Alabado sea Dios.
‘Abdallah Ibn ‘Umar (que Dios esté complacido con él) fue un gran compañero del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y uno de los más grandes eruditos entre los emigrantes mecanos. Nuestro deber como musulmanes es respetarlo y amarlo, al igual que a todos los honrados compañeros del Profeta (que Dios esté complacido con ellos). No es permisible para el musulmán mofarse de ellos, porque el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “No subestimen a mis compañeros, porque por Aquel en cuya mano está mi alma, que si uno de ustedes fuera a gastar el equivalente al monte de Uhud en oro para darlo en caridad, no alcanzaría para equiparar en un puñado las buenas obras de ellos”.
Y Allah es la Fuente de toda fuerza. Que Dios bendiga y otorgue la paz a nuestro Profeta Muhámmed, a su familia y a sus compañeros.