Alabado sea Dios.
No está probado que esta súplica provenga del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Algo similar fue narrado por Ibn Abi ad-Dunia en al-Faráy ba’s ash-Shíddah, a través de al-Jalíl ibn Múrrah, del jurista de la gente del Jordán, quien dijo “oímos que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)…”. Fue clasificado como débil por al-Albani en as-Sílsilah ad-Da’ífah, 4173; y en Da’íf al-Yami’, 4348.
Como no se ha probado en ningún reporte auténtico que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) haya dicho esto, no se le debe prestar ninguna atención.
Hay súplicas que han sido narradas en reportes auténticos, y esto es suficiente, y no necesitamos súplicas narradas en reportes débiles. Estas súplicas protegen a los musulmanes, y el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) siempre solía recitarlas, tales como las oraciones para recordar a Dios por la mañana y por la noche, y otros reportes auténticos. Por ejemplo:
1 – Recitar los últimos dos versos de Surat al-Báqarah cada noche. Se narró que Abu Mas’ud al-Badri (que Allah esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Los últimos dos versos de Surat al-Báqarah, quien los recite por la noche, eso será suficiente para él”. Narrado por al-Bujari, 4008; Muslim, 807. An-Nawawi (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Con respecto a las palabras del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) “será suficiente para él”, se ha dicho que esto significa que estas palabras serán suficiente en lugar de rezar toda la noche; y también se dijo que serán suficientes contra Satanás, o contra cualquier daño. Puede entenderse como significando todas estas cosas”.
2 – Súplica de al-karb (oración en tiempos de angustia). Se narró de Ibn ‘Abbás que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía decir en tiempos de angustia:
“La iláha ílla Allahu ul-‘Adhím al-Halím, la iláha ílla Alláh Rábbi il-‘arsh il-‘adhím, la iláha ílla Allah Rább as-Samawáti wa Rább ul-árd, wa Rább ul-‘arsh il-karím (No hay divinidad excepto Dios, el Todopoderoso, el Paciente; no hay divinidad excepto Dios, Señor del Poderoso Trono; no hay divinidad excepto Dios, Señor de los cielos, Señor de la Tierra y del Noble Trono)”. Narrado por al-Bujari, 6346; Muslim, 2730.
Rescitar los capítulos al-Ijlás, al-Fálaq y an-Nas. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía recitarlos cuando se iba a dormir, y soplaba en sus manos y luego se las frotaba por todo su cuerpo a donde pudiera llegar con las manos. Se narró de ‘Aa'ishah que cada noche cuando el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se iba a dormir, juntaba sus manos, soplaba en ellas y recitaba el capítulo al-Ijlás, al-Fálaq y an-Nas, y luego se frotaba el cuerpo con las manos hasta donde pudiera alcanzarse con ellas, comenzando con su cabeza y rostro y con su pecho. Y hacía eso tres veces.
Narrado por al-Bujari, 5018.
Y se narró que ‘Uqbah ibn ‘Aamir dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “¿No han visto los versos que fueron revelados esta noche, que no tienen igual? Son al-Ijlás, al-Fálaq y an-Nas”. Narrado por Muslim, 814.
Y Allah sabe más.