Alabado sea Dios.
En el caso de una calamidad o epidemia, el remedio es arrepentirse ante Al-lah, Glorificado sea, humillarse ante Él y suplicarle, corregir cualquier mal que se hubiera hecho, y también buscar mucho el perdón, glorificar mucho a Al-lah, enviar bendiciones sobre el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), pedirle a Al-lah por el bienestar, y tomar medidas para protegerse y tratar la enfermedad, como la cuarentena, las vacunas y el tratamiento médico si están disponibles.
- Con respecto a arrepentirse y humillarse ante Al-lah, Glorificado sea, Él dice (lo que en español se interpreta así): {Ya había enviado Mensajeros anteriores a ti a otras comunidades, pero [por haberlos desmentido] las castigué con miseria y enfermedades, para que así fueran humildes. Hubiera sido mejor para ellos mostrar humildad e invocarme cuando les llegó Mi castigo. Pero sus corazones se endurecieron y el demonio les hizo parecer bello lo que hacían} [Corán 6:42-43].
Ibn Kazir (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo en su Tafsir (3/256): “{Ya había enviado Mensajeros anteriores a ti a otras comunidades, pero [por haberlos desmentido] las castigué con miseria }, es decir, empobrecimiento e indigencia. {… y enfermedades} esto se refiere a padecimientos y dolor. {… para que así fueran humildes}, es decir, para que invocaran a Al-lah, se humillaran ante Él y Le temieran.
Al-lah, Glorificado sea, dice: “Entonces, ¿por qué, cuando les llegó nuestro castigo, no se humillaron?”. Es decir, ¿por qué, cuando los pusimos a prueba con eso, no nos suplicaron y mostraron humildad ante Nosotros?
{… Pero sus corazones se endurecieron} y nunca se ablandaron ni se humillaron {y el demonio les hizo parecer bello lo que hacían}, es decir, el shirk (asociar a otros con Al-lah) y cometer pecados”.
Al-lah, Glorificado sea, dice (lo que en español se interpreta así): {¿Acaso no ven que son puestos a prueba cada año una o dos veces? Pero aun así no se arrepienten ni reflexionan} [Corán 9:126].
Las calamidades solo caen por el pecado, y no pueden ser quitadas excepto por el arrepentimiento, como Al ‘Abbas (que Al-lah esté complacido con él) dijo en su du’a cuando oró por lluvia (istisqa’).
Al Hafiz Ibn Hayar (que Al-lah lo tenga en Su misericordia ) dijo en Al Fath (2/497): “Az-Zubair Ibn Bakkar describió en Al Ansab el du’a (súplica) que Al ‘Abbas ofreció durante este evento y el tiempo durante el cual ocurrió. Narró, con su isnad (cadena de narradores) que cuando ‘Umar rezó para que lloviera en virtud de la súplica de Al ‘Abbas, dijo: ‘Oh, Al-lah, ninguna calamidad cae excepto por el pecado, y no puede ser quitada excepto por medio del arrepentimiento’”.
- Con respecto a la búsqueda del perdón: es un medio para alcanzar la buena salud, la fuerza y el bienestar.
Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, dice (lo que en español se interpreta así): {Supliquen perdón a su Señor y arrepiéntanse ante Él, pues así les concederá de Sus gracias hasta un plazo determinado, y recompensará a todo aquel que haga el bien…} [Corán 11:3].
{¡Oh, pueblo mío! Pidan perdón a su Señor y arrepiéntanse, que Él les enviará del cielo lluvias benditas, aumentará su fortaleza y multiplicará su poderío. No den la espalda como los criminales”} [Corán 11:52].
- Con respecto a glorificar a Al-lah (tasbih), Al-lah nos dice que en virtud del tasbih Él salvó a Yunus (Jonás, la paz sea con él) de la angustia, y declaró que de la misma manera Él salvará a los creyentes.
Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, dice (lo que en español se interpreta así): {[El Profeta] Jonás, cuando se marchó enojado [con la gente de su pueblo que se negaron a creer en él], pensó que no lo iba a castigar [por no haber tenido paciencia, pero lo hice tragar por la ballena], e invocó desde la oscuridad [de su estómago]: “No hay otra divinidad más que Tú. ¡Glorificado seas! En verdad he sido de los injustos”. Respondí su súplica y lo libré de su angustia. Así salvo a los creyentes} [Corán 21:87-88].
Y Al-lah, Glorificado sea, dice (lo que en español se interpreta así): {Y si no fuera porque él era de los que glorifican a Al-lah, hubiera permanecido en su vientre hasta el Día de la Resurrección} [Corán 37:143-144].
