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Quiere convertirse al Islam pero trabaja como artista haciendo tatuajes

25-03-2012

Pregunta 164902

Yo soy un artista que hace tatuajes, y estoy interesado en el Islam y quisiera dar mi testimonio de fe. Soy consciente de que se considera prohibido tatuarse en el Islam, esta ha sido mi profesión durante los últimos 15 años, y no sé con qué otra profesión podría mantener a mi familia. ¿Puedo convertirme al Islam y conservar mi profesión?

Texto de la respuesta

Alabado sea Dios.

Alabado sea Allah

El primer lugar, la más grande bendición que Dios puede conceder a Sus servidores es permitirles descubrir el Islam, y abrir sus corazones para que crean en Él y se sometan a Él. Dios, glorificado y exaltado sea, dijo (traducción del significado): 

“A quien Allah quiere guiar le abre el corazón para que acepte el Islam [el sometimiento a Él]. En cambio, a quien Él quiere extraviar le oprime fuertemente el pecho como si subiese a un lugar muy elevado [impidiendo que la fe entre en su corazón]. Así es como Allah hace que Satanás domine a los incrédulos” (al-An’ám 6:125). 

El shéij as-Sa’di (que Allah tenga misericordia de él) dijo: 

“Dios dijo, explicando a Sus servidores los signos de una persona que ha sido bendecida y guiada, y los signos de una persona que ha sido condenada y desviada: si su corazón se abre al Islam y es llenado con la luz de la fe y la certeza, y se siente satisfecho con eso y ama el bien y lo hace voluntariamente, disfruta haciéndolo y no lo encuentra pesado, esto es un signo de que Dios lo ha guiado y bendecido y le ha permitido seguir el camino recto. 

Y el signo de alguien a quien Dios permite que se extravíe es que encuentra su corazón constreñido y se siente incómodo con las ideas de la fe, el conocimiento y la certeza; su corazón está inmerso en argumentos capciosos, caprichos y deseos, y ninguna bondad lo alcanza; su corazón no está abierto al bien.  

Por esta razón, que es el hecho de que no creen y no tienen fe, es que Dios descarga Su ira en ellos, porque ellos cierran a sí mismos la puerta de la misericordia. Esta es una norma que no cambia. Quien da en caridad y teme a Dios y testifica la verdad, Dios le mostrará el camino de la facilidad, pero a quien es miserable y piensa que no necesita ninguna guía y descree de la verdad, Dios le mostrará el camino del mal”. 

Fin de la cita del Tafsir as-Sa’di, 272. 

Le pedimos a Dios que te guíe y abra tu corazón al Islam, que te bendiga haciéndote capaz de entregarte a Él y aceptar Su religión. 

En segundo lugar, lo que mencionas no debería detenerte de ingresar al Islam, porque este es el camino a la felicidad eterna y a la salvación del Fuego del Infierno. Por lo tanto, si eres consciente de esto, tu decisión debería ser obvia, y deberías tomarla sin ponerte obstáculos en el camino, no importa cuáles sean. Más bien, deberías apresurarte a ingresar al Islam, y dejar de lado cualquier estilo de vida que te conduzca a la indolencia y la confusión. 

Cuando realices la ablución mayor (baño completo), y reces postrándote ante Dios, te darás cuenta de la diferencia entre servir a Dios, y servir a los caprichos y deseos de nuestro ego. 

Quizás pienses ahora que nunca te sobrepondrás a tu vida anterior y que no podrás abandonar prácticas prohibidas por el Islam como los tatuajes, pero nosotros creemos que cuando te conviertas al Islam, te sentirás lleno de fuerzas, con las cuales podrás lograr la victoria contra tus pasiones mundanas y encontrar la libertad y la satisfacción de buscar el agrado de Dios obedeciéndote y sacrificándote por Él. 

Ingresar en la nueva religión significa liberarse de una vida de arrepentimiento, humillación, incertidumbre y dificultades. 

Es liberar nuestra alma para que vuele en un vasto mundo que difícilmente puede compararse en su felicidad, y uno estará preparado para sacrificar cualquier cosa que sea querida y preciada para conservar esa felicidad. 

La vida está llena de miles de historias y casos de personas que, luego de convertirse al Islam, fueron capaces de sobreponerse a sus dificultades y abandonar hábitos y actitudes que estaban profundamente arraigados en sus vidas, como la fornicación o el adulterio, o el alcoholismo; abandonar tales cosas es mucho más difícil que abandonar un trabajo o profesión por otra. 

