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Alabado sea Dios.
Alabado sea Allah.Primero:
Los seguidores de las escuelas de jurisprudencia islámicas (mádhabs) no son todos iguales. Algunos de ellos son muytáhids dentro de sus propios mádhabs, y otros son solamente seguidores (muqállids), quienes no van contra sus escuelas de jurisprudencia en ningún aspecto.
Al-Buwaiti, al-Muzani, an-Nawawi e Ibn Háyr fueron seguidores del Imam ash-Sháfi’i, pero ellos también fueron muytáhids por derecho propio y difirieron con su imam cuando hubo evidencia para hacerlo. De la misma manera, Ibn ‘Abd al-Bárr fue un máliki pero él difería con el Imam Málik si alguien tenía un punto de vista más correcto. Lo mismo puede decirse de los imames hánafis tales como Abu Yusuf y Muhámmad ash-Shaibáni, y los imames hánbalis como Ibn Qudámah, Ibn Muflih, y otros.
El hecho de que un estudiante adhiera a una determinada escuela de jurisprudencia (mádhhab) no significa que no pueda investigar más allá de ésta, en especial si encuentra evidencia fidedigna fuera de su mádhhab; sólo quien carezca de compromiso religioso o capacidad intelectual puede aferrarse obstinadamente a una escuela de jurisprudencia sin considerar la evidencia, o está haciendo esto como una forma fanática de aferrarse a su madhab.
El ejemplo del liderazgo de los imames es que los estudiantes adquieran el conocimiento de donde ellos lo adquirieron, y que ignoren las palabras de los imames si ellas van contra la evidencia, como un hadiz del Profeta (paz y bendiciones de Allah sean con él).
Abu Hanifah dijo: “Esta es mi opinión, pero si viene alguien con una opinión mejor que la mía, entonces acéptenla”. Malik dijo: “Yo soy sólo un humano, puedo estar en lo correcto o equivocado, entonces midan mis palabras a la luz de Corán y la Sunnah”. Ash-Sháfi’i dijo: “Si el relato es verídico, entonces ignoren mis palabras. Si ven evidencia bien establecida, entonces ese es mi punto de vista”. El Imam Áhmad dijo: “No me sigan ciegamente, y no sigan ciegamente a Malik, o a Sháfi’i o a az-Zawri. Aprendan como nosotros hemos aprendido”. Y también dijo: “No sigan a ningún hombre ciegamente con respecto a vuestra religión, porque nadie está a salvo de un error”.
Nadie tiene derecho a seguir a un imam ciegamente y nunca aceptar nada excepto sus palabras. Más bien debe aceptar lo que esté de acuerdo con la verdad, ya sea de su propio imam o de algún otro.
El shéij al-Islam Ibn Taimíyah dijo:
“Nadie debe seguir ciegamente a un hombre en particular en todo lo que él encomiende, o prohíba o recomiende, aparte del Mensajero de Allah (paz y bendiciones de Allah sean con él). Los musulmanes debemos siempre referir nuestros asuntos a los eruditos musulmanes, siguiendo a uno en algunas ocasiones y a veces a otro. Si los seguidores deciden adherir al punto de vista de un imam con respecto a un asunto en particular, porque piensan que es lo más adecuado para alcanzar el cumplimiento de sus metas religiosas, o que es más correcto, esto es permisible, de acuerdo al punto de vista de la mayoría de los eruditos musulmanes, y ni Abu Hanifah, ni Malik, ni ash-Shafi’i ni Áhmad han dicho que tal cosa estuviera prohibida”.
Maymu’ al-Fatawa, 23/382.
El Shéij Sulaimán ibn ‘Abd Allah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Más bien lo que el creyente debe hacer, si el Libro de Allah y la Tradición de Su Mensajero (paz y bendiciones de Allah sean con él) le han llegado y ha comprendido con claridad algún asunto, es actuar acorde a ello, no importa con quién él pudiera estar en desacuerdo. Esto es lo que nuestro Señor y nuestro Profeta (paz y bendiciones de Allah sean con él) nos ha encomendado, y todos los eruditos están unánimemente de acuerdo en eso, aparte del ciego ignorante y el de corazón duro. Tales personas no son eruditos”.
Taysír al-‘Azíz al-Hamíd, p. 546.
Basados en esto, no hay nada de malo en que un musulmán se convierta en seguidor de una escuela de jurisprudencia determinada, pero si se le hace evidente que la verdad con respecto a un asunto y es diferente al punto de vista de su escuela, entonces debe seguir la verdad.
Con respecto al imam Ibn Házm, él fue imam y muytáhid, y él consideraba que seguir ciegamente a alguien es haram. Él no fue seguidor de ninguno de los imames, ni del Imam Áhmad ni de otro imam. Más bien él fue el imam de la gente de ad-Dáhir o “literalistas”, durante su época y hasta la época actual. Quizás el punto de vista de que fue seguidor del Imam Áhmad (si tal reporte es verdadero) tenga que ver con temas relacionados con la doctrina y el monoteísmo, aunque él sostuvo diferentes opiniones y puntos de vista temerarios sobre aspectos de los divinos nombres y atributos.
Ver su biografía en Siyar A’lám an-Nubala’, 18/184-212.
Y Allah sabe más.