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Alabado sea Dios.
Alabado sea Allah.El principio más importante en el cual está basada la vida de una persona es en su fe y en las buenas obras que se le han encomendado. Esta es la única protección contra la pérdida en esta vida. Allah dijo (traducción del significado):
“Juro por el transcurso del tiempo que ciertamente los hombres están perdidos, salvo aquellos que creen, obran rectamente, se aconsejan mutuamente cumplir cabalmente con los preceptos divinos y ser pacientes y perseverantes” (al-‘Asr 103:1-3).
Esto es también el medio de alcanzar una buena vida y en el Más Allá. Allah dijo (traducción del significado):
“Al creyente que obre rectamente, sea varón o mujer, le concederemos una vida buena y le multiplicaremos la recompensa de sus obras” (an-Náhl 16:97).
Pero el culto de una persona por su Señor no debe ser algo estacional u ocasional, algo por lo que obedezca a Dios en ciertos momentos y en ciertas ocasiones, y luego después de eso hace lo que se le venga en gana o sienta que le gusta. Su culto debe acompañar y regir su vida entera. Allah dijo (traducción del significado):
“Diles: Por cierto que mi oración, mi oblación, mi vida y mi muerte pertenecen a Allah, Señor del Universo, quien no tiene copartícipes. Esto es lo que se me ha ordenado creer, y soy el primero de esta nación en someterse a Allah” (al-An’ám 6:162-163).
Por eso el efecto de esta fe y este culto debe hacerse evidente en la vida de una persona y en su comportamiento. El creyente no puede ser un mentiroso. El adúltero no puede ser un creyente en el momento en que comete su adulterio. La fe verdadera previene esto y las verdaderas oraciones preservan a una persona de cometer actos inmorales. Allah dijo (traducción del significado):
“Recita lo que se te ha revelado del Libro [el Corán] y haz la oración, que ciertamente la oración preserva de cometer actos inmorales y reprobables. Y sabe que tener presente a Allah en el corazón durante la oración es lo importante, y Allah sabe lo que hacéis” (al-‘Ankabút 29:45).
Te invito a un momento de honestidad. Estudiemos juntos el hadiz reportado por Abu Umamah (que Allah esté complacido con él), quien dijo que un hombre joven vino al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y dijo: “Oh, Mensajero de Allah, dame permiso para fornicar”.
Los musulmanes se volvieron hacia él y lo regañaron, diciéndole que se callara. Pero el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) les dijo: “Déjenlo en paz”. Luego se acercó a él, le pidió que se sentara, y le dijo: “¿Querrías eso para tu madre?”, y el muchacho dijo: “No, por Dios, que Dios me convierta en tu rescate (es decir, que yo quede prisionero a cambio de tu libertad)”. El Profeta le dijo: “Pues los demás no quieren esto para sus madres tampoco”. Luego le preguntó: “¿Quisieras eso para tu hermana?”, y el muchacho respondió: “No, ¡Por Dios!, que Dios me convierta en tu rescate”. Y el Profeta le dijo: “Tu prójimo no quiere esto para sus hermanas tampoco”. Luego le preguntó: “¿Te gustaría eso para tu tía paterna?”, y el muchacho respondió: “No, por Dios, que Dios me convierta en tu rescate”. El Profeta le respondió: “La gente tampoco quiere eso para sus tías paternas”. Luego le preguntó nuevamente: “¿Y querrías eso para tu tía materna?”, y él respondió: “No, por Dios, que Dios me convierta en tu rescate”, y el Profeta le dijo “Los demás no quisieran eso para sus tías maternas tampoco”. El Profeta le preguntó nuevamente: “¿Te gustaría eso para tus hijas?”, y el muchacho exclamó: “¡No! Por Dios, que yo me convierta en tu rescate”. “Pues nadie quiere eso para sus hijas tampoco”, le respondió el Profeta.
Entonces el Profeta colocó su mano sobre él y le dijo: “Oh, Dios, perdona sus pecados y limpia su corazón, y protege su castidad”. Y después de eso el joven no volvió a pensar en eso nuevamente.
Musnad Áhmad, 21705; al-Albani clasificó su cadena de transmisión como auténtica en as-Sahihah, 370.
Te pido en este momento de honestidad ante Dios: ¿quisieras eso para tus hijas o tu esposa? Entonces no deberías buscar eso para las hijas y las esposas de los demás…
No digas que el pecado que has cometido no alcanza el nivel de fornicación (zina), porque la pregunta queda pendiente:
¿Quisieras eso para las mujeres de tu país y los miembros de tu familia? Sabes que lo que fuera que se acerca demasiado al límite de la trasgresión acaba cruzándolo, como el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo.
Si eres joven, entonces piensa que hay otra gente que también es joven. Si eres hombre, entonces piensa que hay otros hombres también entre la gente.
Si piensas que tienes algún sentido de los celos (gira) por tu honor y que los demás no, estás muy equivocado y vives en una ilusión, porque si asumimos que estuvieras haciendo lo correcto, lo cual no es el caso, entonces, ¿Qué hay acerca de los celos de Dios por Sus sagrados límites?
En el tiempo del Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) hubo un eclipse de sol y él dirigió a la gente en la oración. Estuvo parado por un largo tiempo durante la oración… entonces se apartó cuando el eclipse terminó y se dirigió a la gente. Alabó a Dios, y dijo: “¡Oh, comunidad de Muhámmad! No hay nadie más celoso que Dios cuando Sus servidores comenten fornicación. ¡Oh, comunidad de Muhámmad! Por Dios, si ustedes supieran lo que yo sé, reirían poco y llorarían mucho”. Narrado por al-Bujari, 1044; Muslim, 901.
¿No alabas y agradeces a Dios por la esposa con la que tienes una buena vida? ¿Es que no temes a Dios? ¿No te das cuenta ahora que no has tenido temor de Dios, que ni aún lo has intentado?
Dios ha dispuesto los límites de lo que es permisible para ti: tu esposa y aquellas que tu diestra posea, es decir, según el Corán, otras esposas, o en la antigüedad, esclavas. Allah dijo (traducción del significado):
“Se preserven de cometer adulterio o fornicación, Y sólo cohabiten con sus esposas o con sus esclavas, pues ello no es censurable. Y sabed que quienes lo hagan con otras mujeres serán trasgresores” (al-Mu'minún, 23:5-7).
¿Qué más quieres que esto? Serás interrogado acerca de lo que hagas.
¿Has bajado tu mirada como Dios ordenó?
¿Has evitado quedarte a solas con mujeres, o evitado entrar en lugares donde ellas están, como el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ordenó?
¿Te has protegido a ti mismo de saludarte con ellas dándose la mano o tocándolas de alguna forma que no es permisible, como el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ordenó?
Si lo necesitas, entonces Dios te ha permitido casarte con las mujeres que elijas, dos, tres, o cuatro. Si no puedes mantenerlas, entonces debes ayunar; eso te servirá de protección para no pecar.