Alabado sea Dios.
Si la situación de este hermano es como tú describes, entonces las normas que se le aplican son las de que quien es forzado a romper su ayuno. El punto de vista de los sháfi’is y de los hánbalis es que en el caso de la persona que es violada sexualmente o forzada a comer y beber, no rompe su ayuno y no debe reponerlo, a menos que la compulsión de romper el ayuno fuera a través de relaciones sexuales ilícitas (adulterio o fornicación), de acuerdo a los sháfi’is. Ver al-Mawsu’ah al-Fiqhíyah, 28/58.
Este punto de vista es el más cercano a lo que narró Ibn ‘Abbás (que Dios esté complacido con él), que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Dios ha perdonado a mi comunidad por los errores, por lo que se les olvida, y por aquello a lo que son forzados”. Narrado por Ibn Máyah, 2045; clasificado como auténtico por al-Albani en Tajrich al-Mishkat, 6248.
Y porque la compulsión implica que la persona no tenía opción, y es peor que el olvido en cuyo caso la persona no rompe el ayuno, de acuerdo al punto de vista más correcto, entonces que sea forzada a romper el ayuno es menos serio que ser forzado a pronunciar palabras de incredulidad, y quien las pronuncia bajo compulsión no se convierte en un incrédulo.
El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Si una persona es forzada a hacer algo que rompe su ayuno, no hay pecado sobre él, y su ayuno todavía es válido, porque Dios, glorificado y exaltado sea, dijo (traducción del significado):
“Y no será considerado un pecado si os hubiereis equivocado [o ignorado que ello no era correcto], pero sí en caso de que lo hiciereis intencionadamente. Y sabed que Allah es Absolvedor, Misericordioso”. (al-Ahzáb 33:5).
Y porque Dios ha determinado que una persona no se convierte en incrédula si es forzada a realizar o pronunciar actos y palabras de incredulidad, por lo tanto, con respecto a cosas que son menos serias que eso, es más lógico que no constituyan un pecado. Y porque el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Se le han perdonado a mi comunidad los errores, los olvidos, y lo que hagan bajo coacción”. Fin de la cita de Maymu' al-Fatáwa Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín, 19/207.
Le pedimos a Dios, exaltado sea, que cure a tus amigos y les conceda el bienestar. Le aconsejamos persistir en la recitación del capítulo de apertura, al-Fátihah, también conocido como ‘la curadora’, y ofrecer abundantes súplicas y dar en caridad, porque estos son los medios para curar y aliviar las calamidades. También le recordamos que busque pacientemente la recompensa de Dios, porque Dios, glorificado y exaltado sea, prueba a Sus servidores con lo que fuera que Él desea, para expiar sus malas obras y elevarlos en estatus. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Nada le sucede a un creyente, sea una enfermedad, una aflicción, angustia, pena o daño, aún una espina que le pincha, sin que Dios por causa de ello le expíe algunos pecados”. Narrado por al-Bujari (5642) y Muslim (2573).
Y Allah sabe más.