Alabado sea Dios.
Alá enviَ revelaciَn a Moisés (que la paz sea con él) y lo enviَ a los Hijos de Israel para llamarlos a rendir culto sَlo a Alá. Alá dice al respecto en el sagrado Corán (interpretaciَn del significado):
“Enviamos a Moisés con Nuestros signos [al Faraَn y su pueblo, y le dijimos:] Saca a tu pueblo de las tinieblas a la luz, y recuérdales que Allah, por Su poder, puede agraciarles o castigarles. Por cierto que en ello [la historia de Moisés] hay signos para quien es perseverante y agradecido”. [14:5]
Alá enviَ a Aarَn, el hermano de Moisés, como un apoyo para Moisés cuando quiso enviarlo a Faraَn, llamándolo a adorar a Alá. Esto fue en respuesta a un pedido de Moisés:
“Hicimos que, por Nuestra misericordia, su hermano Aarَn fuera también un Profeta”.
[19:53]
En ese momento, los Hijos de Israel estaban en Egipto bajo el gobierno de Faraَn, quien los había esclavizado y humillado. él dejaba vivir a sus mujeres pero mataba a sus hijos varones:
“Por cierto que el Faraَn fue un tirano en la Tierra. Dividiَ a sus habitantes en clases y esclavizَ a un grupo de ellos [los Hijos de Israel], degollando a sus hijos varones y dejando con vida a las mujeres; por cierto que fue un corruptor”.
[28:4]
Moisés naciَ en Egipto, y fue la voluntad de Alá que debía ser llevado a la casa de Faraَn… Así que su madre lo puso en una caja y la tirَ al río, y fue recogida por la familia de Faraَn. Su esposa Asia se alegrَ por él y prohibiَ que lo mataran… Cuando creciَ y alcanzَ la juventud, Alá le dio sabiduría (Profecía) y conocimiento (de la religiَn de sus antepasados, es decir, el monoteísmo islámico).
Un día un hombre de entre los Hijos de Israel buscَ la ayuda de Moisés contra su enemigo. Moisés golpeَ al enemigo con su puٌo y lo matَ (ver Corán 28:15). Entonces Moisés se arrepintiَ, y buscَ el perdَn de su Seٌor, y él lo perdonَ. Pero temiَ por su seguridad. Al día siguiente día, Moisés encontrَ a aquel hombre que había ayudado contra su enemigo. Le pidiَ a Moisés que lo ayudara de nuevo, y Moisés se enfadَ con él. El hombre pensَ que iba a matarlo, por lo que le dijo:
"؟Acaso pretendes matarme como lo hiciste ayer con otro?"
[28:19]
La gente de Faraَn al saber sobre lo sucedido comenzaron a buscarlo para matarlo. Un hombre virtuoso le dijo a Moisés lo que las personas estaban tramando perjudicarlo y le aconsejَ que dejara Egipto:
"Y Moisés se alejَ de la ciudad con temor y cautela, y exclamَ: ،Seٌor mío! Protégeme de los opresores."
[28:21]
Moisés se dirigiَ hacia la tierra de Madyan (Midian), dَnde se casَ con la hija de un noble Sheij a cambio de trabajar para él durante ocho aٌos. Cuando ese tiempo pasَ, Moisés viajَ con su familia hacia Egipto. Cuando llegَ al monte Sinaí, Alá quiso honrarlo con la Profecía y hablarle. Moisés se perdiَ en su camino, entonces vio un fuego…
"Cuando vio un fuego y dijo a su familia: Permaneced aquí, pues he visto un fuego y tal vez pueda traeros una brasa encendida [para que podáis calentaros] o encuentre junto a él quien pueda enseٌarnos el camino. Cuando llegَ a él, una voz le llamَ: ،Oh, Moisés! Ciertamente Yo soy tu Seٌor; quítate las sandalias, pues estás en el valle sagrado de Tuwa, y Yo te he elegido; escucha, pues, lo que te revelaré. Ciertamente Yo soy Allah, y no hay más divinidad que Yo. Adَrame, pues, y haz la oraciَn para tenerme presente en tu corazَn. Y por cierto que el Día de la Resurrecciَn es indubitable, y nadie salvo Allah sabe cuando llegará. Ese día todos los hombres recibirán la recompensa o el castigo que se merezcan por sus obras."
