Alabado sea Dios.
El shéij Al-Albani (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Las condiciones del velo son:
En primer lugar, debe cubrir todo el cuerpo menos lo que fue exceptuado.
Dios dijo (traducción del significado):
“¡Oh, Profeta! Dile a tus mujeres, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran [todo el cuerpo] con sus mantos; es mejor para que se las reconozca y no sean molestadas. Allah es Absolvedor, Misericordioso” (Al-Ahzáb, 33:59)
Este verso claramente afirma que es obligatorio cubrir todo de la belleza de una mujer y de sus adornos, y no mostrarlo ante los hombres ajenos a su familia, excepto de lo que aparezca inintencionadamente, en cuyo caso no hay pecado sobre ellas si se apresuran a cubrirlo.
Al-Háfiz ibn Kázir dijo en su Tafsir:
“Esto significa que no deben exhibir ninguno de sus adornos a los hombres ajenos a su familia, excepto lo que es imposible ocultar. Ibn Mas’ud dijo: “Como las capas y túnicas”, es decir, lo que las mujeres árabes solían usar, la vestimenta exterior que cubre lo que la mujer lleva debajo, excepto lo que sobresale de la vestimenta externa. No hay pecado en la mujer por aquello que es imposible ocultar”.
En segundo lugar, el velo no debe ser un adorno en sí mismo.
Dios dijo (traducción del significado):
“…no muestren de sus arreglos y adornos…” (An-Nur 24:31).
El significado general de esta frase incluye la vestimenta externa, porque si está decorada atraerá la mirada de los hombres. Esto está apoyado por el verso del capítulo Al-Ahzáb que dice (traducción del significado):
“Y mejor permaneced en vuestras casas, [pero si salís] no os engalanéis como lo hacían [inadecuadamente] las mujeres de la época pre-islámica…” (Al-Ahzáb 33:33).
También está apoyado por el reporte en el cual el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Hay tres sobre los cuales no respondo: un hombre que abandona la comunidad, desobedece a su líder y muere en la desobediencia; y una mujer cuyo marido le deja todo lo que ella necesita y se ausenta, y cuando él se ha ido se exhibe presuntuosamente. No me pregunten por ellos”. Narrado por Al-Hákim, 1/119; Áhmad, 6/19; del reporte de Faddálah bint ‘Ubaid. Su cadena de transmisión es auténtica, y está en Al-Adab al-Mufrad.
En tercer lugar, debe ser opaco, y no translúcido.
La razón es que de otra forma no puede cubrir el cuerpo apropiadamente. La ropa translúcida convierte a la mujer en una fuente de tentación aún más fuerte. Acerca de esto, el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Durante los últimos días de mi comunidad habrá mujeres que estarán vestidas y sin embargo desnudas, con algo en sus cabezas como las jorobas de los camellos. Malditas, porque ellas son malditas”. Otra versión del reporte agrega: “Ellas no ingresarán al Paraíso y no sentirán aún siquiera su perfume, aún cuando su perfume pueda ser detectado desde tal y tal distancia”. Narrado por Muslim, del reporte de Abu Hurairah.
Ibn ‘Abd el-Bárr dijo: “Lo que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) quiso decir es que serán mujeres que usan ropas de fabricación muy ligera, que no cubren verdaderamente el cuerpo. Estarán vestidas nominalmente, pero en realidad estarán desnudas”. Transmitido por As-Suiuti en Tanwir al-Hawálik, 3/103.
Cuarto, deben ser ropas sueltas, no apretadas, de tal forma que no describan la figura corporal.
El propósito de la vestimenta es evitar la tentación y la discordia, y esto sólo puede lograrse si las ropas son anchas y sueltas. Las ropas apretadas, aún si ocultan el color de la piel, permiten ver las formas y tamaños de las distintas partes del cuerpo, y crean una vívida imagen de la desnudez en la mente de los hombres. La corrupción o invitación a la corrupción inherente a esta conducta es obvia y evidente. Por lo tanto las ropas deben ocultar el cuerpo. Usamah ibn Zaid dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) me dio una gruesa vestimenta egipcia que fue uno de los regalos que le dio Duhiat al-Kalbi, y yo se lo di a mi esposa para que lo vistiera. Él dijo: “¿Por qué no te veo usando la vestimenta egipcia?”. Le dije: “Se lo di a mi esposa para que la usara”. Él respondió: “Dile que use un vestido debajo, porque temo que pueda describir el tamaño de sus huesos”. Narrado por Ad-Diyá' al-Maqdisí en Al-Ahadíz al-Mujtárah, 1/442, y por Áhmad al-Baihaqi, con una cadena auténtica de transmisión.
Quinto, no debe estar perfumada ni llevar fragancias.
Hay muchos reportes que prohíben a las mujeres musulmanas usar perfume cuando salen de sus casas. Citaremos algunos de los que tienen una cadena de transmisión autenticada:
Abu Musa al-Ash’ari dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Cualquier mujer que se ponga perfume y luego pase entre la gente para que huelan su fragancia, es una adúltera”.
Záinab az-Zaqafíyah reportó que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Si alguna de ustedes sale hacia la mezquita, que no toque ningún perfume”.
Abu Hurairah dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Cualquier mujer que se haya perfumado con incienso, que no asista a la oración de la noche con nosotros”.