El Islam inculca en los corazones de sus seguidores la certeza de que Dios es el Soberano y Proveedor del universo, Quien provee a Sus servidores de fuentes que ellos no pueden imaginar, y ciertamente Él no decepciona a nadie que ponga su confianza en Él. 

“A quien Allah quiere guiar le abre el corazón para que acepte el Islam [el sometimiento a Él]. En cambio, a quien Él quiere extraviar le oprime fuertemente el pecho como si subiese a un lugar muy elevado [impidiendo que la fe entre en su corazón]. Así es como Allah hace que Satanás domine a los incrédulos” (at-Talaq, 65:2-3). 

Estas no son simples palabras dirigidas para causar una impresión emocional; más bien, es la verdad en la cual creemos. Dios es El Creador y Soberano de todas las cosas, y Él ha prometido a Sus servidores que les proveerá y satisfará y les garantizará la felicidad si Le temen y Le obedecen, y Dios jamás rompe una promesa. ¿Qué puede estar más allá de Su poder, cuando Él es Capaz de todas las cosas? 

¿Piensas que si Dios te garantizaba tu provisión cuando no creías en Él y Le desobedecías, luego te abandonará si crees en Él y te sacrificas por obedecerle siguiendo Su religión? 

Escucha esta historia, criatura de Dios: 

Habrás oído acerca de La Meca, donde nuestro Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) nació, y a la cual peregrinamos, donde se encuentra la Casa de Dios, lo cual es uno de los pilares del Islam. 

¿Has oído de la fuente de Zámzam, de la cual mana agua en La Meca? ¿Conoces la historia de esta fuente milagrosa, que ha fluido continuamente durante cientos de años hasta nuestros días?

Es una historia realmente asombrosa, que es como tu historia, o similar. 

El Profeta de Dios Abrahán (la paz sea con él) tomó a su esposa Háyar, la madre de Ismael, y la llevó al valle de La Meca, que era un lugar completamente desierto y deshabitado en ese entonces, sin agua, vegetación ni nada… 

…Entonces Abrahán trajo a Háyar y a su hijo Ismael cuando ella todavía estaba amamantándolo, a un lugar cerca de donde ahora está la Ka’bah, bajo un árbol, en el sitio donde ahora está la fuente de Zámzam. Durante esos días no había nada en La Meca, ni agua tampoco. Entonces él la dejó allí y dejó con ella una bolsa de cuero conteniendo algunos dátiles, y una pequeña bolsa de piel con agua, y volvió a su hogar. La madre de Ismael continuó diciéndole “¡Oh, Abrahán! ¿Dónde vas, dejándonos en este valle donde no hay nada ni nadie que nos acompañe?”. Ella le repitió esto muchas veces, pero él no la miró. Luego ella dijo: “¿Dios te ordenó que hagas esto?”, y él respondió: “Sí”. Ella dijo: “Entonces Él no nos abandonará”, y volvió a su lugar mientras Abrahán se marchaba. Cuando él llegó a az-Zaníyah, donde ellos no podían verlo, volvió su rostro hacia ellos, elevó sus manos e invocó a Dios diciendo: 

“¡Oh, Señor nuestro! He dejado a parte de mi descendencia morando en un valle incultivable por Tu sagrada casa (la Ka’bah), para que puedan establecer la oración. Por lo tanto, llena el corazón de algunos hombres con amor hacia ellos, y provéeles con frutos para que puedan agradecerte” (Ibrahím, 14:37).

La madre de Ismael siguió amamantando a su hijo y bebiendo del agua que tenía. Cuando el agua de la piel se le agotó, ella y su hijo pasaron sed. Ella comenzó a mirar a Ismael, que tosía. Lo dejó, pues no podía seguir mirándolo, y encontró que la montaña de as-Safah era la más cercana. Se paró en su cima y comenzó a escudriñar el valle mirando detenidamente con la esperanza de ver a alguien, pero no pudo ver a nadie. Luego descendió de as-Safah y cuando llegó al valle, envolvió su manto y corrió por el valle, angustiada y desesperada, hasta que cruzó el valle y llegó a la colina de Marwah, donde se paró nuevamente observó detenidamente esperando ver a alguien que la ayudara, pero no pudo ver a nadie. Ella hizo esto siete veces (correr entre as-Safah y Marwah). 

