Alabado sea Dios.
No podemos decir que lo que están haciendo es una innovación, pero sí es cierto que están jugando con la Tradición Profética. Si realmente fueran a seguir el ejemplo del Profeta en este punto, entonces que hagan lo que él hizo. Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) describió algunos imames que hacen cosas como estas, como ignorantes.
Si uno es capaz de recitar el capítulo As-Sáydah en el primer módulo y el capítulo Al-Insán en el segundo, entonces que lo haga. Si no es capaz de hacerlo, entonces que recite otro capítulo, para no incumplir lo que el Profeta enseñó.
Lo que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía hacer es conocido: solía recitar el capítulo As-Sáydah en el primer módulo de la oración del alba de los días viernes, y el capítulo Al-Insán en la segunda. Por lo tanto, el musulmán debe o bien hacer lo que él hizo (en forma completa, no parcial), o recitar otro capítulo, porque dividir los capítulos es contrario a su ejemplo.
Nuestro deber es seguir el ejemplo del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) con coraje. Si recitas el capítulo As-Sáydah en el primer módulo y Al-Insán en la segunda, algunos imames te dirán ¿por qué alargas tanto la recitación? El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) reprendió a Mu’ádh (que Dios esté complacido con él) por alargar demasiado la recitación.
Sin embargo, todo lo que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) hizo fue razonable, y tenía razones para actuar como actuaba, algunas de las cuales conocemos y otras no, aun si recitaba en ocasiones estos dos capítulos completos. Por eso, Anas Ibn Málik (que Dios esté complacido con él) dijo: “Yo nunca recé detrás de un imam cuya oración fuera más liviana y más completa que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)”.