Alabado sea Dios.
Dios ha creado al ser humano y le otorgó la razón, Él hizo descender la Revelación y le envió mensajeros que lo convocaran a seguir la verdad y le advirtieran contra la falsedad. Luego le dio la libertad de tomar sus propias decisiones.
“Y diles: La Verdad proviene de vuestro Señor. Quien quiera que crea y quien no quiera que no lo haga” (al-Kahf 18:29, traducción del significado).
Dios ordenó a Su Mensajero Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) llevar la verdad a toda la humanidad. Luego tuvieron la oportunidad de hacer lo que quisieran. Si la persona obedece, lo hace en beneficio propio, y si desobedece, se perjudica a sí mismo, como Allah dijo (traducción del significado):
“Di: ¡Oh, hombres! Os ha llegado la Verdad de vuestro Señor. Quien siga la guía lo hará en beneficio propio, y quien se descarríe sólo se perjudicará a sí mismo. Yo no soy responsable por vuestras obras” (Yunus 10:108).
El Islam es la religión del estado natural del hombre (fitrah), la religión de la inocencia, de la razón y del pensamiento. Dios ha distinguido la verdad de la falsedad. Ha ordenado todo lo que es bueno y prohibido todo lo que es malo. Ha permitido las cosas buenas y prohibido las cosas malas. No hay compulsión en la religión, porque el beneficio o el perjuicio vuelven sobre la criatura, no sobre el Creador. Allah dijo (traducción del significado):
“No está permitido forzar a nadie a creer. La guía se ha diferenciado del desvío. Quien se aparte de Satanás y crea en Allah, se habrá aferrado al asidero más firme el Islam, que nunca se romperá” (al-Báqarah 2:256).
Y Allah dijo (traducción del significado):
“Quien obre rectamente, lo hará en beneficio propio, y quien obre el mal, lo hará en contra de sí mismo. Tu Señor no es injusto con Sus siervos” (Fússilat 41:46).
La guía está en las manos de Dios. Si Dios quiere, Él puede guiar a toda la humanidad, porque no hay nada que Él no pueda hacer en esta tierra o en los cielos. Nada sucede en Sus dominios excepto lo que Él quiere.
“Di: Es Allah quien posee la Verdad absoluta, y si hubiera querido os habría guiado a todos vosotros” (al-An’ám 6:149, traducción del significado).
Pero en Su sabiduría, Dios nos ha creado con la habilidad de elegir, y le reveló la Guía y el Criterio. Por lo tanto, quien obedezca a Dios y a Sus mensajeros entrará al Paraíso, y quien Le desobedezca a Dios y a Sus mensajeros, entrará al Infierno, como Allah dijo (traducción del significado):
“Por cierto que habéis recibido evidencias de vuestro Señor. Quien las aprecie lo hará en beneficio propio, pero quien se enceguezca y no las aprecie sufrirá las consecuencias de su extravío; yo no soy vuestro custodio sólo se me ha encomendado transmitir el Mensaje” (al-An’ám 6:104).
El Mensajero (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no tiene participación en la guía; todo lo que él y los musulmanes tenemos que hacer es llevar y exponer el Mensaje y mostrarles la buena guía, pero no podemos forzar a la gente a seguirlo, como Dios le dijo a Su Mensajero (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él):
“Si tu Señor hubiera querido, todos los habitantes de la Tierra habrían creído. Tú ¡Oh, Muhammad! no podrás hacer que los hombres crean aunque se lo impongas” (Yunus 10:99, traducción del significado).
Allah dijo (traducción del significado):
“el Mensajero sólo tiene la obligación de transmitir el Mensaje con claridad” (al-‘Ankabút 29:18).
La verdadera guía hacia la verdad está en manos de Dios solamente, y ningún ser humano tiene parte en ella, como Dios dijo a Su Mensajero (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él):
“Por cierto que tú no puedes guiar a quien amas, sino que Allah guía a quien Él quiere. Él sabe quienes seguirán la guía” (al-Qásas 28:56).
Dios guía a quien quiere y pierde a quien Él quiere. Él nos ha dicho que guía a quienes Le obedecen y se vuelven a Él, como Él dijo (traducción del significado):
“Y a quienes siguen la guía, Él les incrementará su fe y les facilitará obrar piadosamente” (Muhámmad 47:17).
Pero quien desobedezca a Dios y se aleje de Él, Dios no lo guiará, como Él dijo (traducción del significado):
“En verdad, Allah no guía a quien es mentiroso e incrédulo” (az-Zúmar 39:3).
Dios es Omnisciente y conoce lo que ha sucedido y lo que está sucediendo, y lo que aún no ha sucedido. Dios conoce a los creyentes y a los incrédulos y lo que ellos harán, y conoce sus destinos en el Más Allá. Él ha escrito todo eso en al-Láuh al-Mahfúz (la Tabla Preservada), como Él dijo (traducción del significado):
“Pero Nosotros todo lo registramos en un libro” (an-Nabá' 78:29).
Dios ha creado al hombre con la habilidad de elegir, y lo ha hecho capaz tanto de creer como de no creer, como Allah dijo (traducción del significado):
“Y le evidenciamos la guía, pero algunos fueron creyentes agradecidos y otros incrédulos ingratos” (al-Insán 76:3).
El ser humano tiene la elección en términos de su razón y sus limitados recursos, solamente; si pierde su razón, por la cual es capaz de distinguir el bien del mal, la verdad de la falsedad, entonces no es responsable. Por eso de acuerdo a la ley islámica, la pluma con la que los ángeles escriben sus obras en vida cesan de escribir si una persona está mentalmente enferma (es decir, no tiene responsabilidad) hasta que recobra sus sentidos, y en los niños hasta que alcanzan la edad del entendimiento, y del durmiente, hasta que despierta. Ninguna de estas personas es responsable hasta que recuperan el sentido y la razón por la cual pueden distinguir entre el bien y el mal, lo beneficioso y lo perjudicial, en un sentido exterior y evidente del término.
Cual fuera la dirección que una persona tome, habrá en ello recompensa y castigo, y si obedece, entrará al Paraíso:
“Que por cierto que obtendrá el éxito en esta vida y en la otra vida quien purifique su alma apartándose de los pecados” (ash-Sháms 91:9, traducción de significado).
Y si desobedece, ingresará al Infierno:
“Y estará perdido quien la pervierta siguiendo sus pasiones” (ash-Sháms 91:10, traducción del significado).
La elección de uno de estos dos caminos es algo acerca de lo que cada ser humano será interrogado por el Señor de Universo. Y por eso es claro que la fe o la incredulidad, la obediencia o la desobediencia, son asuntos de elección personal. Dios ha creado una recompensa y un castigo dependiendo de esta elección:
“Quien obre rectamente, lo hará en beneficio propio, y quien obre el mal, lo hará en contra de sí mismo. Tu Señor no es injusto con Sus siervos” (Fússilat 41:46).
Quien ame a Dios y a Sus mensajeros y desee el bien en este mundo y en el Más Allá, que ingrese al Islam, y quien se aleje de él y esté contento con este mundo y no tenga interés en el Más Allá y no se someta a su Creador, su morada será el Infierno. El individuo es quien se beneficiará o se perjudicará a sí mismo. No hay compulsión para elegir una u otra. Allah dijo (traducción del significado):
“Esta revelación es un motivo de reflexión. Entonces, quien quiera que se encamine hacia su Señor” (al-Ihsán 76:29).