Ahmad (1462) y At-Tirmidhi (3505) narraron que Sa’d dijo: “El Mensajero de Al-lah (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: ‘La súplica de Dhun-Nun, cuando estaba en el vientre del pez fue: La ilaha il-la anta subhanaka inni kuntu min ad-dalimin (no hay deidad excepto Tú; Glorificado seas. Ciertamente, he sido de los malhechores). Si un musulmán dice estas palabras en súplica concerniente a cualquier cosa, Al-lah le responderá” (clasificado como sahih por Al Albani).
Ibn Al Qaiem (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “Ibn Mas’ud dijo: ‘Todo Profeta que fue afligido por una calamidad buscó la ayuda de Al-lah glorificándolo (tasbih)” (Al Yawab Al Kafi, p. 14).
- Enviar bendiciones sobre el Profeta (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), es uno de los mayores medios para aliviar la angustia y la calamidad.
Ahmad (21242) y At-Tirmidhi (2457) narraron que Ubai Ibn Ka’b dijo: “Cuando había pasado un tercio de la noche, el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) se levantó y dijo: ‘Oh, gente, recuerden a Al-lah, recuerden a Al-lah; el primer Trompetazo es inminente y será seguido por el segundo; la muerte, con todo lo que conlleva, es inminente; la muerte, con todo lo que conlleva, es inminente’”. Ubai dijo: “Oh, Mensajero de Al-lah, ¿cuánto de mi du’a (súplica) debo destinar a enviarte bendiciones?” Él dijo: “Lo que desees”. Dije: “Un cuarto”. Él dijo: “Lo que quieras, y si haces más, mejor para ti”. Le dije: “La mitad”. Él dijo: “Lo que quieras, y si haces más, mejor para ti”. Le dije: “Entonces, dos tercios”. Me dijo: “Lo que quieras, y si haces más, mejor para ti”. Le dije: “Haré todos mis du’a por ti”. Me dijo: “Entonces tus preocupaciones serán atendidas y tus pecados serán perdonados”.
Según la versión narrada por Ahmad, Ubai Ibn Ka’b narró de su padre que dijo: “Un hombre dijo: ‘Oh, Mensajero de Al-lah, ¿qué te parece si destino todo mi du’a a enviarte bendiciones?” Él dijo: “Entonces Al-lah te bastará contra lo que te preocupe en este mundo y en el más allá”.
El hadiz fue clasificado como hasan por Al Albani y los comentaristas de Al Musnad.
El Sheij Al Islam Ibn Taimiah fue preguntado acerca de lo que Ibn Al Qaiem narró en Jala’ Al Afham (p.79) con respecto a la explicación de este hadiz. Dijo: “Ubai Ibn Ka’b tenía una du’a (súplica) que solía decir para sí mismo, y le preguntó al Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) si podía hacer una cuarta parte de ella enviando bendiciones sobre él, y el Profeta dijo: ‘Si haces más, será mejor para ti’. [Ubai] preguntó: ‘¿La mitad?’. Dijo: ‘Si haces más, será mejor para ti’, hasta que Ubai dijo: ‘Haré todo mi du’a por ti’ —lo que significa: Haré todo mi du’a enviando bendiciones sobre ti—. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: ‘Entonces tus preocupaciones serán atendidas y tus pecados serán perdonados’. Esto es porque quien envía bendiciones al Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) una vez, Al-lah le enviará bendiciones diez veces más; y cuando Al-lah envía bendiciones a una persona, Él se ocupará de sus preocupaciones y le perdonará sus pecados”.
- Con respecto a pedir por el bienestar, está prescrito hacerlo por la mañana y por la noche, y se enfatiza más cuando se propaga una epidemia.
Ahmad (4785), Abu Dawud (5074) e Ibn Mayah (3871) narraron que ‘Abdul-lah Ibn ‘Umar dijo: “El Mensajero de Al-lah (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) nunca dejaba de decir estas súplicas cuando llegaba la noche y cuando llegaba la mañana: Al-lahumma inni as’aluka al ‘afiah fid-dunia wal ajirah. Al-lahumma inni as’aluka al ‘afwa wal ‘afiah fi dini wa duniaia wa ahli wa mali. Al-lahumm astur ‘awrati wa amin raw’ati. Al-lahumm ihfadni min baini iadaia wa min jalfi wa ‘an iamini wa ‘an shimali wa min fawqi wa a’udhu bi ‘adamatika an ughtala min tahti (Oh, Al-lah, Te pido bienestar en este mundo y en el Más Allá. Oh, Al-lah, Te pido perdón y bienestar en mis asuntos religiosos y mundanos, y en mi familia y mi riqueza. Oh, Al-lah, oculta mis faltas y mantenme a salvo de las cosas que temo. Oh, Al-lah, protégeme por delante y por detrás, y a mi derecha, a mi izquierda y desde arriba, y busco refugio en Tu grandeza de recibir un daño inesperado por debajo de mí)”. Dijo: “Eso [la última frase] significa ser tragado por la tierra”.
