es el Sello de la Profecía, y que no habrá otro profeta después de él hasta la llegada del Mesías. De la misma forma, quien afirma que Dios ha reencarnado en él o en cualquier otra criatura es un incrédulo, de acuerdo al consenso de los musulmanes, porque Dios, glorificado y exaltado sea, no tiene necesidad alguna de reencarnar en Sus criaturas, ya que el alma de todas ellas está en Sus manos. Dios está muy por encima de todo lo que le atribuyen. Quien diga eso está hablando sin conocimiento y está pronunciando palabras de incredulidad, está negando pasajes concretos y bien conocidos de la última revelación de Dios, como los reportes que afirman que el Sagrado Trono de Dios está muy por encima de Su creación. Él, glorificado y exaltado sea, es El Altísimo, y no hay nada ni nadie en el universo comparable a Él. Él se ha descripto a Sí mismo de la siguiente forma (traducción del significado):
“Ciertamente vuestro Señor es Allah, Quien creó los cielos y la Tierra en seis días, luego se estableció sobre el Trono. Hace que la noche y el día se sucedan ininterrumpidamente. Y creó el sol, la luna y las estrellas sometiéndolos a Su voluntad. ¿Acaso no Le pertenece la creación y Él es Quien dictamina las órdenes según Le place? ¡Bendito sea Allah, Señor del Universo!” (Al-A’raf, 7:54)”.
Fin de la cita de Maymu' al-Fatáwa Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz, 13/169.