Ibn ‘Abbás (que Allah esté complacido con él) dijo: “El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Este es el origen de la caminata que la gente hace entre ellas (entre las colinas de Safah y Marwah). Cuando ella llegó a al-Marwah por séptima vez, oyó una voz y se quedó inmóvil oyendo atentamente. Oyó una voz y ella dijo: “¡Oh, quien sea que fueres! Puedo oír tu voz, ¿puedes ayudarme?”. Entonces vio un ángel en el sitio de Zámzam, escarbando la tierra con sus talones, hasta que apareció el agua. Ella comenzó a construir algo así como una fuente a su alrededor usando sus manos, y comenzó a llenar su recipiente de piel con agua, y el agua fluyó más allá de donde ella la pudo contener. 

¡Que Dios tenga misericordia de la madre de Ismael! Si ella lo hubiera dejado (fluir sin intentar contenerlo), la fuente de Zámzam habría fluido por la superficie de la Tierra. El ángel le dijo: “No tengas miedo de ser abandonada, porque aquí el niño y su padre construirán la Casa de Dios, y Dios nunca abandonará a Su gente…”. 

La historia fue narrada completa en la obra Sahih al-Bujari, 3364. 

Fíjate cómo la madre de Ismael (la paz sea con él) tenía la certeza de que Dios no los abandonaría en tanto Abrahán hiciera lo que Dios le pedía. 

Nota cómo el ángel que llegó a donde ella estaba le trajo agua para ella y para su hijo sediento desde las profundidades de la Tierra; Él le dijo: “No temas, no serás abandonada…”. 

Por lo tanto, no temas ser abandonado por Dios; más bien, esto es algo que se repite con miles de musulmanes… tienen miedo de arrepentirse y seguir el camino recto porque trabajan en trabajos prohibidos, en bancos que tratan con la usura, en casinos, o en tipos ilegales de entretenimientos, etc. 

Satanás hace que teman a la pobreza y les hace pensar que no hay alternativa para ganarse la vida, tal como Dios dijo (traducción del significado): 

“Satanás os atemoriza con la pobreza y os ordena la inmoralidad; y Allah os promete Su perdón y Su generosidad. Allah es Vasto, Omnisciente” (al-Báqarah 2:268). 

Pero la realidad demuestra que la gran mayoría de quienes se arrepintieron encontraron oportunidades de ganarse la vida de forma honrada que nunca se habían imaginado. 

Por eso te decimos: no temas de convertirte al Islam. Más bien, apresúrate a hacerlo, y líbrate de las cadenas de la incredulidad; aparta su oscuridad de tus ojos y sálvate a ti mismo del Fuego. No temas a la pobreza cuando estás bajo la protección de Señor del universo, El Soberano cuyas arcas nunca están vacías. Y ten certeza que Él nunca abandonará a Sus servidores, a Su gente ni a Sus amigos cercanos. 

Supongamos, por dar un ejemplo, que no encuentras ningún medio lícito para ganarte la vida luego de convertirte al Islam, y vuelves a tu anterior trabajo prohibido. ¿Podrá compararse tu situación antes y después de convertirte al Islam? Es la comparación entre el creyente que afirma la unidad absoluta de Dios aunque comete pecados, y la del incrédulo. No hay punto de comparación entre ambas. El hombre sabio, si debe elegir entre dos males, elige el menor de ellos. Por lo tanto, un hombre sabio no elegiría una combinación del pecado y la incredulidad al mismo tiempo; más bien, elegiría el Islam y la buena guía con la esperanza de encontrar las fuerzas para corregir lo que no puede en el futuro, y si cae en el pecado luego de haberse disciplinado a sí mismo para obedecer a Dios, entonces en ese caso hay muchas más esperanzas de ser perdonado. 

En cualquier caso, esto es una especulación de nuestra parte; nosotros creemos que Dios te honrará y te proveerá, concediéndote de Su generosidad que está más allá de lo que puedes imaginar, porque Él es El Más Generoso, El Benevolente, El Misericordioso, Quien dijo (traducción del significado): 

“Al creyente que obre rectamente, sea varón o mujer, le concederemos una vida buena y le multiplicaremos la recompensa de sus obras” (an-Náhl 16:97). 

En conclusión, las mejores noticias que podrías darnos es saber que te has convertido al Islam, y estaremos esperando por esa maravillosa noticia. 

Dios nuestro, te rogamos que abras su corazón a la fe y los guíes al Islam, y le concedas de Tu infinita generosidad y misericordia. Amín. 

Y Allah sabe más.

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