Alabado sea Dios.
Debemos señalar que las sociedades árabes antes del Islam no eran sociedades ateas que negaran la existencia de Dios, ni sociedades inconcientes de la existencia de Dios y de Su papel como Creador y Proveedor del Universo. Ellos sabían esto, y todavía tenían algunos trazos de la religión de Abrahán (la paz sea con él), como también tenían contacto con judíos y cristianos. Su problema era que ellos no adoraban a Dios solamente sino que tenían toda clase de deidades asociadas a Dios, a las cuales ellos adoraban no creyendo que fueran el Señor, Creador y Proveedor del Universo, pero sí creían que estas deidades eran intermediarias que podían interceder entre ellos y Dios y de esta forma acercarlos a Él. Por eso Dios dijo (traducción del significado):
“Si les preguntas [a los idólatras]: ¿Quién creó los cielos y la Tierra? Responderán: ¡Dios! Di: ¡Alabado sea Dios! Pero la mayoría de los hombres por ignorancia caen en la idolatría” (Luqmán, 31:25).
Esto indica que ellos reconocían que Dios era el Creador del Universo. Dios dijo (traducción del significado):
“Y si les preguntas [¡Oh, Muhammad! a los idólatras:] ¿Quién creó los cielos y la Tierra? Te responderán: ¡Dios! Diles: ¿Acaso no observáis que aquello que invocáis en vez de Dios [carece de poder]? ¿Si Allah quisiera azotarme con algún daño, acaso ellos [vuestros ídolos] me librarían de él? ¿O si deseara cubrirme con Su misericordia, podrían ellos impedirlo? Diles [¡Oh, Muhammad!]: Me es suficiente con Dios. Quienes confíen verdaderamente en Dios que se encomienden a Él” (Az-Zumar, 39:38).
Muchos versos indican que ellos creían en la unidad de Dios con respecto a Su Señorío (Tawhid ar-Rububíyah), sin embargo su paganismo era con respecto a Su divinidad (Tawhid al-Uluhíyah), tal como Dios dijo (traducción del significado):
“¿Acaso no se le debe rendir a Dios el culto sincero? Aquellos que toman a otros como protectores [y objeto de adoración] fuera de Él dicen: Sólo les adoramos para que nos acerquen a Dios [e intercedan por nosotros]” (Az-Zumar, 39:3).
Es decir, que ellos reclamaban que solo adoraban a estas falsas deidades para acercarse a Dios.