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Alabado sea Dios.
Todo está en su sitio, con el permiso de Dios, ya sea en los cielos o en cualquier otro lugar en la Tierra, incluso la roca acerca de la cual estás preguntando. Dios dijo (traducción del significado):
“Ciertamente Allah es Quien contiene a los cielos y la Tierra para que no se desorbiten, y si se desorbitasen, nadie los podría contener; porque Él es Tolerante, Absolvedor” (Fátir, 35:41).
“Y entre sus Signos está que el cielo y la Tierra se sostengan por Su voluntad, y luego cuando Él os convoque [el Día del Juicio] saldréis de la Tierra [para comparecer ante Él]” (Ar-Rum, 30:25).
La roca de la Mezquita Lejana no está suspendida en el aire ni en el espacio en forma alguna, sino que está adherida a la ladera de la montaña de la cual es parte. Tanto la roca como la montaña están en su posición natural gracias a leyes físicas bien conocidas, a través de las cuales Dios gobierna el Universo. En este sentido, esta roca es igual a cualquier otra cosa que exista en el mundo. Nosotros no negamos que Dios es capaz de todas las cosas, incluso de sostener parte de Su creación sobre el aire, en el espacio, e incluso desafiar la fuerza de gravedad. De hecho, todas las galaxias, soles y planetas están suspendidos en el espacio por el poder de Dios, como afirmamos antes. Dios elevó la montaña por encima del pueblo de Moisés cuando ellos se rehusaron a seguir las leyes que Moisés les trajo. Esto ocurrió por el poder de Dios. Dios dijo (traducción del significado):
“Y cuando celebramos un pacto con vosotros y elevamos el monte por encima vuestro [para atemorizaros, y os dijimos:] Aferraos con fuerza a lo que os hemos dado [la Torá] y recordad lo que hay en ella, que así seréis piadosos” (Al-Báqarah, 2:63).
“Y recuerda cuando elevamos la montaña por encima de ellos como si fuese una nube, y creyeron que se desplomaría, y [les dijimos:] aferraos a lo que os hemos concedido [la Torá] y obrad según sus preceptos que así seréis piadosos” (Al-A’raf, 7:171).
Pero el punto aquí es explicar cuáles son los hechos para el caso: esta roca en Jerusalén no está suspendida en el aire ni en el espacio ni separada de la montaña a la que pertenece, sino que es parte de ella y está apoyada en la montaña. Y Dios sabe mejor.