Alabado sea Dios.
Cuando Dios prohíbe a la gente cometer un pecado, no lo hace sin proveerles los medios y la ayuda. Él nos ayuda a través de los medios para abandonar tales actos. Entre estos medios útiles están:
1 – Fortalecer nuestra fe en Dios y nuestro temor a Él.
2 – Conocer que Dios está siempre observándonos, tener siempre en mente que Él está con nosotros; Él puede verte y todo lo que haces quedará registrado.
3 – Comparando y contrastando el fugaz placer de los pecados, que rápidamente decrece, con el castigo del pecador en el Día de la Resurrección, y la recompensa para quien se abstiene de cometerlo.
4 – Manteniéndonos alejados de las cosas que conducen al pecado, tales como mirar cosas prohibidas, las malas compañías, o ir a lugares pecaminosos.
5 – Esforzándose en mantener la compañía de gente recta.