Alabado sea Dios.
En primer lugar, se ha probado que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien mantenga un perro que no sea empleado para la caza, el cuidado del campo o el pastoreo del ganado, perderá la bendición de Dios tanto como dos montañas (qirat) cada día”. Narrado por los dos shéijs, Al-Bujari y Muslim, en su obra Sahih.
Él (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también dijo: “Quien mantenga un perro que no sea para cuidar la huerta o pastorear rebaños, perderá la bendición de Dios tanto como dos montañas cada día”. Consensuado.
De estos textos y otros es conocido que lo que muchos musulmanes hacen al tener un perro por otras razones que las tres mencionadas en estos reportes, por imitación de los pueblos incrédulos o por mera diversión, está claramente prohibido en el Islam, y no puede ser justificado desde ninguna óptica.
En segundo lugar, dar tratamiento médico, cuidado y alimentación a los animales que es permisible mantener, debe hacerse tanto como sea necesario, gastando en ellos sin llegar al límite de la extravagancia, porque Dios prohibió las extravagancias. Dios dijo (traducción del significado):
“Allah maldijo a Satanás y éste replicó: Seduciré a una gran mayoría de Tus siervos.119. Y les desviaré, les daré falsas esperanzas, les ordenaré que hiendan las orejas del ganado [marcándolas como ofrenda para falsas deidades] y que alteren Tu creación” (An-Nisá', 4:118-119).
Y cuando el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) vio a un asno que había sido marcado en la cara, dijo: “Que Dios maldiga a quien lo marcó”. Narrado por Muslim en su Sahih.
Estas operaciones entonces son una extravagancia, un gasto innecesario. El musulmán debe ser moderado en su uso de los medios permisibles; este mundo no debe ser nunca su principal interés ni poner todas sus esperanzas en él. Dios dijo (traducción del significado):
“Aquellos que cuando hacen una caridad no dan todo lo que tienen ni tampoco escatiman sino que dan en la justa medida” (Al-Furqán, 25:67).
Esto es en relación con las cosas permisible, por lo tanto, ¿qué decir de las que no son permisibles?
Todo musulmán será interpelado en el Día de la Resurrección acerca de cada centavo que adquirió; cómo lo ganó, y en qué lo gastó.
Y Allah es la Fuente de toda fuerza. Que Dios bendiga y otorgue la paz a nuestro Profeta Muhámmad, a su familia y a sus compañeros. Fin de la cita.
Comité Permanente de Jurisprudencia Islámica de Arabia Saudita.