Alabado sea Dios.
Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) mencionó tres opiniones acerca de la circuncisión del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Él dijo:
“Hay diferentes opiniones sobre este asunto:
1 – Que él nació circuncidado.
2 – Que Gabriel lo circuncidó cuando abrió su pecho.
3 – Que su abuelo ‘Abd al-Muttálib lo circuncidó de acuerdo a la costumbre de los árabes, igual que como circuncidó a sus hijos”. Fin de la cita de Tuhfat al-Mawlud, pág. 201.
Con respecto a la primera opinión, Ibn al-Qayím narró muchos reportes acerca de esto en su libro, pero él advirtió que eran todos débiles (da’íf). Luego mencionó que si un niño nacía ya circuncidado, esto no era un signo de virtud como alguien podría pensar, sino un defecto físico. Él dijo:
“Se ha dicho que uno de los Césares, o rey de Roma, a quien Imru’ ul-Qais llegó a visitar, había nacido de esa forma (es decir, incircunciso), y Imru’ul-Qais ingresó a los baños con él y lo vio de esa forma, y compuso un verso burlándose de él por no estar circuncidado. Se burló de él por no estar circuncidado y creyó que el hecho de que hubiera nacido así era un defecto. Este verso fue una de las razones que motivaron al César a envenenar a Imru’ul Qais, quien murió.
Los árabes solían pensar que el acto de la circuncisión era algo virtuoso, pero no el hecho de estar circuncidado en sí sino el acto de realizar la circuncisión.
Dios envió a nuestro Profeta de entre los árabes, y el Profeta era de buen linaje y físicamente bello y saludable. Por lo tanto, ¿cómo podría pensarse que él había nacido circuncidado? Se ha afirmado que la circuncisión era una de las pruebas con las cuales Dios probó a sus amigos más cercanos, como Abrahán por ejemplo, y cabe recordar que los seres humanos más duramente probados por Dios entre la humanidad han sido los profetas y mensajeros. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) mencionó a la circuncisión como una de las características de la fitrah, o estado natural de pureza del ser humano, y por lo tanto es una orden de Dios que debe cumplirse con paciencia, y que traerá recompensas multiplicadas.
Lo más apropiado para pensar acerca del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) es que él no estuvo exento de esta bendición y prueba de realizar la circuncisión, y que Dios lo honró a él de la misma forma que honró a Abrahán, porque ellos fueron de los más virtuosos entre los profetas”. Fin de la cita de Tuhfat al-Mawlud, 205-206.
Con respecto a la segunda opinión él dijo:
“El reporte del ángel abriendo el pecho del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue narrado a través de muchas cadenas que se remontan al Profeta. No se menciona en ninguno de ellos que Gabriel lo haya circuncidado, excepto en este reporte solamente, que es bastante extraño (garib)”. Fin de la cita de Tuhfat al-Mawlud, pág. 206.
Con respecto a la tercera opinión, él dijo:
“Ibn al-‘Adim dijo: “Se afirma en algunos reportes que su abuelo ‘Abd al-Muttálib lo circuncidó en el séptimo día de su nacimiento”. Y este es el que parece ser el punto de vista más correcto y más cercano a la realidad”. Fin de la cita de Tuhfat al-Mawlud, pág. 206.
Ibn al-Qayím dijo en Zaad al-Ma’ad, 1/82:
“Este asunto surgió entre dos hombres rectos. Uno de ellos escribió un libro diciendo que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) había nacido circuncidado, y compiló en él los reportes mencionados, que no son aceptables en absoluto. Su nombre era Kamal al-Din Ibn Talhah. Fue muy criticado por Ibn al-‘Adim, quien explicó que el Profeta Muhámmad fue circuncidado de acuerdo a la costumbre de los árabes. Puesto que esta era la costumbre de todos los árabes en esa época, no hay ninguna necesidad de encontrar más reportes específicos que lo afirmen para probar tal hecho”.
Y Allah sabe más.