Musa ibn Yassar dijo que una mujer pasó por donde estaba Abu Hurairah y su perfume lo sobrecogió. Le dijo: “Oh, servidora de Dios, ¿estás yendo a la mezquita?”. Ella dijo: “Sí”, y él respondió: “¿Te has puesto perfume para eso?”. Ella respondió: “Sí”. Entonces él le dijo: “Vuelve y lávate, porque he oído al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) decir: “Si una mujer sale hacia la mezquita y su fragancia sobrecoge a la gente, Dios no aceptará ninguna de sus oraciones hasta que vuelva a su casa y se lave”.
Estos reportes son de significado general. Así como la prohibición se aplica al perfume en el cuerpo, también se aplica a perfumar la ropa, especialmente en el tercer reporte donde se menciona el incienso, porque el incienso es usado específicamente para perfumar las ropas.
La razón de esta prohibición es clara, y es que la fragancia de la mujer puede causar una fuerte provocación de deseo. Los eruditos también incluyeron otras cosas bajo esta categoría, que deben ser evitadas por las mujeres cuando van a las mezquitas, tales como los colores llamativos, las joyas visibles, los adornos excesivos y mezclarse con los hombres. Ver: Fáth al-Bari, 2/279.
Ibn Daqiq al-‘Id dijo:
“Esto indica que está prohibido para una mujer que quiere ir a la mezquita usar perfume, porque esto provoca el deseo de los hombres. Esto fue reportado por Al-Manawi en Fáid al-Qadír, en el comentario sobre el primer reporte de Abu Hurairah arriba citado.
En sexto lugar, la ropa no debe asemejarse a la de los hombres.
Se reportó en reportes autenticados que una mujer que imita a los hombres en su vestimenta o en sus maneras será maldecida. Aquí siguen algunos de los reportes que conocemos:
“Abu Hurairah dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) maldijo al hombre que usa ropas de mujer, y a la mujer que usa ropas de hombre”.
‘Abd Allah ibn ‘Amr dijo: “He oído al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) decir: “No son parte de nosotros las mujeres que imitan a los hombres ni los hombres que imitan a las mujeres”.
Ibn ‘Abbás dijo: “El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) maldijo al hombre afeminado y a la mujer masculina. Y dijo: “No los dejen ingresar a sus casas”. Él también dijo: “El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) expulsó a fulano de tal, y ‘Umar ibn al-Jattáb expulsó a Mengano”. De acuerdo a otra versión: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) maldijo al hombre que imita a las mujeres y la mujer que imita a los hombres”.
‘Abd Allah ibn ‘Amr dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Hay tres que no ingresarán al Paraíso, y Dios no los mirará siquiera en el Día de la Resurrección: el que desobedece a sus padres, una mujer que imita a los hombres, y el cornudo que no protege ni cuida a sus mujeres”.
Ibn Abi Málica (cuyo nombre era ‘Abd Allah ibn ‘Ubaid Allah) dijo: “Le dijeron a ‘Aa'ishah (que Allah esté complacido con ella): “¿Qué si una mujer usa sandalias de hombre?”. Ella respondió: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) maldijo a las mujeres que actúan como los hombres”.
Estos reportes indican claramente que está prohibido para las mujeres imitar a los hombres y viceversa, y esto incluye las ropas y otros aspectos, aún cuando el primer reporte arriba citado se refiere solamente a la ropa.
Abu Dawud dijo en Masá'il al-Imam Áhmad (p. 261): “Oí que le preguntaron a Áhmad sobre un hombre que vistió a su criada con su túnica. Él respondió: “No vistan a las mujeres con ropas de hombre, no hagan que se parezcan a los hombres”. Le dije a Áhmad: “¿Puede él darle sus sandalias para vestir?”. Él dijo: “No, a menos que ella las use solamente para realizar la ablución menor”. Yo le dije: “¿Qué acerca de la belleza?”. Él respondió: “No”. Le pregunté: “¿Puede ella cortarse el cabello corto?”, y él respondió: “No”.
En séptimo lugar, la ropa de la mujer musulmana no debe asemejarse a la de las no musulmanas.
Se ha afirmado a menudo en la ley islámica que los musulmanes, tanto hombres como mujeres, no deben asemejarse ni imitar a los no musulmanes con respecto a los actos de culto, festivales ni ropas que son específicas de ellos. Este es un importante principio islámico que hoy en día, desafortunadamente, es descuidado por muchos musulmanes, aún aquellos que se preocupan por su religión e invitan a otros al Islam. Esto es o por la ignorancia de su religión, o porque están siguiendo sus deseos y sus caprichos, o a causa de su desviación, combinadas con las costumbres modernas y la imitación del modelo europeo. Esta fue una de las causas principales de la decadencia de las naciones musulmanas y su debilidad, que permitió a los extranjeros imponer sus usos y colonizarnos. Si sólo supieran.
“Sabed que Allah no cambia las gracias que concedió a un pueblo, mientras ellos no cambien lo que hay en sí mismos…” (Ar-Rá’d, 13:11).
Hay que saber que existe muchísima evidencia autenticada de estas importantes normas del Corán y la Tradición Profética, y que la evidencia en el Corán está explicada en la Tradición Profética, como siempre es el caso.
En octavo lugar, la vestimenta de la mujer musulmana no debe ser causa de fama ni vanidad.
Ibn ‘Umar (que Dios esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien use vestimentas de fama y vanidad en este mundo, Dios lo vestirá con las vestimentas de la humillación en el Día de la Resurrección, y las llamas del Infierno lo rodearán”.
Fin de la cita de Hiyab al-Mar’ah al-Muslimah, p. 54-67.
Y Allah sabe más.