Alabado sea Dios.
No parece que haya nada de malo con escuchar el llamado a la oración en cualquier momento. El llamado a la oración es rememoración de Dios, implica glorificarlo y tiene otros nobles significados.
Al-Háfiz ibn Háyar (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Al-Qurtubí y otros han dicho que el llamado a la oración, aún cuando sus frases son pocas, incluye asuntos del credo, porque comienza diciendo “Dios es El Más Grande” (Allahu Ákbar), que habla de la existencia y perfección de Dios; luego Lo elogia, y proclama su unidad (tawhíd), y niega que Él tenga algún compañero o asociado; luego afirma la misión del Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él); luego convoca a la obediencia, siguiendo el testimonio de que Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) es el Mensajero de Dios, porque el cómo Él debe ser obedecido sólo se puede saber a través de un mensajero; luego convoca al éxito, que es la vida eterna en el Paraíso, lo cual es una referencia a la resurrección; luego repite las frases, a modo de confirmación”. Fáth al-Bari, 2/77.
Basándonos en esto, no hay nada de malo en escuchar el llamado a la oración en programas o teléfonos celulares, cintas grabadas, etc., mientras uno medita en los nobles significados que contiene.
Pero debemos señalar que cuando escuchamos el llamado a la oración de esta forma, no está prescripto que uno repita sus frases.
El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Si el llamado al a oración está grabado y no suena en el horario de la oración prescripta, entonces no se debe repetir sus frases, porque no está cumpliendo la función original del llamado a la oración, porque no está siendo emitido en el momento en que fue encomendado; más bien, es una grabación de un llamado a la oración previo”.
Maymu' al-Fatáwa Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín, 12/196.
Y Allah sabe más.