Alabado sea Dios.
Alabado sea AllahJaalid ibn al-Walid (que Allah esté complacido con él) es el caballero del Islam, la Espada de Allah contra Sus enemigos, líder de grandes conquistas que estuvo presente en muchas batallas decisivas de la historia islámica. Fue un nombre de mucha valentía, fuerza y coraje contra el enemigo. El día de Mu’tah siete espadas se rompieron en su mano, como fue narrado por al-Bujaari en su Sahih.
Tenía un gran amor por el jihad en apoyo de la religión de Allah y para someter a las fuerzas del mal, el kufr y la tiranía. El jihad lo distraía de todas las preocupaciones mundanas, a tal punto que decía: “No hay noche en que me entregaran una novia que fuese más deseada por mí que una noche de mucho frío y hielo en una campaña en la que ataqué a un enemigo la mañana siguiente”. Narrado por Abu Ya’la.
Y él (que Allah esté complacido con él) dijo cuando moría: Busqué que me mataran en un sitio donde la muerte es más factible (el campo de batalla) pero me fue decretada en la cama. No hay acción mía que me haya dado más esperanzas, después de decir la ilaaha ill-Allah, que una noche que pasé con el escudo en la mano y llovió toda la noche, preparándome para atacar a los kuffaar.
Luego dijo: Si muero, busquen mis armas y mi caballo, y entréguenlos (para el jihad) en nombre de Allah.
Su amor y preocupación por este gran acto de adoración (jihad en nombre de Allah) lo alejaba de otros actos de adoración como narrar hadiz y memorizar el Sagrado Corán.
Él dijo: “El jihad en el nombre de Allah me mantuvo alejado de mucha recitación”. Narrado por Ibn Abi Shaybah en al-Musannaf (4/214) y clasificado como sahih por al-Haafid ibn Hayar en al-Mataalib al-‘Aaliyah (4/277); narrado también por al-Hayzami en Mayma‘ al-Zawaa’id (9/353).
Esta preocupación no era algo digno de culpa, sino una preocupación que trajo gloria a toda la historia islámica y expandió la luz del Islam por todo el mundo y que los tiranos kaafir trataron de apagar. No hay nada por qué sentir culpa en ello, pues “a todos se les ayuda a hacer aquello para lo que fueron creados”. Entre los Sahaabah había estudiosos, fuqaha’, qaadis (jueces), hombres bravos, mujaahidin, los que daban caridad y los que dedicaban su tiempo a adorar, según las diversas aptitudes y talentos que Allah les concedió.
No es sabio que una persona deje aquello que hace bien y con excelencia por algo en lo que cuyos logros serán como los de los demás, o peores, y en lo que no será excelente.
Las palabras de Jaalid (que Allah esté complacido con él) citadas no significan que él no haya memorizado más de tres surahs, como mencionan en la pregunta. Sí significa que no era como los hafices o estudiosos como ‘Abd-Allah ibn Mas‘ud, Ubayy ibn Ka‘b y otros, basándonos en sus palabras: “El jihad en el nombre de Allah me mantuvo alejado de mucha recitación”, pues no dijo “…me mantuvo alejado de la recitación”. El jihad le impidió aprender mucho, pero no le impidió aprender de todos modos.
Pero el planteo de dudas y críticas sobre Jaalid (que Allah esté complacido con él) puede estar motivado por el hecho de que Jaalid era una espada desenfundada contra los ídolos y los falsos dioses. Por lo tanto, hoy vemos que los enemigos del Islam se esfuerzan por socavar su carácter y sembrar dudas sobre sus logros, y no saben que una espada que Allah desenfunda contra los kuffaar nunca puede ser guardada de nuevo y que este gran líder se ha convertido en uno de los símbolos del coraje, la valentía y el genio militar. Así eran los hombres que rodeaban al Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), ejemplos de acción, sacrificio, construcción de pueblos, valores y morales.
Le pedimos a Allah que nos permita seguir los pasos de estos hombres y ayudarnos a conseguir su verdad.
Y Allah sabe mejor.