Alabado sea Dios.
Los musulmanes no creemos que haya ninguna contradicción entre el Sagrado Corán y la Torah o el Evangelio originales, porque fueron libros revelados por Dios, glorificado y exaltado sea. Provienen de la misma fuente, y por lo tanto no pueden contener ninguna contradicción entre ellos, como Dios dijo (traducción del significado):
“¿Acaso no reflexionan en el Corán y sus significados? Si no procediera de Allah habrían encontrado en él numerosas contradicciones” (An-Nisá’, 4:82).
Dios, glorificado y exaltado sea, describe que el Sagrado Corán confirma a los libros sagrados que le precedieron. Dios dijo (traducción del significado):
“Él te reveló el Libro con la Verdad, corroborante de los mensajes anteriores; y reveló antes también la Torá y el Evangelio. 4. Es [el Corán] guía para los hombres, y fue revelado como un discernimiento” (Ali ‘Imrán, 3:3-4).
“Te hemos revelado [a ti, ¡Oh Muhammad!] el Libro [el Corán] con la Verdad, que corrobora y mantiene vigente lo que ya había en los Libros revelados”(Al-Má’idah, 5:48).
Con respecto a las copias que circulan actualmente de la Torah y el Evangelio, que se contradicen claramente entre sí, la razón de estas contradicciones es clara y obvia. Tales copias han sido distorsionadas y alteradas; se les han quitado cosas, se les han agregado cosas, y otras fueron cambiadas. Los originales en los cuales supuestamente están basadas son en realidad copias adulteradas, y por lo tanto no son confiables. Esto explica perfectamente cualquier diferencia que los investigadores y estudiantes encuentren tanto entre las diversas copias que circulan de la Biblia, que como dijimos se contradicen entre sí, como entre las copias presentes de la Biblia y el Sagrado Corán. El Sagrado Corán ha sido autenticado historiológicamente y preservado en la memoria de miles de millones de recitadores en una cadena de transmisión ininterrumpida hasta hoy en día, un método de preservación indudablemente efectivo, de tal manera que sería virtualmente imposible que dos o más personas se hubieran puesto de acuerdo para falsificarlo. Y por eso, no existen diversas copias del Sagrado Corán sino sólo una, algo atestiguado tanto por los musulmanes como por los eruditos occidentales.
De cualquier forma, nosotros creemos que la llegada de Abrahán a La Meca y su construcción del Sagrado Templo son eventos históricos que están afirmados en la Torah y en otras escrituras antiguas. No podemos negar que haya diferentes interpretaciones de los textos de la Torah, y que el contexto mismo se presta para ello. Lo que estamos intentando aquí es confirmar que tales indicaciones existen. Este es un asunto que deberán resolver los eruditos que examinen las historias del Antiguo Testamento si de alcanzar una conclusión definitiva se tratara.
Por eso citamos aquí algunas referencias. Las citas bíblicas del original en inglés fueron tomadas de la versión King James; algunos nombres de lugares han sido cambiados, seguidos por el nombre del lugar entre corchetes:
1 – En Génesis 16:7 dice, después de mencionar la historia de Abrahán y que Hayar había quedado embarazada, y que luego Sara se quejara de ella:
“Y cuando Sara la trató rudamente, ella huyó de su rostro. 7. Y el ángel de Dios la encontró cerca de una fuente de agua en un páramo desolado, en una fuente camino al Hiyaz (Shur). 8. Y él le dijo: “Hayar, doncella de Sara, ¿de dónde has venido? ¿Y hacia dónde vas?”. Ella respondió: “Huyo del rostro de mi señora Sara”.
…13. Y ella invocó el nombre de Dios, que le habló a ella, tu Dios me ve: porque ella dijo, “¿he buscado yo aquí a Aquel que me ve?”.14. Porque la fuente era llamada ‘Be’er lahai roi’ (Fuente del Viviente Quien me ve); contemplad, está entre Kadesh y Bered”.
Observa cómo se ha mencionado el nombre de la región árabe Al-Hiyaz, donde está actualmente La Meca, y la partida de Hayar hacia este lugar, después de lo cual le fue concedida la bendición de la ‘Fuente del Viviente Quien me ve’; se trata obviamente, de la fuente de Zamzam.
2 – En Génesis 13:1-18 dice:
“Y Abrahán partió para Egipto, él y su esposa, y todo lo que tenía, y Lot con él hacia la Qiblah (hacia el sur).2. Y Abrahán era muy rico en ganado, en plata, y en oro. 3. Y partió en sus viajes desde el sur aun hasta Bethel, hasta el lugar donde su tienda había estado al comienzo, entre Bethel y Hai; 4. Hacia el lugar del altar, que él había construido al principio. Y allí invocó el nombre de Dios…
18. Entonces Abrahán levantó su tienda y vino y moró en las planicies de Mamre, que está en Hebrón, y construyó allí un altar a Dios”.
En Génesis 20:1 también dice:
“Y Abrahán viajó desde allí hacia la tierra de la qiblah (al sur del país), y moró entre Kadesh y Shur, y así pasó una temporada en Herar”.
Hemos citado estos textos en el original en árabe de este artículo de la Torá como fue traducida al árabe por Sa’íd al-Faiyumi (fallecido en el 943 después de la Héyirah); pero en la versión inglesa de este artículo citamos la versión de la Biblia de King James. Él fue el primero en traducir el Antiguo Testamento al árabe, y también escribió un comentario para la mayoría de sus libros. No hemos encontrado esta Torá en ninguna parte más excepto en el libro de Idrís ‘Abaizah titulado Madkal ila Dirásat at-Tawrát wa Naqdiha Ma’a Turyumátihi al-‘Arabíyah li Sa’diyá Ka’un al-Faiyumi (Introducción al Estudio y Crítica de la Torá, acompañado por su Traducción al Árabe por Sa’diyá Ka’un al-Faiyumi).