[20:10-15]
Entonces Alá le mostrَ algunos milagros. Le ordenَ que tirara su vara en la tierra, y esta se convirtiَ en una serpiente; luego que pusiera su mano en su vestido, y saliَ blanca. Entonces le dijo que fuera con estos dos milagros a Faraَn, para que pudiera aceptar la advertencia o el temor de Alá, porque él había transgredido todos los límites de la opresiَn y la corrupciَn. Y enviَ con Moisés a su hermano Aarَn. Alá dice al respecto en el Sagrado Corán (la interpretaciَn del significado):
“Presentaos ante el Faraَn, pues se ha extralimitado, y habladle cortésmente, para que así recapacite o tema a Allah y se arrepienta. Dijeron: ،Oh, Seٌor nuestro! Tememos que nos reprima y se propase con nosotros. Dijo [Allah]: No temáis, pues Yo estoy con vosotros escuchando y observando todo. Id ante él y decidle: Somos Mensajeros enviados por tu Seٌor para que dejes ir con nosotros a los Hijos de Israel, y no los tortures. Por cierto que hemos venido con un signo de tu Seٌor, y quien sigua la guía estará a salvo”.
[20:43-47]
Moisés y Aarَn (que la paz sea con ellos) fueron a Faraَn y le llevaron el mensaje. Faraَn preguntَ a Moisés:
“Preguntَ el Faraَn: ؟Quién es el Seٌor del Universo? Dijo [Moisés]: Es el Seٌor de los cielos, la Tierra y todo lo que hay entre ellos. ؟Es que no os convencéis de ello?”
[26:23-24]
Entonces Faraَn le pidiَ una seٌal a Moisés para probar que lo que decía era verdad:
"Dijo [el Faraَn]: Si es que has traído una evidencia, pues muéstrala si eres sincero. Entonces arrojَ su vara, y se convirtiَ en una serpiente real. Luego introdujo su mano por el cuello de su tْnica y al retirarla, ante todos los presentes, estaba blanca y resplandeciente."
[7:106-108]
Cuando Faraَn y su pueblo vieron el milagro, acusaron a Moisés de hechicería. Reunieron a los hechiceros y les ofrecieron una gran recompensa. Entonces juntaron a todo el pueblo en un día de fiesta. Los hechiceros arrojaron sus varas y sogas,
"…Y cuando hubieron arrojado, embrujaron los ojos de los presentes y los aterrorizaron; hicieron una magia poderosa."
[7:116]
Entonces Alá apoyَ a Moisés contra los hechiceros y expuso la falsedad de su trampa. Como consecuencia los hechiceros creyeron en el Seٌor del Universo:
“Y le revelamos a Moisés: Arroja tu vara, y anulará lo que hicieron. Y se evidenciَ la verdad y también lo vano que habían hecho [porque sَlo era una ilusiَn]. Y fueron allí vencidos [los magos] y quedaron humillados. Y se postraron los magos [al percibir la verdad]. Dijeron: Creemos en el Seٌor del Universo, el Seٌor de Moisés y de Aarَn."
[7:117-122]
Cuando los hechiceros creyeron en Alá, Faraَn cortَ sus manos y pies de lados opuestos y los crucificَ. Pero ellos lo sobrellevaron con paciencia y no prestaron atenciَn a sus amenazas y tortura, hasta que encontrar a Alá siendo musulmanes. Entonces los ministros de Faraَn indicaron que Moisés y su pueblo debían morir, para que no extendieran la corrupciَn en la tierra. Así que mataron a sus hijos varones, y dejaron vivir a sus hijas mujeres. Moisés instَ a los Hijos de Israel a que tuvieran paciencia. Entonces Faraَn ya no pudo tolerar ver a Moisés, y ordenَ asesinarlo:
"Dijo el Faraَn [con soberbia]: Dejadme, yo mataré a Moisés, y que invoque a su Seٌor [para que me lo impida]; yo en verdad, temo que cambie vuestra religiَn, o que haga prevalecer la corrupciَn sobre la Tierra."
