Alabado sea Dios.
Alabado sea AllahPedirle a Dios que nos garantice los atributos de los profetas puede caer en una de dos categorías:
1 – Una súplica pidiéndole a Dios los milagros o virtudes con los cuales Dios los distinguió, tal como pedirle a Dios que nos de la soberanía de Suleimán (Salomón), como Allah dijo (traducción del significado):
“Y exclamó: ¡Oh, Señor mío! Perdóname y concédeme un reino tan poderoso, que nadie pueda igualarlo después de mí; ciertamente Tú eres Dadivoso” (Saad 38:35); o pedirle a Dios por un milagro que sólo pueda darle a los profetas, tales como los milagros de ‘Isa (la paz sea con él), que nació sin un padre, o pedirle a Dios el estatus de al-wasílah en el Paraíso, como el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Luego pídanle a Dios que me garantice al-Wasilah, porque en un lugar en el Paraíso que sólo uno de los servidores de Dios puede alcanzar, y yo espero ser ese” (narrado por Muslim, No. 384)”.
Las normas sobre este tipo de súplicas es que están prohibidas, no están permitidas, porque obviamente implican sobrepasarse, ya que en ellas una persona pide cosas que no son permisibles pedir.
Se narró que ‘Abd Allah ibn Mugháffal (que Allah esté complacido con él) dijo: “Oí al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) decir: “Habrá entre mi comunidad gente que se excederá en la purificación y en la súplica”.
Narrado por Abu Dawud (96) y clasificado como auténtico por Ibn Háyar en at-Taljís (1/144) y por al-Albani en Sahih Abu Dawud.
El Shéij al-Islam Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Excederse en la súplica significa pedir algo que Dios no hará, tal como pedirle el estatus de los Profeta cuando uno no es uno de ellos, o pedirle que perdone a los asociadores, o pedirle algo que implica una desobediencia a Dios, tal como pedirle ayuda para cometer un acto de incredulidad, una maldad o un pecado”. Fin de la cita.
Maymu’ al-Fatáwa, 1/130.
Ver también la respuesta a la pregunta No. 41017.
2 – Pedir a Dios lo que ayude a adquirir la actitud de los profetas, a seguir su guía y su ejemplo y adherirse a su camino, alcanzar sus características honorables, tal como la paciencia, la sabiduría, la compasión, y otras cualidades que la gente necesita tener, en primer lugar.
Creemos que no hay nada de malo en esta súplica, aunque es mejor para el musulmán seguir el elevado ejemplo de los profetas y mensajeros en su culto, actitud, piedad y devoción a Dios. El Corán está lleno de incentivos para seguir sus pasos en todos los asuntos, para tomarlos como ejemplo, buscar o adquirir sus características e imitar sus acciones. Allah dijo (traducción del significado):
“Éstos son los que Allah ha guiado; sigue, pues, su ejemplo. Y diles: No os pido remuneración alguna a cambio, [el Corán] es un Mensaje para la humanidad” (al-An’ám 6:90).
“Sé paciente como lo fueron los Mensajeros más destacados, y no les apresures el castigo. El día en que los incrédulos vean aquello con lo que se les había amenazado, pensarán que estuvieron en la tumba sólo una hora del día. Y por cierto que éste es un Mensaje para toda la humanidad, y sólo serán castigados los desobedientes” (al-Ahqáf 46:35).
Si una persona invoca a su Señor como se le ha encomendado hacerlo, y le pide a Dios que le de las maneras y buenas actitudes de los profetas, actos y palabras, y que lo ayude como ayudó a los profetas a ser paciencias y obedecerle o abstenerse del pecado, a ser sabio en la invocación, a ser benevolente con la gente, a ser firme y tener paz espiritual, si pide por todo esto, será recompensado por Dios a causa de esa súplica, si Él quiere, y existe la esperanza de que Dios le garantice lo que pide.
Pero tenemos algunas reservas en pedirle a Dios ser como ellos, tal como pedirle la paciencia de Yusuf, o el entendimiento o la sabiduría de Suleimán… tenemos el temor de que este pedido pueda caer también bajo el encabezado de excederse en la súplica, especialmente si uno comienza por pedirle la mejor cualidad con la que Dios distinguió a cada profeta entre los otros, tal como el entendimiento de Suleimán, la paciencia de Ayyúb, el temor de Dawud, y comienza a pedirlas todas juntas en su súplica, porque combinar las diferentes virtudes con las que Dios distinguió a cada profeta, y por las que Él los elogió, en una persona ordinaria, es imposible.
Lo que te aconsejamos es apegarte a las súplicas que fueron probadamente narradas del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), o narradas de sus nobles compañeros, o conocidas por los imames y los sabios. De otra forma, puedes rezar pidiéndole a Dios aquello que necesitas en este mundo y en el Más Allá, mientras te esfuerzas en observar el comportamiento adecuado en la súplica y buscar los momentos en que éstas son más probablemente respondidas.
Sobre las súplicas fabricadas que circulan entre muchos musulmanes, en textos, mensajes de correo electrónico, etc., cuán a menudo los musulmanes se apresuran a difundirlas, y luego se hace evidente que contienen material inapropiado que implica excederse en las normas de la súplica, o van contra la Tradición Profética y las maneras apropiadas.
Y Allah sabe más.