Alabado sea Dios.
Los eruditos que estudiaron en detalle la biografía del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) han probado que él comió en Jaibar un cordero que había sido envenenado por una mujer judía. El cordero le habló y le informó al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) que había sido envenenado, entonces él dejó de comerlo. Cuando su enfermedad final llegó, él (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo a su esposa: “Oh ‘Aa'ishah, todavía siento el dolor de la comida que comí en Jaibar, y durante este tiempo siendo aquél veneno me corta la yugular”. Narrado por al-Bujari en su Sahih. Por lo tanto, no hay duda de que el veneno afectó su cuerpo, puesto que se ha probado en las compilaciones de reportes auténticos y en otras partes.
Y Allah es la Fuente de toda fuerza. Que Dios bendiga y otorgue la paz a nuestro Profeta Muhámmed, a su familia y a sus compañeros. Fin de la cita.
Comité Permanente para la Investigación Académica y la Emisión de Dictámenes Jurídicos.
Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz, shéij ‘Abd el-‘Azíz Al ash-Sháij, shéij ‘Abd Allah ibn Gadián, shéij Sálih al-Fawzán, shéij Bákr Abu Zaid.