Alabado sea Dios.
En las biografías del Profeta se narra que él (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) tenía varias espadas. Algunos de los eruditos dicen que tenía nueve espadas, pero no hay prueba en los reportes auténticos excepto en el caso de una sola.
Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Él (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) tenía nueve espadas: “Ma’zur, que fue la primera espada que poseyó y que heredó de su padre; al-‘Adb (la Filosa); Dul Fiqar, que casi nunca dejaba de lado, y cuyo mango, empuñadura, anillo, decoraciones y la punta de la vaina estaban hechos en plata; al-Qal’i; al-Battár; al-Hatif; ar-Rasub, al-Mijdam, y al-Qadib. La punta de la vaina estaba hecha en plata.
Su espada Dul Fiqar fue adquirida como botín en la batalla de Bádr, y fue la única que le fue mostrada en sueños. Cuando ingresó a La Meca en el Día de la Conquista, había oro y plata en su espada”. Zaad al-Ma’ád, 1/130. Fue clasificado como débil (da’íf) por al-Albani en Mujtasar ash-Shamá’il (87). Ver también: at-Tarátib al-Idaríyah, por al-Katani, 1/343.
La única espada de la que hay prueba en la Tradición Auténtica es Dul Fiqar.
Se narró de Ibn ‘Abbás que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) adquirió su espada Dul Fiqar en el día de Bádr, y esta es la única que él vio en un sueño en el día de Uhud. Fue narrado por at-Tirmidi (1561) e Ibn Máyah (2808) y clasificado como bueno por al-Albani en Sahih Ibn Máyah.
La frase traducida aquí como “adquirida” significa que la tomó como su parte del botín de guerra.
Áhmad (2441) narró en un reporte clasificado como bueno por al-Arna’út, un relato más completo, en el cual se describe el sueño:
“Se narró que Ibn ‘Abbás dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) adquirió su espada Dul Fiqar en el día de Bádr, y es la que vio en un sueño en el día de Uhud. Él dijo: “Vi que mi espada Dul Fiqar se desafilaba, e interpreté eso como alguna clase de pérdida que les afectaría. Y me vi a mí mismo con un carnero montado detrás de mí, e interpreté eso como…; y me vi a mí mismo usando una gruesa chaqueta de malla, e interpreté eso como la ciudad de Medina. Y vi ganado siendo sacrificado, y por Dios, qué buen ganado que era, por Dios, qué buen ganado era…”. Lo que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo, sucedió.
La espada del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue llamada Dul Fiqar porque tenía un fino y bello grabado en ella, y un grabado puede ser llamado ‘fiqrah’ en árabe. Esta fue la más famosa de sus espadas.
Sobre su espada al-Battár, fue mencionada por Ibn Sa’d en at-Tabaqat (1/486), pero es un reporte mursal (un tipo de relato débil), cuya cadena de transmisión incluye a al-Wáqidi. Y hay otros reportes, que no son correctos.
Al-Háfiz al-‘Iraqí (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “En at-Tabaqat, Ibn Sa’d menciona el reporte mursal de Marwán Ibn Abi Sa’íd al-Mu’álla, quien dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) adquirió tres espadas de las armas de Banu Qainuqa': una espada llamada Qa’li, otra llamada Battár, y una espada llamada al-Hatif. Después de eso, obtuvo al-Mijdam y Rasub”. Su cadena de transmisión incluye a al-Wáqidi. Tajrich Ahaadíz al-Ihia' (2471).
Al-Qal’i fue llamada por March al-Qal’ah, un lugar en el desierto.
Puesto que no hay prueba en los reportes auténticos de que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) tuviera una espada con este nombre, ¿cómo podemos creer que existió en la forma descripta por quien dice que esta es una figura de la espada del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)?
En segundo lugar, hay una descripción en la Tradición Profética de la espada del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), Dul Fiqar, pero no incluye imagen alguna. ¿Cómo podría el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) haber conservado tal espada, cuando él mismo prohibió las imágenes y ordenó que fueran borradas?
Cuando el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) conquistó La meca, no ingresó a la Ka’bah hasta que había dado instrucciones de que las imágenes fueran borradas.
Se narró de Yábir, que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ordenó a ‘Umar ibn al-Jattáb (que Dios esté complacido con él), en el tiempo de la conquista cuando él estaba en al-Batha', ir a la Ka’bah y borrar toda imagen que hubiera dentro de ella, y el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no ingresó a ella hasta que había sido librada de cada una de las imágenes. Narrado por Abu Dawud (4156); clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih Abi Dawud.
Se ha probado que Abu Umámah ibn Sáhl dijo: “La empuñadura de la espada del Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) estaba hecha de plata”. Narrado por an-Nasá'i (5373) y clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih an-Nasá'i.
El Shéij al-Islam Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Es permisible adornar una espada con un poco de plata, porque había algo de plata en la espada del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)”. Maymu’ al-Fatáwa, 25/64.
En tercer lugar, las afirmaciones hechas en el sitio web de que esta es la espada del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), pueden ser contestadas señalando de que no hay prueba de que ninguna de las reliquias del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) sobreviviera. Se pueden hacer declaraciones de que los zapatos, el cabello, vestimentas y piedras preciosas pertenecientes al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) existen en varias partes del mundo, y cada nación dice que lo que ellas tienen es verídico y lo que las demás poseen es falso. Pero se ha probado en el pasado y en tiempos recientes que los reclamos de muchas de poseer objetos pertenecientes al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) son falsos, y que están lucrando con estas supuestas reliquias.