En otras traducciones bien conocidas de la Torá (al árabe), en lugar del Hiyáz menciona “… hacia una fuente de agua en el desierto, una fuente en el camino hacia Shur” (Génesis, 16:7), y en lugar de la Qiblah dice “el sur” (Génesis, 13:1).
[Nota del traductor: algunas versiones en inglés dicen ‘Negev’ en lugar de ‘el sur’. En la Biblia, esta palabra hace referencia a la dirección sur].
Para más información por favor consulte (en árabe) la obra Nabí Ard al-Yanúb (Profeta de la Tierra del Sur) por Yamál ed-Dín ash-Sharqáwi, pág. 18-109.
3 – En Génesis 21:21 dice de Isma’el (la paz sea con él):
“21. Y moró en el desierto de Parán, y su madre le trajo una esposa de la tierra de Egipto”.
Así es como aparece en la Torah Samaritana (también conocida como Pentateuco Samaritano), y en la traducción de la Torah de al-Faiyúmi.
Aunque muchos pasajes en la Torah parecen sugerir que Parán está en Palestina, el imam Al-Qarráfi dijo en su libro Al-Áyuibah al-Fájirah (pág. 165): “Parán es La Meca, de acuerdo al consenso de la Gente del Libro (judíos y cristianos de la época)”.
El shéij Ibn Taimíyah dijo en Al-Yawáb as-Sahih li man baddala Din al-Masíh (5/200):
“No hay diferencia de opinión entre los musulmanes y la Gente del Libro sobre que Parán es La Meca. Pero si alguna de sus escrituras dice que no es La Meca, no es sorprendente, porque es sabido que sus escrituras han sido adulteradas”.
Él también dijo sobre la región que rodea el monte de Hira en La Meca:
“El lugar es llamado Faarán (Parán) todavía hasta el día de hoy”. Fin de la cita.
‘Abd el-Háq Vidiarti (fallecido en 1978) dijo en su famoso libro Muhámmad en las Escrituras del Mundo:
“En la traducción al árabe del Pentateuco Samaritano que fue publicada en 1851, dice que Parán está localizado en el Hiyáz:
“Y moró en el desierto de Parán, y su madre le trajo una esposa de la tierra de Egipto” (Génesis 21:21).
La traducción estuvo en circulación durante mucho tiempo, pero cuando los musulmanes comenzaron a usarla como argumento en discusiones con cristianos, dejó de imprimirse”. Fin de la cita.
4 – En el Antiguo Testamento, en Salmos 84:5-10 hay una referencia al Valle de Baka. En la versión de la Biblia de King James dice lo siguiente:
“5. Bendito es el hombre cuya fuerza está en Ti; en cuyo corazón están los caminos de ellos. 6. Quien pasa a través del valle de Baka encuentra una fuente; la lluvia también llenó los pozos de agua”… “10. Porque un día en Tu corte es mejor que mil”.
No hay otro valle llamado Baka (o Bakkah) donde haya un templo de culto y una fuente de agua, en la cual la oración sea mejor que mil oraciones en cualquier otra parte, excepto el de La Meca.
Baka (Bakkah) es uno de los nombres de La Meca (Makkah). Este nombre está mencionado en el Sagrado Corán, donde Dios dijo (traducción del significado):
“Ciertamente la primera Casa erigida para los hombres es la de Bakkah [la Ka‘bah], en ella hay bendición y guía para la humanidad” (Ali ‘Imrán, 3:96).
Pero los traductores y comentaristas del Antiguo Testamento distorsionaron la palabra Baka a buka’ (que significa llorar; el cognado hebreo denota el mismo significado), aun cuando los nombres de lugares no deben traducirse; los nombres de lugares deben ser transliterados, y el significado del nombre original no tiene relación alguna con el verbo llorar. Esto parece el resultado de un deseo de eliminar toda referencia a los albores de la religión islámica.
En conclusión, aun si no se mencionara nada en el Antiguo Testamento sobre el viaje de Abrahán a La Meca, eso no significa que el viaje no haya sucedido. En otras palabras, negar que haya sucedido parece más bien una forma negativa de afirmarlo. Lo que ha sucedido es que se ha omitido mencionarlo, y así se ha olvidado, o se lo ha resumido en exceso. Incluso hoy en día si lees una noticia en un periódico, encontrarás que habrá otros periódicos que no la mencionan en absoluto, y eso no significa que el hecho no haya sucedido. Esto se aplica perfectamente al caso que estamos discutiendo ahora. Quien piense que no es así, no está siendo razonable.
Más aún, si fuéramos a citar aquí las palabras de los no musulmanes que han investigado la historia del templo de La Meca y que apoyan el punto de vista que aquí hemos expuesto, este artículo sería demasiado largo. Pero nos limitaremos a citar a una de las obras históricas contemporáneas más famosas, Historia de la Civilización, por Will Durant. Este libro está compuesto de 42 volúmenes en los cuales el autor discute la historia de la mayoría de las civilizaciones, incluyendo la historia de la Península Árabe, acerca de la cual dice: “Fue construida (el templo de La Meca) por cuarta vez por Abrahán e Ismael, su hijo e hijo de Hayar”.
Ver Qíssat al-Hadhárah, 13/18 (Historia de la Civilización).
Y Allah sabe más.