Alabado sea Dios.
Nosotros no estamos de acuerdo con la opinión de algunos de los académicos de Usúl al-Fiqh que consideran que quien no se ha especializado en Ciencias Islámicas no está capacitado para seleccionar a los eruditos calificados para participar en iytihád, y distinguirlos de los demás. Hoy día vivimos tiempos en los que el conocimiento y la educación se han extendido por la gracia de Allah, Glorificado sea, y consideramos que muchas personas poseen medios que les ayudan a orientar sus opiniones y que les permiten tomar decisiones.
Aquí apuntamos algunas indicaciones que sirven de guía para saber distinguir entre los eruditos. En primer lugar:
Un erudito o faqíh está calificado para emitir fatwas (veredictos) si es capaz de usar como evidencias los versículos del Corán y los hadices (reportes) del Profeta (paz y bendiciones sean con él), siempre y cuando pueda distinguir entre lo que es auténtico y lo que no, la regla que sustituye a una abrogada, lo que tiene significado específico y lo que tiene significado general, y, además, comprende la interpretación y el contexto de la revelación. El verdadero erudito concede prioridad al Sagrado Corán porque constituye la fuente de conocimiento y jurisprudencia, y es la base de la ley islámica.
En segundo lugar:Otra característica que distingue a los eruditos es que
están muy comprometidos religiosamente y poseen buena actitud, están interesados en seguir el ejemplo de los justos de las primeras generaciones, es decir, los Sahabah (los de la primera generación: quienes conocieron al Profeta, paz y bendiciones sean con él), Tabi‘ín (segunda generación) y principales sabios. Por tanto, en sentido general, no se desvían de su camino, y para cada fatwa o palabra que pronuncian se apoyan en alguno de los principales sabios anteriores como Abu Bakr, ‘Umar, Sufián, al-Awzá‘i, Abu Hanifah, Malik, ash-Sháfa‘i, Ahmad, al-Ghazali, al-‘Izz ibn ‘Abd as-Salaam, an-Nawawi, Ibn Taimíyah, Ibn al-Qaiyím, Ibn Kazír, Ibn Hayar y otros eruditos del Islam sobre los cuales no existe duda en cuanto a prominencia en el conocimiento, devoción y sinceridad.
Pero si encuentras a alguien en la actualidad que no se apoye en estos eruditos ni muestre orgullo por ellos, o no siga su metodología para comprender los textos islámicos, debes darte cuenta de que él no es seguidor de las generaciones anteriores; es más probable que esté entre quienes se alejaron de su camino y eligieron la innovación.
Aquí nos referimos a seguir la metodología adecuada para buscar conocimiento, no a una imitación ciega en cada asunto, mayor o menor, ya que las palabras de cualquier persona pueden ser aceptadas o rechazadas, excepto las del Profeta (paz y bendiciones sean con él).
En tercer lugar:
Uno de las características más destacadas del verdadero erudito y el mufti sincero, es que no se proclaman parte de un grupo pequeño y no se llaman a sí mismos por un nombre, ni afirman seguir algo que no es parte de la comunidad (ummah). Más bien se proclaman como pertenecientes a esta ummah, se consideran parte de esta comunidad pasada y presente, y que se ha conformado a lo largo de toda la historia del Islam.
En cuanto al que afirma pertenecer a algún grupo específico con creencias específicas, como los Bareilawis, Deobandis, Qadianis, etc., o que se distingue del cuerpo principal de Ahl as-Sunnah wal-Yamá‘ah, con algún nombre recién inventado o alguna forma especial de adoración, esto generalmente es un signo de innovación y se aleja del camino de la Tradición Profética (Sunnah). Si tiene la misma creencia de los musulmanes de Ahl as-Sunnah (seguidores de la Sunnah), entonces ¿por qué necesita describirse a sí mismo como diferente, o llamarse a sí mismo por un nombre diferente al nombre que Allah les dio? Allah, Glorificado y Exaltado sea, dijo (traducción del significado):
Esfuércense por la causa de Dios como es debido. Él los eligió [para que sigan Su religión] y no les prescribió nada que no puedan cumplir. Ésta es la religión monoteísta de su padre Abraham, él los llamó musulmanes anteriormente y también fueron llamados así en esta revelación, para que el Mensajero fuera testigo [de sus obras] y ustedes sean testigos ante la humanidad de la llegada de los Profetas anteriores]. Cumplan con la oración, paguen el zakat y aférrense a Dios, pues Él es su Protector. ¡Qué excelente Protector, y qué excelente Defensor! [Los Creyentes 23:78].
Sin embargo, es diferente el hecho de que un erudito forme parte de algún grupo para algunas actividades de da’wah (llamar al islam) con el objetivo de trabajar juntos y lograr objetivos determinados; no hay ningún mal en esto. Del mismo modo, seguir uno de las cuatro escuelas no es a lo que nos referimos aquí. Nosotros alertamos sobre declararse seguidor de un conjunto de creencias (de algún grupo) que no sean parte de las creencias de Ahl as-Sunnah wal-Yam‘ah; existen quienes se unen sobre esa base y en consecuencia consideran a las personas como amigos o enemigos a partir de esas otras creencias.
