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Yo quisiera conocer la guía del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) con respecto a las oraciones del ‘Id.
Alabado sea Dios.
El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía ofrecer las oraciones del ‘Id en un lugar destinado para eso. No hay reporte que indique que ofreciera la oración del ‘Id en su mezquita.
Ash-Sháfa’i dijo en al-Umm: “Se narró que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía salir durante las dos festividades (‘Id al-Fitr e ‘Id al-Ad ha) al lugar para orar en Medinah, como lo hicieron los califas después de él, a menos que hubiera alguna razón para no hacerlo, como la lluvia. La gente de otras tierras lo hacía del mismo modo, además de la gente de La Meca.
Él solía comer unos dátiles antes de salir para ‘Id al-Fítr, y comía una cantidad impar.
Al-Bujari (953) narró que Anas (que Allah esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no salía en la mañana de ‘Id al-Fítr hasta que había comido algunos dátiles, y comía una cantidad impar de ellos”.
Ibn Qudamah dijo: “No conocemos ninguna diferencia de opinión acerca del hecho de que es recomendable comer temprano en el día de ‘Id al-Fítr.
La razón para comer antes de la oración es para que nadie pueda pensar de que es necesario ayunar hasta que se haya ofrecido la oración.
Y se ha dicho que esto es para apresurar la obediencia a las órdenes de Dios, aún si es sólo bebiendo agua, de tal manera que se pueda cumplir con la costumbre del Profeta en principio, que es desayunar antes de rezar la oración del ‘Id al-Fítr.
Con respecto a ‘Id al-Ad ha, el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no solía comer nada hasta que había vuelto del lugar de la oración, y luego comía algo de la carne que había sacrificado.
Se narró que él solía realizar la ablución mayor (gúsl) en ambas festividades. Ibn al-Qayím dijo: “Se han narrado dos reportes débiles acerca de esto… pero se ha probado a través de Ibn ‘Umar, que fue muy apegado a la tradición del Profeta, que él solía realizar la ablución mayor antes de salir en el día del ‘Id”.
El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también solía ir hacia la oración del ‘Id caminando, y volver caminando también.
Ibn Máyah (1295) narró que Ibn ‘Umar dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía salir para la oración del ‘Id caminando y volver caminando”. Clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih Ibn Máyah.
At-Tirmidhi (530) narró que ‘Ali ibn Abi Tálib dijo: “Es parte de la tradición del Profeta salir y volver caminando para la oración del ‘Id”. Clasificado como bueno por al-Albani en Sahih at-Tirmidhi.
At-Tirmidhi dijo: “La mayoría de los eruditos siguieron este reporte y dijeron que es recomendable ir a la oración del ‘Id caminando. Es recomendable no montar un vehículo a menos que haya una excusa para eso”.
Cuando el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) llegaba al lugar de la oración, comenzaba la oración sin realizar ni el primero ni el segundo llamado a la oración (adzán e iqámah), y no decía “As-salatu yámi’ah” (la oración está por comenzar). La tradición del Profeta es no hacer ninguna de estas cosas.
Él tampoco ofrecía ninguna oración en el lugar antes o después de la oración del ‘Id.
El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) comenzaba con la oración, antes del sermón. Rezaba dos rak’as, con siete takbires (Alláhu ákbar) en la primer rak’ah, incluyendo el que abre la oración (takbirat al-ihrám), y hacía una breve pausa cada dos takbires. No hay ningún reporte que indique que él decía alguna otra oración entre los takbires, pero se narró que Ibn Mas’ud alababa a Dios y enviaba las bendiciones al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
Pero Ibn ‘Umar, que era siempre muy atento a seguir al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), solía elevar sus manos con cada takbir.
Cuando había completado los takbires, comenzaba a recitar. Recitaba el capítulo al-Fátihah, luego recitaba Qaf wa al-Qur'án il-mayíd (Capítulo Qaf, 50) en la primera rak’ah, y Aqtarabat is-sá’ah wa ansháqqa al-qámar (Capítulo al-Qámar, 54) en la otra. A veces recitaba Sabih isma rábbika al-A’la (Capítulo al-A’la, 87), y Hal atáka hadiz al-gáshiyah (Capítulo al-Gáshiyah, 88). Ambos fueron narrados en reportes auténticos, pero ningún otro capítulo fue mencionado en reportes auténticos. Cuando había terminado de recitar, decía el takbir y realizaba la inclinación o reverencia. Cuando había terminado la inclinación y la postración y se había puesto de pie nuevamente, decía cinco takbires. Cuando los había completado, comenzaba a recitar nuevamente. El takbir era lo primero que él decía en cada rak’ah, y su recitación era seguida por la inclinación o ruku’.