Ahmad (20430) y Abu Dawud (5090) narraron de ‘Abd Ar-Rahman Ibn Abi Bakrah que le dijo a su padre: “Oh, padre mío, te oigo decir en la súplica cada mañana: Al-lahumma ‘afini fi badani, Al-lahumma ‘afini fi sam’i, Al-lahumma ‘afini fi basari, la ilaha il-la anta (Oh, Al-lah, concédeme salud en mi cuerpo; Oh, Al-lah, concédeme salud en mi oído; Oh Al-lah, concédeme salud en mi vista, no hay más dios que Tú)”, y lo repites tres veces por la mañana y tres veces por la noche. Dijo: Oí al Mensajero de Al-lah (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) decir estas palabras en una súplica y me gusta seguir su Tradición”.
Otras súplicas que son beneficiosas en esta situación son las que se narraron en los siguientes hadices:
At-Tirmidhi narró que Abu Hurairah dijo: “El Mensajero de Al-lah (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) solía ofrecer súplicas (du’a) diciendo: “Al-lahumma matti’ni bi sam’i wa basari way’al Al-lahuma al wariza minni, wansurni ‘ala man iadlimuni wa judh minhu bi za’ri (Oh, Al-lah, permíteme beneficiarme de mi oído y mi vista, y hazlos mis herederos; apóyame contra quien me agravie y véngate de él por mí)”.
“Hazlos mis herederos” significa: mantenlos sanos y salvos hasta que yo muera.
Ahmad (13004), Abu Dawud (1554) y An-Nasa’i (5493) narraron de Anas que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah desciendan sobre él) solía decir: “Al-lahumma inni a’udhu bika min al barasi wal yununi wal yudham wamin sayi’ al asqam” (Oh, Al-lah, busco refugio en ti del vitíligo, de la locura, de la lepra y de las malas enfermedades).
Ahmad (528), Abu Dawud (5088), At-Tirmidhi (3388) e Ibn Mayah (3869) narraron que ‘Uzman Ibn ‘Affan dijo: “Oí al Mensajero de Al-lah (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) decir: ‘Quien diga: Bismil-lah il-ladhi la iadurru ma’a ismihi shai’un fil ardi wa la fis-sama’i wa huwa as-sami’ ul ‘alim (en el nombre de Al-lah con Cuyo nombre nada puede dañar en la tierra ni en el cielo, y Él es el que todo lo oye y todo lo sabe), tres veces, no sufrirá una aflicción repentina hasta que llegue la mañana; y quien diga eso cuando llegue la mañana no sufrirá una aflicción repentina hasta que llegue la tarde”.
- Con respecto a tomar medidas como la cuarentena y la búsqueda de tratamiento médico, esto está indicado por las enseñanzas y la práctica de nuestro Profeta (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), ya que él nos instruyó a buscar tratamiento médico, y resaltó la importancia de tomar precauciones contra la infección; nos instruyó a no poner camellos enfermos con camellos sanos, y a no viajar a una tierra donde se esté produciendo una plaga.
El Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Busquen tratamiento médico, porque Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, no ha creado ninguna enfermedad sin haber creado también un remedio para ella, excepto para una: la vejez” (narrado por Ahmad, 17726, y los autores de As-Sunan; Abu Dawud, 3855; At-Tirmidhi, 2038; e Ibn Mayah, 3436. Clasificado como sahih por Al Albani en Sahih Abi Dawud).
Y el Profeta (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Quien coma siete dátiles ‘aywah en la mañana, no será dañado por ningún veneno o brujería ese día” (narrado por Al Bujari, 5769; Muslim, 2057).
Al Bujari (5771) y Muslim (2221) narraron que Abu Hurairah (que Al-lah esté complacido con él) dijo: “El Profeta (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: ‘Ningún camello enfermo debe ser puesto con uno sano’”.
Y el Profeta (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Si oyes de la plaga en alguna tierra, no entres en ella; y si ocurre en una tierra en la que estás, no salgas de ella” (narrado por Al Bujari, 5728; Muslim, 2218).
Le pedimos a Al-lah, Glorificado sea, que nos alivie de esta calamidad y epidemia.
Y Al-lah sabe mejor.