En cuarto lugar:
No hay nada de malo en tener en cuenta la certificación académica, especialmente de posgrado en una especialidad particular de una universidad prominente reconocida en todo el mundo musulmán. De hecho, a menudo es necesario, cuando se pregunta sobre un problema específico que necesita investigación y examen, preguntar quién se ha especializado en ese tema en sus estudios de posgrado y si ha hecho una tesis de maestría o doctorado sobre el asunto en cuestión. Este tipo de investigaciones suelen ser muy sólidas debido al cuidado y atención de las universidades, la supervisión de profesores especializados y el hecho de que el autor haya estado sometido a debate y discusión sobre todo lo que escribió.
Pero eso no significa que todos los que tienen un título en Ciencias Islámicas de cualquier universidad hayan alcanzado el nivel adecuado de conocimiento que lo califica para emitir fatwas sobre temas religiosos. Eso no es lo que estamos diciendo. Hemos visto a muchas personas que poseen tales grados, pero no son versados en conocimiento o jurisprudencia y, por tanto, no están calificados para emitir veredictos; se quedaron cortos y no persistieron en adquirir más conocimiento. Que una persona posea certificación académica se considera como evidencia secundaria a lo que habría que sumar que tenga también otras de las características que hemos mencionado.
En quinto lugar:
Una característica muy importante a la que aconsejamos prestar atención es que el mufti o erudito debería ser alguien conocido por su sinceridad y conocimiento entre la élite académica y los círculos especializados, no solo entre la gente común. Académicos y especialistas deben dar testimonio de su comprensión y habilidad, y deben reconocer que él realmente tiene conocimiento y que sus puntos de vista están bien fundamentados.
Los estudiosos del hadiz han mencionado formas de demostrar que un narrador es de buen carácter. Por ejemplo, Ibn al-Saláh dijo: Se confirma su buen carácter si otros dos estudiosos lo consideran como tal, o porque es ampliamente conocido como una persona de buenas maneras. Si los sabios del hadiz u otros sabios reconocen que una persona es de buen carácter y es apreciado por su confiabilidad y honestidad, no hay necesidad de una declaración específica que testifique sobre el asunto. Esta es la opinión correcta según la escuela de ash-Sháfi‘i (Allah tenga piedad de él), y es el principio que se adopta en el campo de Usúl al-Fiqh.
Fin de la cita de Muqaddimat Ibn as-Saláh (p. 105)
Ser conocido por el conocimiento en los círculos académicos es señal suficiente para recurrir a ese erudito y preguntarle sobre cuestiones que los musulmanes necesitan aclarar.
Todas estas características que hemos mencionado son indicadores, puntos para orientarse; no medios para estar seguros. La certeza solo es posible para quienes son especialistas en el mismo campo de conocimiento.
Ibn as-Saláh (Allah tenga piedad de él) dijo:
La persona común (que sigue a un erudito) debe investigar por sí mismo para dilucidar si la persona a la que está consultando está realmente calificada para emitir fatwas. No está permitido que alguien le pida fatwa a nadie que afirme tener conocimiento sobre la base solamente de que esta persona se declara como tal, incluso si está involucrado en la enseñanza o la predicación, o en cualquier otra posición de conocimiento.
Por otra parte, el creyente siempre puede solicitar una fatwa a alguien que es ampliamente conocido entre las personas precisamente por estar calificado para emitir fatwas.
Según algunos estudiosos posteriores, la fama de un erudito por emitir fatwas, incluso si es ampliamente conocido, no indica certeza sobre su calificación a menos que haya evidencia tangible. Esto se debe a que el hecho de ser ampliamente conocido entre la gente común no es necesariamente algo confiable.
También es permisible pedir fatwa a una persona sobre la que nos han dicho que sí está calificado, pero no debemos contentarnos con preguntarle a alguien solo porque dé fatwas o porque se sepa que se ocupa de ello sin estar seguros de que ciertamente está calificado. Ver: Adab al-Mufti wa’l-Mustafti (p. 158). También citado por an-Nawawi en al-Maymú 1/ (1/54) e Ibn Taimíyah en al-Mustadrak ‘ala Maymú al-Fatawa (2/259) para obtener más información, consulte fatwa No. 145071
Con respecto a Shéij Ibn Baaz, Shéij Ibn ‘Uzaimín y Shéij al-Albani (que Allah tenga piedad de ellos): son muy famosos y conocidos entre los eruditos y entre los especialistas en conocimiento islámico. Ellos se encuentran entre los mejores ejemplos más claros que encarnan las características que hemos mencionado aquí. Combinaron todos los rasgos del conocimiento, la bondad y la virtud, con el permiso de Allah, y muchas personas lo atestiguaron. En nuestro sitio web hay varias respuestas que hablan de ellos, entre las que se encuentra la fatwa No. 113687.
Los siguientes libros están entre los más importantes que compilan biografías detalladas sobre ellos, destacan los elogios que recibieron de otros académicos y sus estatus en la era actual:
1.Imam al-‘Asr por Násir az-Zahráni
2 Ash-Shéij Ibn Baaz por Máni ‘al-Yuhani
3.Al-Inyáz fi Sírat al-Imam ‘Abd al-‘Azíz ibn Baaz por ‘Abd ar-Rahmán ar-Rahmah
4.Al-Yámi li Hiyát al-‘Allámah Muhammad ibn Sálih al-‘Uzaimín por Walíd al-Hasan
5.Ibn ‘Uzaimín al-Imam az-Záhid por Násir az-Zahráni
6.Hayát al-Albáni wa Azáruhu wa Zana’ al-lama ‘Ulama’ ‘alaihi por Muhammad Ibrahím ash-Shaibáni
Y Dios sabe mejor.