Alabado sea Dios.
Ash-Shanqiti (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“La opinión de los eruditos acerca de las buenas obras que perduran, todas convergen en una cosa: se trata de acciones que complacen a Dios, ya sea que digamos que son las 5 oraciones diarias, como se narró de un grupo de nuestros rectos predecesores que incluía a Ibn ‘Abbás, Sa’id Ibn Yubair, Abu Maisara, y ‘Umar Ibn Sharhabil. O que significa recitar: “Subhana Allah wa al-hámdu lilláh wa la iláha ílla Allah, wa Allahu ákbar, wa la hawla wa la qúwwata ílla billah al-'Ali al-'Adhím” (Glorificado sea Dios, alabado sea Dios, no hay más divinidad que Dios, Dios es el más grande y no hay poder ni fuerza excepto en Dios, El Altísimo, El Todopoderoso)”. Este es el punto de vista de la mayoría de los eruditos. Esto está indicado en reportes narrados de Abu Sa’id Al-Judri, Abu Ad-Dardá', Abu Hurairah, An-Nu’mán Ibn Bashir, y ‘Aa'ishah (que Allah esté complacido con todos ellos).
Esta frase “los buenos actos que perduran” es una definición general que incluye tanto las 5 oraciones diarias, como las recitaciones mencionadas arriba, como también otros actos que complacen a Dios, que perdurarán en el tiempo y que no decaerán ni se desvanecerán como los adornos de la vida en este mundo.