[40:26]
Cuando planeaban asesinar a Moisés, un hombre creyente de la familia de Faraَn que ocultaba su fe, defendiَ a Moisés diciendo: "Si está mintiendo, no puede causarnos daٌo, y si está diciendo la verdad, algo de lo de que él está advirtiendo ocurrirá". A pesar de la advertencia de este hombre, Faraَn y a su pueblo no prestaron atenciَn:
"Dijo Faraَn: No os indico sino lo que considero correcto, y no os guío sino por el buen camino."
[40:29]
Moisés continuَ instando a Faraَn y a su pueblo, predicando de buena manera, pero sَlo hizo que se volvieran más arrogantes en la tierra y que oprimieran y persiguieran a los creyentes aun más. Así que Moisés orَ contra ellos, y Alá los castigَ con sequía, hambre, y pérdida de cosechas, a fin de que pudieran comprender los alcances de la advertencia. Pero no se detuvieron, sino que persistieron en sus malas obras y trasgresiones. Entonces Alá los castigَ con otros tipos de aflicciones, para que pudieran reflexionar:
“Y dijeron: Cualquiera que sea el signo que nos presentes para hechizarnos con él, no te creeremos. Enviamos entonces contra ellos la inundaciَn, las langostas, los piojos, las ranas, y la sangre, como signos evidentes; pero se ensoberbecieron y fueron un pueblo de pecadores.”
[7:132-133]
Cuando la trasgresiَn de Faraَn se intensificَ, vino la orden divina de la emigraciَn. Alá le ordenَ a Moisés dejar Egipto con los Hijos de Israel, en secreto. Cuando Faraَn se enterَ, reuniَ un gran ejército para alcanzar a Moisés y su pueblo antes de que llegaran a Palestina. Faraَn y sus tropas partieron, dejando atrás jardines y riqueza. Alcanzaron a Moisés y a su pueblo al amanecer, en las orillas del Mar Rojo. Alá salvَ a Moisés y a su pueblo, y ahogَ a Faraَn y a sus tropas. Dice Alá al respecto en el Corán (la interpretaciَn del significado):
“Le ordenamos a Moisés [diciéndole]: Sal de noche con Mis siervos pues seréis perseguidos. Entonces, el Faraَn [al enterarse de su partida] enviَ emisarios a reclutar hombres a las ciudades. [Diciendo:] Ciertamente ellos [los Hijos de Israel] son sَlo unos pocos, y nos han enfurecido. En cambio, nosotros somos numerosos, estamos armados y alertas. Así expulsamos [al Faraَn y su ejército de Egipto, un país lleno] de jardines, manantiales, tesoros y magníficos lugares, e hicimos que los Hijos de Israel lo heredaran. Los persiguieron [el Faraَn y su ejército a los Hijos de Israel] y los sorprendieron a la madrugada. Y cuando los dos grupos se divisaron, los seguidores de Moisés exclamaron: ،Seremos alcanzados! Dijo [Moisés]: ،No, no nos alcanzarán! Pues mi Seٌor está conmigo, y él me indicará [qué hacer para salvarnos]. Y le ordenamos a Moisés: Golpea el mar con tu vara. Y entonces, el mar se dividiَ en dos, y cada parte del mar semejaba a una enorme montaٌa. Luego hicimos que los enemigos [el Faraَn y su ejército] les siguieran, y fue entonces cuando salvamos a Moisés y a todos los que estaban con él, y ahogamos al Faraَn y su ejército. En esto hay un signo, pero la mayoría de los hombres no creen. Y ciertamente tu Seٌor es Poderoso, Misericordioso”.
[26:52-68]
Así fue como fueron destruidos Faraَn y sus tropas. Creyَ cuando se estaba ahogando, pero eso no lo beneficiَ. Alá conservَ su cuerpo como una lecciَn para todos los que vinieran después de él. El castigo de la familia de Faraَn en este mundo fue ahogarse en el mar, y en el Más Allá, será un tormento severo y doloroso:
"Allah le preservَ de las maldades que tramaron contra él, y la familia del Faraَn fue azotada por un terrible castigo [y perecieron ahogados]. [Y en la tumba] El fuego les alcanzará a ellos por la maٌana y la tarde, y el día que llegue la Hora [del Juicio, se le ordenará a los ángeles:] Arriad a la familia del Faraَn al más severo castigo."
