Alabado sea Dios.
Al-lah le ordenó a Gabriel que soplara a través del cuello de la vestimenta de María, y este aliento descendió y, por la voluntad de Al-lah, entró en su vientre, por lo que se convirtió en un alma que Al-lah había creado. Al-lah ha explicado cómo creó a Jesús (la paz sea con él), como dijo en el Corán (lo que en español se interpreta así): {Y (recuerda a María) quien protegió su castidad e insuflamos en ella un soplo (de vida) proveniente de Nosotros (a través del ángel Gabriel); e hicimos de ella y de su hijo una prueba (de Nuestro poder y una lección) para toda la humanidad} [Corán 21:91].
Entonces, Al-lah explica que el espíritu de Jesús llegó a su vientre, como Al-lah dice en el Corán (lo que en español se interpreta así): {Y (pone también como ejemplo) a María, la hija de ‘Imran, que conservó su castidad, e insuflamos en ella un soplo (de vida) proveniente de Nosotros (a través del ángel Gabriel). Y creyó en los preceptos de su Señor y en los libros que había revelado; y fue de quienes Lo obedecían y adoraban con devoción} [Corán 66:12].
Y agrega (lo que en español se interpreta así): {(El ángel) dijo: “No soy más que un enviado de tu Señor que te anuncia la concesión de un hijo puro”} [Corán 19:19] – indica que el que insufló en ella fue Gabriel, quien no hace nada sino por mandato de Al-lah.
Se han narrado algunos comentarios de algunos Mufassirín (comentaristas del Corán) que sugieren que su embarazo duró solo unos segundos, pero esto no está claramente indicado por los textos. Si ese hubiera sido el caso, habría sido un milagro en sí mismo: la gente habría aceptado que este no era un embarazo normal como lo experimentan las mujeres, y no la habrían acusado de fornicación, como nos relata el Corán (lo que en español se interpreta así): {Y se presentó ante su gente con el niño en brazos. Le dijeron: “¡Oh, María!, ¡has hecho algo inaudito!”} [Corán 19:27].
Siguen los comentarios sobre este asunto de dos de los grandes Mufassirín, uno del pasado –Ibn Kazir (que Al-lah lo tenga en Su misericordia)– y uno de tiempos más recientes –Ash-Shinqiti (que Al-lah lo tenga en Su misericordia)–. El Imam Ibn Kazir (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “Los Mufassirín diferían en cuanto a la cantidad de tiempo que María estuvo embarazada de Jesús (la paz sea con él). La opinión más conocida por la mayoría es que ella lo cargó durante nueve meses… Ibn Yuraiy dijo: ‘Al Mughira me dijo, de boca de ‘Utbah Ibn ‘Abdal-lah Az-Zaqafi, que escuchó que le preguntaron a Ibn ‘Abbás sobre el embarazo de María, y él dijo: ¡Tan pronto como ella lo concibió, dio a luz!’”.
Esto es extraño (gharib), y se basó en lo que podría ser el significado aparente de la aleya (que en español se interpreta así): {Y María lo concibió y se alejó hacia un lugar apartado (de su familia)} [Corán 19:22].
El prefijo “fa” aquí [en la frase fa ayá’aha al majád Y los dolores del parto le llegaron] indica una sucesión de eventos, pero las cosas se suceden unas a otras de acuerdo a sus propias características, como en la aleya (que en español se interpreta así): {Y, ciertamente, creamos al (primer) hombre de un extracto de barro. Después hicimos que el hombre (la descendencia de Adán) proviniese de una pequeña cantidad de esperma (nutfah) que fijamos en un lugar seguro (el útero). A continuación, hicimos que se convirtiese en un coágulo (‘alaqah), y el coágulo en una masa parecida a un trozo de carne masticada (mudgah); y a partir de esta creamos los huesos y los revestimos, después, de carne} [Corán 23:12].
Aquí la partícula fa’ [traducida como ‘entonces’] implica una sucesión de eventos de acuerdo a sus propias características. Se reportó en As-Sahihain (Bujari, 3208; Muslim, 2643) que “entre cada etapa hay cuarenta días”.
Y Al-lah dice en el Corán (lo que en español se interpreta así): {¿Acaso no ves que Al-lah hace que la lluvia descienda del cielo y la tierra reverdece con ella? Ciertamente, Al-lah es Sutil y está informado de todas las cosas} [Corán 22:63].
El significado aparente, aunque Al-lah es capaz de hacer todas las cosas, es que su embarazo fue como el de otras mujeres. Cuando María sintió que su gente empezaba a sospechar de ella, se escondió de ellos {se alejó hacia un lugar apartado (de su familia)} [Corán 19:22] (según se interpreta en español), es decir, muy lejos para no verlos y que ellos no la vieran… ella se escondió de ellos {y se recluyó apartada de ellos} [Corán 19:17] (según se interpreta en español). Así que nadie podía verla y ella no podía ver a nadie más (Tafsir Ibn Kazir, 3/122).
