Alabado sea Dios.
Alabado sea Allah.En el libro al-Taarij al-Qadim li Makkah wa Bayt-Allaah il-Karim (Historia de la antigua Meca y la Noble Casa de Allah) de Muhammad Taahir al-Kurdi al-Makki (vol. 3, p. 256), se expresa que la roca en el Rincón Yemení (al-Rukn al-Yamaani) se remonta al momento en el que ‘Abd-Allaah ibn al-Zubayr (que Allah esté complacido con él) reconstruyó la Ka’bah, y que perduró hasta nuestros días, y que cada uno que reconstruyó la Ka’bah dejó esta roca tal como estaba. Él dice que en el año 1040 DH, durante el tiempo del sultán Murad IV, que la reconstruyó, el borde de la roca de este Rincón se partió, y se volcó plomo fundido en este lugar, con adhesivo y clavos, durante la era de los Fatimis.
Quizás lo que usted vio fue el plomo o las marcas de los clavos, con cambios en su color debido al perfume o por ser tocada por las manos de las personas que realizan el Tawaf.
Está prescrito tocar este rincón, sin besarlo ni decir Allaahu akbar. Si no puede tocarla, entonces no debe señalarla, porque ésto no fue narrado por el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él).
El Sheik Ibn ‘Uzaymin (que Allah tenga piedad de él) dijo:
El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) solía tocar el Rincón Yemení, pero no decía Allaahu akbar. Entonces, basados en ésto no es Sunnah decir Allaahu akbar al tocarla.
Al-Sharh al-Mumti’, 7/283.
El Sheik al-Albaani (que Allah tenga piedad de él) dijo:
(El peregrino) toca el Rincón Yemení con su mano en cada circuito (del tawaf), pero no debe besarlo. Si no es posible tocarlo, no debe señalarlo con su mano.
Manaasik al-Hajj wa’l-‘Umrah, p. 22
Tocarla está indicado por el hadiz narrado por al-Haakim de Ibn ‘Umar, según el cual cuando el Mensajero de Allah (desciendan sobre él) rodeaba la Ka’bah (tawaf), él tocaba la Roca Negra y el Rincón Yemení en cada circuito.
Sahih al-Yaami’, número 4751.
Con respecto a la virtud de tocar el Rincón Yemení, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) dijo: “Tocar la Roca Negra y el Rincón Yemení borra los pecados”. (Narrado por Ahmad de Ibn ‘Umar; clasificado como sahih por al-Albaani en Sahih al-Yaami’, número 2194).
Y Allah sabe mejor.