[40:45-46]
Los Hijos de Israel fueron testigos de los milagros de Moisés, el ْltimo de los cuales fue el de ser salvados y la destrucciَn de su enemigo. Estos milagros eran suficientes para erradicar los ْltimos rastros de idolatría de sus corazones, pero aun así volvieron a ella algunas veces, y Moisés se enfrentَ con grandes dificultades para llevarlos de nuevo a la adoraciَn ْnica de Alá. Cita el Corán como ejemplo:
“Hicimos que los Hijos de Israel cruzaran el mar, y cuando llegaron a un pueblo que se prosternaba ante los ídolos dijeron: ،Oh, Moisés! Permítenos adorar ídolos como lo hacen ellos. Dijo: Vosotros, en verdad, sois un pueblo de ignorantes. Ciertamente aquello en lo que creen será destruido y sus obras habrán sido en vano. Dijo: ؟Cَmo podría admitir que adoréis a ídolos en vez de Allah, cuando él os ha preferido [enviándoos un Profeta] a vuestros contemporáneos?"
[7:138-140]
Los Hijos de Israel se dirigieron hacia Tierra Santa, y en el camino padecieron sed. Se quejaron a Moisés, quien orَ a su Seٌor y él les dio agua:
"Nosotros le revelamos a Moisés (Moisés) cuando su pueblo le pidiَ agua (diciendo): Golpea la piedra con tu vara, y brotaron de ella doce manantiales, cada grupo supo su propio lugar para el agua."
[7:160]
En su viaje, se quejaron del intenso calor del sol y la falta de comida. Así que Moisés orَ a su Seٌor y él les dio sombra con nubes, y les proveyَ de gracias y bondades (para comer), pero ellos no lo apreciaron, y demandaron algo más.
"…y les protegimos con la sombra de una nube e hicimos descender sobre ellos el maná y las codornices, [y les dijimos]: Comed de lo bueno que os hemos agraciado. Y no fue a Nosotros a quienes agraviaron, sino que se perjudicaron a sí mismos.".
[7:160]
Entonces ellos se quejaron y dijeron:
"Y cuando dijisteis: ،Oh, Moisés! No podremos seguir tolerando una sola clase de alimento, invoca a tu Seٌor por nosotros para que nos agracie con lo que brota de la tierra: sus verduras, pepinos, ajos, lentejas y cebollas."
[2:61]
Alá había prometido a Moisés que él haría descender un Libro conteniendo َrdenes y prohibiciones para los Hijos de Israel. Cuando Faraَn fue destruido, Moisés le pidiَ a su Seٌor el descenso del Libro. Alá le ordenَ ayunar durante cuarenta días. Entonces nombrَ a su hermano Aarَn como su sustituto para encargarse de su pueblo, y ayunَ durante esos días. Entonces Alá le revelَ la Torá en el monte Sinaí. Cuando regresَ con su gente, los encontrَ adorando al becerro que el Samaritano había construido con sus joyas y les había dicho, "éste es vuestro Dios y el Dios de Moisés".
“Fundiَ las joyas dándoles la forma de un becerro que emitía un sonido como un mugido, y entonces exclamamos: ésta es nuestra divinidad y la de Moisés, pero él olvidَ que está aquí. ؟Acaso no vieron que no les respondía, ni podía daٌarlos ni beneficiarlos?”.
[20:88-89]
؟Ellos no vieron que no podía responderles y que no tenía poder de daٌarlos ni de beneficiarlos?
“Y por cierto que antes [que regresara Moisés] Aarَn les había advertido: ،Oh, pueblo mío! Se os está poniendo a prueba con él. Vuestro verdadero Seٌor es el Clemente, seguidme pues y obedeced mis َrdenes. Respondieron: No dejaremos de postrarnos ante él hasta que vuelva Moisés”.
[20:88-91]
Cuando Moisés regresَ, se enojَ con ellos, los reprendiَ, y les indicَ el camino de la verdad. Luego quemَ al becerro y lo arrojَ al mar, y castigَ al Samaritano.
