Alabado sea Dios.
Creo que deberías ofrecer consejos sinceros a tu marido, recordarle que tema a Dios, y que tenga cuidado de Su castigo. Las consecuencias del adulterio en este mundo y en el Más Allá son terribles, como dijo Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él):
“El adulterio no es sino el resultado de una falta de compromiso religioso, de pérdida de la piedad, de corrupción de la dignidad humana y de una falta de honestidad. Nunca encontrarás un adúltero que tenga estas cualidades, que sea piadoso, que sea consecuente con sus palabras, que diga la verdad, que se preocupe sinceramente por sus amigos y sus seres queridos, o que tenga un sentido de celo y protección hacia sus mujeres y niños.
La traición, la mentira, la falta de dignidad, la falta de conciencia de Dios están siempre presentes en esta gente, que fracasa en guardar los sagrados límites. Todas estas son las consecuencias en el corazón de este terrible pecado.
Otras consecuencias incluyen lo siguiente:
– El enojo de Dios hacia el adúltero puede conducir a que se difunda la discordia entre su familia. Si tomáramos el ejemplo simplemente de un hombre que fuera a insultar o faltarle el respeto a un rey de esta manera, la respuesta del rey sería muy severa.
– Oscurecimiento del rostro, a causa de la secreta conciencia del horrible pecado que se ha cometido, un rostro cubierto de miseria y penumbras que pueden notarse en la mirada.
– Una mente atribulada por el remordimiento y la oscuridad. Esta es la causa del oscurecimiento del rostro, porque el rostro refleja lo que el corazón y la mente llevan adentro.
– Carencias y miserias. De acuerdo a un reporte, Dios, glorificado y exaltado sea, dijo: “Yo soy Dios, el Destructor del tirano y el Empobrecedor del adúltero”.
– Pérdida de la dignidad y del respeto, puesto que quien comete esta clase de pecados se convierte en una persona despreciable para Dios y para el resto de la gente.
– Privación de los mejores atributos que conducen a la felicidad, como son la castidad, la rectitud y el buen carácter, y adquisición de los atributos opuestos, que son la inmoralidad, la mentira, la traición y la falsedad.
– Alejamiento de la condición de creyente, porque se ha narrado en las dos obras de reportes más auténticos, que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “El adúltero no es un creyente cuando está cometiendo adulterio”. Ya’far Ibn Muhámmad fue consultado sobre este reporte. Dibujó un círculo en el suelo y dijo: “Este círculo es la fe”. Luego, dibujó otro círculo más grande alrededor de él, conteniéndolo. Y dijo: “Este círculo es el Islam. Si un musulmán comete adulterio, sale del círculo de la fe, pero no del círculo del Islam”. Fin de la cita de Rawdat al-Muhibbín (360).
Por lo tanto, no desesperes, más bien busca la recompensa de Dios en la paciencia, y esfuérzate por corregir esta situación. Protege en primer lugar a ti misma y a tu familia refugiándote en las leyes de Dios, y aferrándote a las enseñanzas del Islam. Pon atención especial a tus pequeñas hijas, trátalas con amor y compasión, y esfuérzate por darles la mejor educación y proveerlas del mejor entorno, a través de colegios islámicos que les enseñen el Corán y los valores del Islam. Esto es lo mejor que puedes hacer en estas condiciones. Tú no tienes responsabilidad ni culpa alguna en lo que está haciendo tu marido, él solo cargará con la causa del pecado que ha cometido. Dios dijo (traducción del significado):
“Cualquier pecado que alguien cometa es en detrimento propio, y nadie cargará con los pecados de otro. Luego, volveréis a vuestro Señor y Él os informará acerca de vuestras discrepancias” (Al-An’ám, 6:164).
Con respecto al hijo que ha tenido tu marido con esa muchacha, no es responsabilidad tuya en absoluto, porque como mencionamos tú no eres responsable de su conducta ni de sus acciones, por lo tanto no te preocupes acerca de lo que suceda.
Y Allah sabe más.