En su libro Mafákahah al-Jullán fi Hawádiz az-Zamán, Ibn Tulun menciona los eventos del año 919 después de la Héyirah, cuando alguien dijo tener en su posesión un vaso y algunos de los palillos del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), pero entonces se dieron cuenta de que estas no eran reliquias del Profeta, más bien eran reliquias de Laiz ibn Sá’d.
Algunos de los califas y compañeros del Profeta preservaron algunas reliquias suyas, pero muchas de ellas se perdieron en los tumultos que sucedían entre la caída de un gobierno y otro. Por ejemplo, cuando los mongoles atacaron Bagdad en el 656 después de la Héyirah, quemaron la capa (burdah) del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Cuando Timurleng atacó Damasco en el 803 después de la Héyirah, unos zapatos de los que se decía que habían pertenecido al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) desaparecieron.
Por eso los imames dudaron de que pueda probarse que alguna de las reliquias del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) hubiera sobrevivido hasta hoy en día, y de algunas de ellas ciertamente no puede probarse.
1 – Ibn Kázir (que Allah tenga misericordia de él) dijo, hablando de las vestimentas del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él):
“No se sabe qué sucedió con estas tres vestimentas después de eso”. Al-Bidaiah wa an-Nihaiah (6/10) y as-Sirah an-Nabawíyah, 4/713.
2 – As-Suiuti (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Esta capa estaba en la custodia de los califas, que se la legaron los unos a los otros y la portaron en sus hombros en procesiones, caminando o montando. Fue portada por al-Muqtadir cuando fue asesinado y se manchó con sangre. Pienso que se debe haber perdido durante el tumulto causado por la invasión mongola. Ciertamente, a Dios pertenecemos y a Él retornaremos”.
Tarij al-Julafá', p. 14.
3 – El gran erudito Áhmad Timar Pashá, después de enumerar las reliquias atribuidas al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) en Estambul, dijo:
“Es obvio que algunas de estas reliquias pueden ser genuinas, pero nosotros no vemos a ninguno de los eruditos confiables afirmando definitivamente que son genuinas o no. Dios, glorificado y exaltado sea, sabe mejor la verdad. Pero con respecto a algunas de ellas, no podemos ocultar nuestras reservas”. Al-Azar an-Nabawíyah, p. 78.
Y en la página 82, después de citar reportes de algunos de los compañeros del Profeta (que Dios esté complacido con ellos) que buscaban bendiciones en los cabellos del Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él):
“No hay ninguna evidencia para probar que algunos de los cabellos que estuvieron en las manos de la gente pueda haber pertenecido al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), porque los cabellos que la gente tiene fueron algunos de los que habían sido repartidos entre sus compañeros, pero es difícil decir cuál es auténtico y cuál no”. Fin de la cita.
4 – El shéij Al-Albani (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Es esencial señalar que creemos que es permisible buscar bendiciones en las reliquias del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), y no lo denunciamos, contrario a lo que nuestros oponentes piensan, pero esta búsqueda está sujeta a ciertas condiciones, entre las cuales están:
Una fe correcta aceptable para Dios. Si una persona no es musulmana o no cree sinceramente en el Islam, Dios nunca le concederá ningún bien buscando bendiciones de esta forma.
También está estipulado que quien busca bendiciones debe haber encontrado una reliquia auténtica perteneciente al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
Sabemos que las reliquias tales como sus vestimentas, cabello, y otras cosas, se han perdido, y no es posible para nadie probar con certeza que alguna de ellas exista todavía”.
At-Tawássul, 1/145.
5 – El shéij Sálih al-Fawzán dijo en un artículo titulado Ta’qíb ‘ala Mulaahazát ash-Sháij Muhámmad al-Maydub ibn Mustafa:
“Con respecto a las cosas que se han separado de su cuerpo (del Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) o que estuvieron en contacto con su cuerpo, se puede buscar bendiciones a través de ellas si existieron durante su vida y después de su muerte, si sobrevivieron, pero en la mayoría de los casos no sobrevivieron después de su muerte. Sobre los reclamos hechos por algunos charlatanes en la actualidad, que algunos de sus cabellos todavía existen, son falsos reclamos, para los cuales no hay evidencia…
Estas reliquias no existen ahora, porque ha pasado mucho tiempo y lo que es más probable es que se hayan desintegrado o perdido, y no hay evidencia que pueda apoyar las afirmaciones de quienes dicen poseer algunas”. Al-Baián li Ajtá' Ba’d al-Juttáb, p. 154.
6 – Bajo el título de Hal Iuyad Shái un min Azár ar-Rasul Sálla Alláhu ‘aleihi wa sállam fil ‘Asr al-Hadir (¿Acaso hay alguna reliquia del Mensajero (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) en el presente?), el Dr. Násir ibn ‘Abd er-Rahmán al-Yadí' describe los tipos de búsqueda de bendiciones y las normas sobre ellas. En la página 256 a la 260, él explica que es incierto que alguna de las reliquias que existen en la actualidad puedan verdaderamente ser atribuidas al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), y afirma que muchas de las reliquias del Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) han desaparecido a lo largo de los siglos, a causa de las pérdidas, las guerras y los tumultos.
Fin de la cita.
Y Allah sabe más.