Los Hijos de Israel lamentaron haber rendido culto al becerro. Moisés escogiَ de entre ellos a setenta hombres y los llevَ al monte Sinaí para alabar a Alá y mostrar su pesar por lo que habían hecho. Allí Alá hablَ a Moisés, pero algunos de ellos no creyeron que Alá fue el que había hablado con Moisés, así que lo desobedecieron y dijeron: “،Oh, Moisés! No creeremos en ti hasta que veamos a Allah en forma manifiesta. Entonces os azotَ un rayo, y pudisteis contemplar lo que os aconteciَ. Luego de haber muerto os resucitamos para que fueseis agradecidos.”
[2:55-56]
Cuando Moisés regresَ a los Hijos de Israel con la Torá, se negaron a aceptarla y se quejaron de sus mandamientos. Moisés los exhortَ y entonces la aceptaron, tal como lo describe Alá en el Corán (la interpretaciَn del significado):
“Y cuando celebramos un pacto con vosotros y elevamos el monte por encima vuestro [para atemorizaros, y os dijimos:] Aferraos con fuerza a lo que os hemos dado [la Torá] y recordad lo que hay en ella, que así seréis piadosos. Pero después os volvisteis atrás, y si no fuera por la gracia y misericordia de Allah sobre vosotros os habríais contado entre los perdedores”.
[2:63-64]
Entonces Moisés les ordenَ a los Hijos de Israel que emigraran con él a Tierra Santa en Palestina. Comenzaron el viaje, pero temieron a sus habitantes, desobedecieron a Moisés y se rebelaron contra él:
“Dijeron: ،Oh, Moisés! No ingresaremos mientras permanezcan dentro de ella. Ve tْ, pues, con tu Seٌor y combatidles, que nosotros nos quedaremos aquí”.
[5:24]
Así que Moisés orَ contra ellos, y Alá contestَ su oraciَn. Les dijo que la Tierra Santa les estaba prohibida, y que vagarían en la tierra durante cuarenta aٌos, por lo que él no debía afligirse por ellos:
“Dijo: ،Seٌor mío! Sَlo tengo control de mis actos y autoridad sobre mi hermano, apártanos pues, de los extraviados.
Dijo [Allah a Moisés]: Les estará prohibida [la entrada en la Tierra Santa] durante cuarenta aٌos, tiempo en el que vagarán por la Tierra. No te aflijas por quienes se desviaron”.
[5:25-26]
Moisés sobrellevَ con paciencia las numerosas quejas de los Hijos de Israel. Durante aquel período en el que deambularon, Aarَn muriَ, luego Moisés muriَ, y la mayoría de ellos también murieron. Cuando ese tiempo acabَ, Yusha’ ibn Nun (Joshua el hijo de Num) los llevَ a la Tierra Santa y la sitiَ hasta que la conquistَ. él les ordenَ que entraran en la tierra postrados, pero ellos no lo obedecieron, y entraron de espaldas.
Alá concediَ grandes bendiciones a los Hijos de Israel. Los salvَ de Faraَn, y les proporcionَ enormes gracias y bendiciones. Les concediَ Profetas, pero fueron ingratos con las bendiciones y no las apreciaron:
“Y cuando Moisés dijo a su pueblo: ،Oh, pueblo mío! Recordad la gracia que Allah os concediَ al hacer surgir Profetas entre vosotros, haceros reyes y agraciaros con lo que no agraciَ a nadie de entre vuestros contemporáneos”.
[5:20]
Los judíos dicen y hacen cosas que traen sobre ellos mismos la ira y el enojo de Alá.
Acusaron a Alá de ser tacaٌo:
“Los judíos dicen: La mano de Allah está cerrada [y no concede Sus gracias]. Sus propias manos quedaron cerradas y fueron maldecidos por lo que dijeron. Por el contrario, Sus ambas manos están abiertas y sustentan como él quiere”.
[5:64]
En virtud de esta seria acusaciَn devinieron incrédulos:
“Allah ha oído las palabras de quienes dijeron: Allah es pobre y nosotros somos ricos”.