El Sheij Ash-Shinqiti (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “No mencionaremos todos los puntos de vista de los eruditos con respecto a la cantidad de tiempo que María llevó a Jesús (la paz sea con él), debido a la falta de evidencia (dalil) para estos puntos de vista. La opinión más fuerte es que su embarazo fue como el de otras mujeres, a pesar de que su comienzo fue milagroso. Y Al-lah sabe más” (Adwa’ Al Baián, 4/264).
Algunas personas ignorantes interpretan la aleya (que en español se interpreta así): {Y cuando lo haya plasmado y haya soplado en él su espíritu, hagan una reverencia [en obediencia a Mí] ante él} [Corán 38:72] ¡en el sentido de que el Mesías era parte del espíritu de Al-lah!
[El original en árabe dice min ruhi, lit. “de mi espíritu”]
Ibn Al Qaiem (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) explicó que esta interpretación es equivocada, ya que dijo: “Con respecto a la mala interpretación de la construcción genitiva (o posesiva) [idáfah] en la aleya (que en español se interpreta así): {Y cuando lo haya plasmado y haya soplado en él su espíritu, hagan una reverencia [en obediencia a Mí] ante él} (Corán 38:72]; debe saberse que cuando esta construcción aparece en conjunción con el nombre de Al-lah, Glorificado sea, puede ser de dos tipos:
(El primero) son cualidades que no pueden existir independientes, como el conocimiento, el poder, las palabras, el oído, la vista. Aquí el atributo se adjunta en una construcción genitiva (idáfah) a Aquel que se describe de esta manera. Así que Su conocimiento, Sus palabras, Su voluntad, Su poder, Su vida son todos atributos o cualidades que no son creadas (porque esto se refiere a Su Esencia); lo mismo se aplica a Su Rostro y a Su Mano, Glorificado sea.
El segundo tipo son las cosas que existen de forma independiente y se mencionan en la construcción genitiva, como (Su) casa, (Su) camella, (Su) esclava, (Su) Mensajera, (Su) espíritu. Aquí la cosa creada está conectada por la construcción genitiva a su Creador, pero en este caso la idáfah implica que la cosa mencionada es especial y es honrada, y por lo tanto se distingue de otras cosas. Por ejemplo, la Casa de Al-lah (refiriéndose a la Ka’bah), aunque todas las casas pertenecen a Al-lah, y la camella de Al-lah, aunque todos los camellos pertenecen a Al-lah y son creados por Él. Esta idáfah está conectado con la idea de Su Divinidad (uluhíah), lo que implica que él ama y honra lo así descrito. En contraste, idáfah en el sentido general tiene que ver con Su Soberanía (rububíah), lo que implica que Él lo creó y lo formó. Por lo tanto, el tipo general de idáfah implica que Él es el Creador de aquello, mientras que el tipo específico de idáfah implica que Al-lah ha elegido aquello. Al-lah crea lo que Él quiere y elige algo de Su creación, como Él dice en el Corán (lo que en español se interpreta así): {Y tu Señor (¡oh, Muhammad!) crea lo que quiere y escoge (o decide lo que quiere), mientras que Sus siervos no pueden escoger nada (ni puede decidir algo que no esté de acuerdo con la voluntad de su Señor). ¡Glorificado y exaltado sea Al-lah! Él está muy por encima de lo que Le atribuyen (los idólatras)} [Corán 28:68].
Así que, en este caso, la frase min ruhi (lit. “de Mi espíritu”), la idáfah (construcción genitiva) es del tipo específico, no del tipo general, y no se refiere un atributo de Al-lah. Reflexiona acerca de esto, pues esta reflexión te va a salvar de caer en los errores que mucha gente comete al respecto por la voluntad de Al-lah” (Ar-Ruh, p. 154, 155).
En conclusión, la descripción de Jesús (la paz sea con él) como el espíritu (ruh) de Al-lah es una forma de honrarlo. Esta idáfah (por la cual la palabra ruh [espíritu] está conectada en una construcción genitiva al nombre de Al-lah) no sirve para otorgar un atributo a Aquel que es descrito así, como es el caso en las frases “la Mano de Al-lah”, “el Rostro de Al-lah”. Por el contrario, conecta al ser creado en una construcción genitiva con el Creador, ya que la Ka’bah es descrita como la Casa de Al-lah, y la camella –que fue el milagro que Al-lah le dio a Su Profeta Sálih (la paz sea con él)– fue descrita como la camella de Al-lah.
Y Al-lah sabe más.