Alabado sea Dios.
Esto no es permisible, porque no es permisible interferir con las tumbas en ninguna forma, en tanto se encuentre en ellas algún resto de los muertos. La santidad de los muertos es como la santidad de los vivos. Por lo tanto, no es permisible someter las tumbas a ningún atropello, ya sea caminando sobre ellas, convirtiéndolas en caminos, rezando en las tumbas, o convertirlas en parte de las moradas de la gente. Ninguna de todas estas cosas está permitida, a menos que los ocupantes de las tumbas se hayan convertido en polvo y no quede nada de sus cuerpos. En este caso, se puede utilizar el cementerio como campos o para construir casas, o con otros propósitos. Pero en tanto haya algún rastro de los cuerpos de los muertos allí, no es permisible usarlos ni caminar sobre ellos, a causa de que los musulmanes fallecidos llegaron a ese lugar antes que tú; obtuvieron ese sitio primero, y tienen más derecho a él. Su santidad cuando están muertos es la misma que cuando estaban vivos. Cuando el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) vio a un hombre caminando sobre una tumba, dijo: “Si uno de ustedes se sentara sobre un carbón encendido que queme su vestimenta hasta alcanzar la piel, eso sería mejor para ustedes que sentarse sobre una tumba” (Narrado por Muslim, 9711; Abu Dawud, 3228). Esto es una advertencia, a causa de la falta de respeto hacia la persona fallecida que eso implica. Los eruditos afirmaron que está prohibido orinar o defecar entre las tumbas, y que no es permisible sentarse sobre las tumbas, porque el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “No se sienten sobre las tumbas, y no recen en dirección hacia ellas” (Narrado por Muslim, No. 972; Abu Dawud, No. 3229). No debemos recostarnos sobre las tumbas, caminar sobre ellas, ni mostrar ninguna falta de respeto hacia ellas; todo esto no está permitido.
Y Allah es la Fuente de toda fuerza.