[3:181]
Le atribuyeron un hijo a Alá:
“Algunos judíos dicen: ‘Uzeir es el hijo de Allah,…”
[9:30]
Cuando la Torá les fue revelada, la mayoría de ellos no creyeron en sus mandatos. Se desviaron del camino de Alá, y consideraron lo incorrecto como permisible, por eso Alá los castigَ por sus pecados. Alá dice en el Corán (interpretaciَn del significado):
“Debido a la iniquidad de los judíos les vedamos cosas buenas que antes les eran permitidas, y por haber desviado a muchos del sendero de Allah. Por lucrar con la usura siendo que se les había prohibido, y por apropiarse de los bienes del prَjimo indebidamente. Y por cierto que les reservamos a los incrédulos de entre ellos un castigo doloroso.”
[4:160-161]
Entre sus mentiras está su pretensiَn de que son los hijos y los elegidos de Alá:
“Los judíos y los cristianos dicen: Somos los hijos de Allah y Sus amados. Di: ؟Por qué, entonces, os castiga por vuestros pecados? No sois sino como el resto de la humanidad que él ha creado. Perdona a quien él quiere y castiga a quien él quiere. De Allah es el reino de los cielos y la Tierra, y todo lo que existe entre ellos, y ante él compareceremos”.
[5:18]
Y entre sus mentiras se encuentra:
“Y dicen [la Gente del Libro]: Sَlo entrará al Paraíso quien sea judío o cristiano. Esos son sus deseos. Diles: Traed vuestro fundamento, si es que decís la verdad”.
[2:111]
Y entre sus fabricaciones está lo siguiente:
“Dicen: El fuego no nos quemará sino días contados. Di: ؟Acaso habéis hecho un pacto con Allah? Sabed pues, que Allah no faltará a su pacto. ؟O decís de Allah lo que ignoráis?”
[2:80]
Un ejemplo de sus trampas y traiciَn es la forma en que distorsionaron su Libro, la Torá:
“Algunos de los judíos cambian el sentido de las palabras y dicen: Oímos pero desobedecemos…”
[4:46]
Entre sus crímenes están su escepticismo a las seٌales de Alá y sus asesinatos a los Profetas, por lo que Alá los castigará. Alá dice en el Corán (interpretaciَn del significado):
“Y les azotَ la humillaciَn y la miseria, e incurrieron en la ira de Allah. Esto porque no creyeron en los signos y preceptos de Allah, mataron a los Profetas injustamente, se rebelaron y transgredieron la ley”.
[2:61]
Porque los judíos han cometido tantas acciones injustas y hechos malignos, tantas mentiras y han diseminado tanta corrupciَn en la tierra, que Alá ha creado odio y enemistad entre ellos, y nunca jamás tendrán el poder hasta el Día de Resurrecciَn:
“Hemos sembrado entre ellos la enemistad y el odio hasta el Día de la Resurrecciَn. Siempre que enciendan el fuego de la guerra, Allah lo apagará. Se afanan por corromper en la Tierra, y Allah no ama a los corruptores”.
[5:64]
Los judíos están débiles y divididos, cada uno de ellos con deseos diferentes:
“No os combatirán unidos, salvo en aldeas fortificadas o detrás de murallas. Entre ellos hay una fuerte hostilidad. Pensáis que son unidos, pero sus corazones están divididos. Ello porque que son gente que no razona.”
[59:14]
Los judíos son los más hostiles de todos los pueblos hacia los creyentes. Debido a su trasgresiَn y corrupciَn, los judíos odian la muerte porque temen lo que viene después de ella. Alá dice en el Corán (la interpretaciَn del significado):
“[،Oh, Muhammad!] Diles: ،Oh, judíos! Si sois más allegados a Allah que las demás personas como pretendéis, entonces desead la muerte, si sois sinceros. Pero [sabe ،Oh, Muhammad! que] nunca la desearán, pues saben todos los pecados que cometieron. Y ciertamente Allah bien conoce a los inicuos”.
[62:6-7]
Los judíos persistieron en su corrupciَn, trasgresiَn y desviaciَn. Alá enviَ a muchos Profetas y Mensajeros a los Hijos de Israel, para llamarlos al Camino Recto, y algunos de ellos creyeron y otros fueron incrédulos… hasta que Alá les enviَ a Jesْs hijo de María (que la paz sea con él).