Alabado sea Dios.
Para la mujer musulmana, usar el velo islámico frente a hombres ajenos a su familia es una obligación indicada en el Corán y la Tradición Profética, y no hay diferencias de opinión entre los eruditos sobre ello. Y no es aceptable que nadie ordene a los musulmanes otra cosa o les impida seguir esta orden, pues si lo hace está yendo contra las leyes de Dios. Dios dijo (traducción del significado):
“Un verdadero creyente o a una verdadera creyente no deben, cuando Allah y Su Mensajero hayan dictaminado un asunto, actuar en forma contraria; y sabed que quien desobedezca a Allah y a Su Mensajero se habrá desviado evidentemente” (Al-Ahzáb 33:36).
“Quien se aparte del Mensajero después de habérsele evidenciado la guía, y siga otro camino distinto al de los creyentes, le abandonaremos y lo ingresaremos al Infierno. ¡Qué mal destino!” (An-Nisá', 4:115).
“Pero no, [juro] por tu Señor que no creerán a menos que te acepten como juez de sus disputas; y no se resistan a aceptar tu decisión y se sometan completamente” (An-Nisá' 4:65).
En segundo lugar, la mujer musulmana no debe descuidar esta obligación saliendo de su casa sin el velo, y éste debe cubrir todo el cuerpo. A menos que ella sea forzada hacerlo, entonces estaríamos ante un caso de necesidad en que algo que no es permisible se vuelve permisible, como por ejemplo si te convocan a la estación de policía, y no puedes evitar concurrir porque eso derivará en una coacción contra tu dignidad, tu derecho o tu propiedad.
Con respecto al trabajo, si la mujer es correctamente mantenida por su marido o por su familia y tiene lo suficiente para sus necesidades, no es permisible que salga a trabajar si eso la expondrá a que la obliguen a quitarse el velo u otras humillaciones.
Los musulmanes debemos cooperar en este asunto y proteger a nuestras mujeres, asegurándonos que tengan los medios para ser independientes y no pasar necesidades, para que no se vean forzadas a buscarse el sustento en la calle cometiendo algún pecado. Eso puede lograrse convocando a los padres y parientes a que sean generosos con ellas y les provean trabajo que puedan hacer en sus hogares, para que no tengan que salir y exponerse al acoso y las rudezas de la calle, como ser obligadas a quitarse el velo.
Esto depende de que los hombres sean protectores con ellas y de su convicción en la obligatoriedad del velo, porque a muchos hombres musulmanes no les interesan algunas prescripciones del Islam, y están ansiosos de que sus hijas y esposas salgan a trabajar y traigan dinero a la casa aún si eso significa que queden expuestas a maltratos como ser forzadas a quitarse el velo. Esta ignorancia y fracaso en el cumplimiento de las normas de su religión por parte de los hombres es una de las causas principales de este problema, y una de las razones por las cuales el asunto a veces no puede resolverse. Por eso debemos esforzarnos en difundir el conocimiento de nuestra religión entre los musulmanes y recordarles lo que Dios nos encomendó, para que los hombres sean más generosos y protectores con sus familias y personas a su cargo, y se den cuenta que algún día verán las consecuencias y serán juzgados: ¿Protegieron a sus familias, o no?
El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “No hay persona a la cual Dios haya confiado el cuidado de alguien y que no cuide de ellos sinceramente, sin que Dios le prive aún de oler la fragancia del Paraíso”. Narrado por al-Bujari (7150) y Muslim (142).
De hecho, los musulmanes estamos individualmente obligados a combatir estos males y adoptar todas las medidas legales necesarias para lograrlo, conformando organizaciones y asociaciones que alivien las dificultades de las mujeres, defendiendo sus derechos y reclamando que se les permita usar el velo, invocando la libertad de culto. No deben desesperar ni abandonar sus deberes. Cuántas veces un grupo de personas ha restaurado sus derechos mediante la paciencia y el esfuerzo.
En tercer lugar, si una mujer está en un aprieto y no puede encontrar ninguna otra alternativa que salir a trabajar para buscar su sustento, y es forzada a quitarse el velo al hacerlo, lo que debería hacer es emigrar a un país donde sea capaz de practicar su religión abiertamente y sea libre de obedecer a Dios. Esto es una deber para ella.
Ibn al-‘Arabi dijo en Ahkám al-Qur’án, 1/612:
“La emigración de las tierras de los incrédulos hacia las tierras del Islam es una obligación para el musulmán”. El Imam Málik (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “No es permisible para el musulmán establecerse en una tierra donde los musulmanes son ultrajados”.
Tampoco es permisible para el musulmán establecerse en un país donde las cosas prohibidas por el Islam están ampliamente difundidas y prevalecen, porque buscar lo que Dios le ha hecho lícito es una obligación.
Pero lamentablemente no todos los musulmanes pueden emigrar, por ende eso no puede considerarse como una solución para todos los musulmanes, especialmente las mujeres.
Si una mujer necesita salir a trabajar o hacer trámites y sólo debe descubrirse el rostro, entonces tenemos la esperanza de que no haya nada malo en ello.
Pero debemos esforzarnos en resolver estos problemas completamente, como afirmamos arriba, aconsejando a aquellos que están en una posición de responsabilidad y pidiéndoles que respeten los derechos individuales y religiosos de la gente. Los predicadores y eruditos deben explicar a la gente que el velo islámico es una obligación para los musulmanes, algo que Dios encomendó a las mujeres en el Sagrado Corán.
Es muy extraño que veamos esta guerra tan intensa contra el velo, que es un símbolo de castidad y pureza, cuando al mismo tiempo vemos que están las puertas abiertas para las mujeres promiscuas e inmorales.
Se paciente, Oh, mujer creyente, porque la recompensa de Dios es preciosa y vendrá un día en el cual la religión de Dios prevalecerá sobre todo lo demás.
“Él es Quien envió a Su Mensajero con la guía y la religión verdadera para hacerla prevalecer sobre todas las religiones, aunque esto disguste a los idólatras” (At-Táwbah, 9:33).
“Y Dios tiene completo control sobre Sus asuntos, pero muchas personas no lo saben”
Le pedimos a Dios que guíe a esta comunidad para aquellos que buscan obedecerle sean honrados, y quienes buscan desobedecerle sean humillados, y para que ayude a todas las mujeres musulmanas a aferrarse a su velo y abandonar el exhibicionismo.
Y Allah sabe más.