At-Tirmidhi compiló un reporte de Kázir ibn ‘Abd Allah ibn ‘Amr ibn ‘Awf, de su padre, de su abuelo, que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) recitó el takbir en la oración del ‘Id siete veces en la primera rak’ah antes de recitar el Corán, y cinco veces en la segunda rak’ah antes de recitar el Corán. At-Tirmidhi dijo: “Le pregunté a Muhámmad (es decir, a Al-Bujari) acerca de este reporte y me dijo: “No hay nada más auténtico que eso acerca de este tópico”. Y yo opino lo mismo.
Cuando el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) había terminado la oración, se daba vuelta enfrentando a la gente, con la gente aún sentada en sus filas, y se dirigía a ellos, predicándoles y exhortándolos, con las órdenes y prohibiciones. Si quería despachar a alguien en una misión lo hacía, y si quería encomendarnos algo, lo hacía.
No había minbar sobre el cuál él se parara, y el minbar de Medinah no se lo traía. Más bien, él se dirigía a la gente de pie en el suelo. Yábir dijo: “Yo asistí a la oración del ‘Id con el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Él comenzaba con la oración antes del sermón, sin llamado a la oración (ni adzán ni iqámah), luego se ponía de pie, se inclinaba sobre Bilal, y nos encomendaba temer y obedecer a Dios. Él predicaba a la gente recordándoles, luego iba a donde estaban las mujeres y les predicaba a ellas, recordándoles” (Consensuado).
Abu Sa’íd al-Judri (que Allah esté complacido con él) dijo: “El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía salir en el día de al-Fítr y al-Ad ha hacia el lugar de la oración. Comenzaba con la oración, luego se ponía de pie frente a la gente, mientras la gente estaba sentada en filas…” Este reporte fue narrado por Muslim.
El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) comenzaba todos sus sermones alabando a Dios. No se ha narrado ni siquiera en un solo reporte que él comenzara su sermón del ‘Id con el takbir. Más bien, Ibn Máyah compiló en sus Sunan (1287) que Sa’d al-Qaraz, el mu’ádzin del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), dijo: “El Profeta solía decir el takbir entre los dos sermones y pronunciarlo abundantemente a lo largo del sermón del ‘Id”. Fue clasificado como débil por al-Albani en Da’íf Ibn Máyah. Aunque el reporte es débil, no indica que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) soliera comenzar su sermón con el takbir.
Dice en Tamam al-Mannáh: “Aunque no indica que esté prescripto comenzar el sermón del ‘Id con el takbir, su cadena de transmisión es débil e incluye a un transmisor débil y a otro que es desconocido (mayhul), por lo tanto no es permisible citarlo como evidencia para argumentar que es parte de la tradición profética decir el takbir durante el sermón.
Ibn al-Qayím dijo:
“La gente difiere acerca de cómo debe comenzar el sermón del ‘Id y en ocasión de las oraciones para pedir lluvia (istisqá'). Se dijo que debían comenzar con el takbir y se dijo que el sermón del istisqá' debía comenzar con plegarias para pedir perdón, y también se dijo que debían comenzar con alabanzas. El Shéij al-Islam Ibn Taimíyah dijo: “Este es el punto de vista correcto”. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía comenzar todos sus sermones alabando a Dios.
El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) concedió un permiso a aquellos que asistían a las oraciones del ‘Id para sentarse y escuchar el sermón, o irse.
Abu Dawud (1155) narró que ‘Abd Allah ibn as-Sá’ib dijo: “Yo asistí a la oración del ‘Id con el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), y cuando él había terminado la oración, dijo: “Daremos el sermón, por lo tanto quien quiera quedarse sentado y escuchar el sermón, que lo haga, y quien quiera irse, que se vaya”. Clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih Abi Dawud.
El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía variar su ruta el día del ‘Id. Él iba por un camino y volvía por el otro.
Al-Bujari compiló (986) un reporte de Yábir ibn ‘Abd Allah en que dijo: “En el día del ‘Id, el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) variaba su camino”.