Alabado sea Dios.
El verso por el que preguntas es el siguiente (traducción del significado):
“Quienes obedezcan a Allah y al Mensajero estarán con aquellos a quienes Allah ha agraciado: los Profetas, los veraces, los mártires y los justos. ¡Qué excelentes compañeros!” (An-Nisá’, 4:69).
Ibn Kazír (que Dios tenga misericordia de él) dijo en su Exégesis Coránica (Tafsir): “Esto significa que cualquiera que actúe de acuerdo a las órdenes de Dios y Su mensajero, Dios le dará un lugar en la morada de Su munificencia, y hará que esté en compañía de los profetas y de aquellos que están después de ellos en estatus espiritual, los justos, los mártires y los creyentes en general, que son aquellos que han hecho buenas obras tanto abiertamente como en secreto. Dios los elogia cuando dice (traducción del significado):
“¡Qué excelentes compañeros!” (an-Nisá’, 4:69).
Al-Bujari narró que ‘Aa'ishah (que Allah esté complacido con ella) dijo: "Oí al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) decir: "No hay profeta que se sienta enfermo sin que Dios le ofrezca la elección entre este mundo y el Más Allá". Y cuando él se sintió enfermo y estuvo en su lecho de muerte, su voz se puso muy ronca y lo oí recitar: "... en la compañía de aquellos a quienes Dios ha concedido Su gracia, de los profetas, de los justos, de los mártires y los honrados". Fue entonces que supe que Dios le había dado esta opción". Fin de la cita de la Exégesis Coránica de Ibn Kazír.
Luego Ibn Kazír mencionó algo acerca de la razón por la cual este verso fue revelado, y dijo: "Más grande que todo esto son las buenas noticias que se han reportado en los libros de reportes auténticos y compilaciones de tradiciones, a través de cadenas de transmisión ubicuas que a través de varios de esos compañeros se remontan al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), en los que se afirma que fue consultado acerca de alguien que ama a otros pero no puede alcanzarlos, es decir, que no logra alcanzarlos en sus estatus de virtud, y respondió: "Estará con aquellos que ama".
Anas Ibn Málik (que Dios esté complacido con él) dijo: "Los musulmanes nunca se regocijaron tanto como cuando escucharon este reporte. Yo amo al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), y amo a Abu Bákr y a ‘Umar (que Dios esté complacido con ellos), y tengo la esperanza de que Dios me resucite con ellos aun cuando yo no he podido hacer por la causa lo que ellos hicieron".
Por lo tanto, como puedes ver, no hay nada en este verso que justifique los rituales y las innovaciones que los sufíes defienden.
Si estos sufíes son sinceros, entonces que obedezcan a Dios y a Su Mensajero, y que se aferran a Su ley revelada, como Dios nos ha ordenado, para que se cuenten entre los victoriosos.
Sin embargo, si insisten en decir que sus santos y sus shéijs tienen conocimiento de lo oculto, cuando en realidad sabemos que nadie excepto Dios conoce lo oculto; o insisten en peregrinar y hacer circunvalaciones rituales alrededor de las tumbas y los mausoleos, o rezando a los fallecidos y pidiéndoles que concedan deseos como si tuvieran poder para favorecer o perjudicar a los vivos, se contarán (más allá de toda sombra de duda) entre los perdedores en el Más Allá, porque todas esas cosas son actos de idolatría y paganismo que Dios claramente ha condenado en Su Libro, porque implican adorar y buscar la ayuda de otro en lugar de Dios, y por lo tanto tales actos no conducen al Paraíso sino al Infierno.
Muchos de ellos dicen: "Dios nos inspira con cosas que pone en nuestros corazones además de lo que conocemos en el Corán y la Tradición Profética". E incluso pretenden ser la élite del Islam, y no falta quien confiesa creer que no necesita cumplir con las obligaciones de la ley islámica porque sólo son obligatorias para las "masas". Todas estas cosas son bastante increíbles y sin duda inaceptables en cualquier musulmán.
Ya sea que cometan estas faltas o no, los sufíes en general se caracterizan por haber inventado oraciones y súplicas para rememorar a Dios que no fueron narradas del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), y que enseñan y repiten regularmente como si fueran parte de la religión cuando en realidad no lo son. Y después de todo esto... ¿todavía pretenden contarse entre los piadosos y los victoriosos, entre aquellos que gozarán de la complacencia divina? Por el contrario, todas estas cosas que ellos han inventado como parte de la religión no conducen más que al Infierno, donde sus moradores no encontrarán la compañía de sus seres amados, ni mucho menos aún de los profetas, de los justos y los mártires, sino la compañía de los demonios, como el resto de los idólatras y de aquellos que insistieron en desobedecer a Dios.
Le pedimos a Dios que nos mantenga a salvo de tales cosas. Que Dios nos bendiga con la compañía de Su Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y sus nobles compañeros, y nos reúna con ellos en un lugar de honor bajo Su mirada, porque ciertamente Él es el Soberano, Quien es capaz de todas las cosas.
Y Allah sabe más.