Alabado sea Dios.
Se ha narrado que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien duerma después de la oración de la tarde y se vuelva loco, que no culpe sino a sí mismo”, pero este reporte fue clasificado como débil por el shéij Al-Albani en As-Sílsilah ad-Da’ífah, 39.
El shéij Al-Albani dijo:
“Marwán Ibn Muhámmad Al-Asadi dijo: “Vi a Laiz Ibn Sa’d durmiendo la siesta después de la oración de la tarde durante el mes de Ramadán, y le dije: “¡Oh, Abu al-Háriz! ¿Por qué estás durmiendo después de la oración de la tarde cuando Ibn Lahi’ah nos ha dicho lo que sabes?”. Al-Laiz respondió: “¡Yo no abandonaré algo que es bueno para mí a causa del reporte que Ibn Lahi’ah narró de ‘Aqíl!”.
Estoy impresionado por esta respuesta de Al-Laiz, porque es indicativa de la comprensión y el conocimiento que tuvo uno de los imames de los musulmanes y un jurista bien conocido. Sé que muchos de los shéijs hoy en día no duermen la siesta después de la oración de la tarde, aun si necesitan hacerlo. Si se les recuerda que el reporte narrado acerca de este asunto es débil, inmediatamente responden: “Los reportes débiles deben seguirse cuando tratan de actos virtuosos”.
Piensen entonces en la diferencia que hay entre la forma en que entendieron estos asuntos los imames de las primeras generaciones, y los imames de las generaciones posteriores.
As-Sílsilah ad-Da’ífah, No. 39.