Alabado sea Dios.
Primero, la valentía es la resolución en el corazón en momentos de peligro (Tahdhib Al-Lugah 1/214; Lisan Al ‘Arab 8/173).
Segundo, en términos cotidianos, la valentía se refiere a la resolución en el corazón en tiempos de calamidad y mantenerse en calma cuando uno se enfrenta a situaciones atemorizantes. Ibn Al Qaiem (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “Mucha gente puede confundir la valentía con la fuerza física, pero son dos cosas diferentes. La valentía es la resolución en el corazón cuando nos enfrentamos a calamidades, incluso siendo débiles.
[Abu Bakr] As-Siddiq (que Al-lah esté complacido con él) era el más valiente de esta Ummah luego del Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) a pesar de que ‘Umar y otros eran más fuertes que él físicamente. Pero él superaba a todos los compañeros en la resolución de su corazón en cada situación ante la que incluso las montañas temblaban. En esos casos, siempre tenía calma y resolución en su corazón, y la gente de valor de entre los compañeros y sus héroes recurrían a él, y él los calmaba y los afianzaba” (Al Furusiah, p. 500).
También dijo: “La valentía proviene del corazón; es la constancia y la calma en momentos de temor. Es una característica que resulta de la paciencia y del pensamiento positivo, porque cuando alguien piensa que puede superar los problemas y tiene una paciencia que le ayuda, se mantiene resuelto. De la misma forma, la cobardía resulta de pensamientos negativos y de la impaciencia, lo cual hace pensar a la persona que no puede superar los problemas y no tiene paciencia para estar calmo. El origen de la cobardía es una mente negativa y siempre pensar que pasará lo peor…” (Ar-Ruh, p. 236).
Ibn Hazm (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “La definición de valentía es: estar dispuesto a ofrecer la vida misma para defender la fe y a las mujeres, para defender al vecino que ha sido perjudicado, para defender al oprimido que busca nuestra protección, y para defender al que ha sido perjudicado en su honor o su riqueza, o de cualquier otra manera, sean los malhechores pocos o muchos. Quedarse cortos en lo que mencionamos es ser cobarde y débil. Exponer la vida al peligro por cuestiones mundanales es una imprudencia y una tontería. Más tonto aún es el que ofrece su vida porque se niega a dar a la gente lo que le corresponde, o para defender a otro que se niega a darles lo que les corresponde” (Al Ajláq was-Siar, p. 32).
Tercero, el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) era la persona con más valentía, tal como narraron Al Bujari (2908) y Muslim (2307) de parte de Anas (que Al-lah esté complacido con él), quien dijo: “El Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) era la mejor de las personas y el más valiente. Una noche, la gente de Medina estaba en estado de alarma y algunos se dirigieron al lugar de donde provenía el sonido [que causaba la alarma]. Se encontraron con el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), quien regresaba pues había ido a investigar el asunto. Estaba montado sobre el caballo de Abu Talhah, sin montura, con su espada apoyada en su cuello, y decía: ‘No teman, no teman’”.
Cuarto: Hay muchas formas de desarrollar la valentía, entre las cuales podemos mencionar:
- Ser fuertes en la fe y permanecer así.
- Estudiar las biografías de los héroes y hombres valientes del Islam.
- Tener el valor de decir la verdad.
- Tener la valentía de denunciar el mal y prohibirlo.
- Mantener el control.
Se narró de Abu Hurairah que el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “El hombre fuerte no es el Sura’ah (aquel que lucha y tira a otros al piso); el hombre fuerte es aquel que logra controlarse en momentos de furia” (narrado por Al Bujari [6114] y Muslim [2609]).
Ibn Al Azir dijo en An-Nihaiah (2/23): “As-Sura’ah es el hombre que lucha con otros y que es tan fuerte que nadie lo puede derribar. Él Profeta usó esa frase en el contexto del auto control, de suprimir la ira y el nafs (ego), porque si la persona controla su nafs, podrá derrotar al más fuerte de sus enemigos y al peor de sus oponentes”.
- Respetar las órdenes del Islam.
- Respetar los límites impuestos por Al-lah.
- Mostrar valentía en situaciones apremiantes.
- Apoyar al que ha sido perjudicado y luchar para frenar el maltrato al que ha sido sometido.
Y Al-lah sabe más.