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Alabado sea Dios.
Alabado sea AllahLlorar es algo bien conocido, y se refiere a derramar lágrimas por los ojos.
Sobre las lamentaciones, de acuerdo al consenso de los eruditos tienen que ver con las palabras y sonidos que emiten hombres y mujeres cuando expresan dolor. Las palabras a las que nos referimos son elogios, como enumerar sus buenas cualidades, el ‘keening’, un canto bien conocido que hacen las mujeres árabes durante sus lamentaciones, los gritos, y otras acciones bien conocidas que realizan las mujeres cuando se lamentan.
Algunos juristas dicen que esto se aplica si también hay lágrimas, y otros dicen que no es necesario que esté acompañado de lágrimas, sino que está relacionado con los actos de lamentarse mencionados arriba.
Se ha narrado en un reporte que ‘Abd Allah ibn ‘Umar (que Allah esté complacido con él) dijo: “Sa’d ibn ‘Ubádah cayó enfermo y el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) vino a visitarlo con ‘Abd er-Rahmán ibn ‘Awf, Sa’d ibn Abi Waqqás y ‘Abd Allah ibn Mas’ud (que Allah esté complacido con ellos). Cuando ingresó a su habitación, lo encontró inconsciente con su familia a su alrededor, y preguntó: “¿Ha fallecido?”. Le respondieron: “No, Mensajero de Dios”. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) lloró, y cuando la gente vio al Profeta llorando, ellos también lloraron. Luego dijo: “Escuchen: Dios no castiga por las lágrimas del ojo o por la pena del corazón, sino que castiga o concede misericordia por esto (y se señaló la lengua)”. Narrado por al-Bujari, 1304; Muslim, 924.
Se narró que Usama ibn Zaid dijo: “Estábamos con el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y una de sus hijas le llevó un mensaje, informándole que uno de sus nietos había fallecido. Él le dijo al mensajero: “Vuelve y dile a ella que a Dios pertenece lo que Él ha tomado, a Él pertenece lo que Él da, y que todo tiene un tiempo prescripto por Él. Dile que busque la recompensa a través de la paciencia”. Entonces el mensajero volvió y le dijo al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Ella te implora que vayas a verla”. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) salió, y Sa’d ibn ‘Ubádah y Mu’ádh ibn Yabal salieron con él, y yo fui con ellos. El niño estaba tieso y su alma temblaba como agua vertida en una cantimplora de cuero. Los ojos del Profeta se llenaron de lágrimas, y Sa’d le dijo: “¿Qué es esto, Mensajero de Dios?”. Él respondió: “Esto es compasión que Dios ha puesto en los corazones de Sus servidores. Dios sólo muestra misericordia hacia los misericordiosos”. Narrado por al-Bujari, 1284; Muslim, 923.
An-Nawawi (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Lo que esto significa es que Sa’d pensó que todas las clases de llanto estaban prohibidas, y que derramar lágrimas estaba prohibido, y pensó que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) había olvidado eso, entonces se lo recordó. Pero el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le enseñó que derramar lágrimas no es un acto prohibido ni reprobable; más bien, es una misericordia y una virtud. Lo que está prohibido es gritar, lamentarse o golpearse, o cuando el llanto está acompañado por alguna de estas cosas”.
Fin de la cita.
Y Allah sabe más.